No veo ni siquiera el tunel
Después de oír durante los 18 días de sedición las argumentaciones sobre la política económica del país, en especial la fiscal, quedó claro que los movilizados fingen no entender como funciona la economía mixta de mercado. No hay duda que la usan como pretexto porque su objetivo estratégico es imponer la fuerza sobre la razón. No son demócratas. No creen en el sistema. Lo usan.
Miremos un tema que desnuda esta estrategia. El país sabe que al gobierno le falta dinero para cumplir con lo que tiene presupuestado. Incluso con ese precio del petróleo y los impuestos recien creados no le alcanza la plata. Tiene que endeudarse. Aún así, piden que aumenten los subsidios, como si ellos resolvieran los problemas de los pobres a sabiendas que favorecen a los que más tienen, a los contrabandistas, al narcotráfico y destrozan el ambiente (¿Qué será de los ambientalistas?).
Un cálculo del subsidio usando el costo de oportunidad, que es la alternativa a la que renuncia el país de poder usar ese dinero, con la rebaja de los 15 centavos negociada la semana anterior, rebasa los 4.800 millones de dólares anuales (casi 5% del PIB o si quieren ver por otro lado el 20% de todos los ingresos del presupuesto), que no es pelo de cochino y serviría para atender tantas angustias sociales que rebasan de largo lo que plantean los indígenas, cobrando a quienes pueden y deben pagar lo que cuestan esos combustibles, guardando lo necesario (pongan la cifra que piensen) para focalizar los grupos que necesitan un precio especial, y todavía sobra dinero.
Cuando impera la razón de la sinrazón: ¿Qué diálogo sincero es posible entre una visión democrática y otra que no participa de sus valores? ¿Entre una que habla de paz y otra que usa la violencia aunque dice desconocerla? ¿Una que quiere concertar y la otra de permanente amenaza? La una que representa al Estado y la otra que se esconde en el juego de la consulta permanente a las bases. Ojalá me equivoque, porque no veo ni siquiera el tunel que se debe cruzar, peor su salida.
Colaboración
Diario El Comercio
08 de julio del 2022
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