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Inquietudes nacionales

El nuevo ministro de Economía y Finanzas Simón Cueva conoce y se ha reunido con el Fondo Monetario Internacional y los multilaterales. En ese sentido la transición con el Ministro saliente Mauricio Pozo funciona. ¿Qué opina de este factor?


Para el Ecuador es una novedad tener una transición política ordenada, seria, responsable, cuando debería ser parte del ritual ordinario de la democracia que queremos mantener. Llama la atención que los ministros actuantes y los designados sean profesionales respetados, mantengan reuniones de intercambio de información que les permita por un lado cumplir con la responsabilidad de entregar su informe de labores y, por otro conocer el estado en el que se encuentran los principales temas que serán parte de su futura agenda ejecutiva.


Esta es la forma sensata y madura de actuar por parte de quienes asumieron responsabilidades públicas así como de la actitud que deben mantener los nominados por el gobierno electo. Con esto no se comprometen las posiciones de las partes pero si se cumple con la obligación que tienen frente a la sociedad de actuar de una manera que asegure el interés colectivo. Es, además, señal de civilidad.


Son encuentros que el mundo los mira con mucha atención y aprecian la sensatez con la cual están actuando los gobiernos en la transición política. De ahí, que, para el FMI, los multilaterales, el mercado financiero y los gobiernos, esta actitud facilita los futuros entendimientos y confirma también que los acordados con el gobierno saliente fueron positivos.


Es digno de resaltar este comportamiento pues ofrece una esperanza de cambio en la forma como se conducen las fuerzas políticas y los políticos en particular para dirimir sus diferencias. Ojalá sirva de ejemplo para que los debates futuros, que serán sobre temas de enorme importancia, concentren su atencion en las materias en disputa y no en la personalización de sus desacuerdos, así como en la voluntad de buscar acuerdos transparentes, con agendas públicas que la sociedad las pueda valorar con opiniones que demuestren el fortalecimiento del concepto de ciudadanía.



El nuevo Gobierno ofreció una Reforma Tributaria de modo inmediato pero la nueva realidad política probablemente demanda reajustar la agenda. Su opinión por favor.


La política es dinámica. Tiene sus tiempos que abren o cierran opciones de cambio. Es además un campo que demanda mucha comunicación y permanente búsqueda de acuerdos, especialmente cuando las representaciones políticas no tienen mayorías o las alianzas mantienen condicionantes específicas. Ahí está precisamente el corazón y la riqueza inmanente de la democracia.


En ese sentido la realidad nacional tanto en el plano puramente político como en lo relativo a situación social y económica, marca un espacio muy estrecho de libertad para la toma de decisiones. Al gobierno le toca medir esos tiempos, explicar las razones de sus planteamientos, buscar los apoyos necesarios y llevar adelante su programa de recuperación económica cuyo centro de atención es el mejoramiento de las condiciones sociales, en especial lo relativo a la reducción de la informalidad en el empleo.


De cualquier manera, el país no escapa a la aplicación de correctivos que le pongan dentro de un marco confiable de comportamiento de las principales variables macroeconómicas. Dentro de ellas ocupa un sillón especial la solución del enorme déficit fiscal, que como se ha dicho necesita ser mirado dentro del gran conjunto de sectores y actividades a fin de valorar los impactos que traerían las distintas alternativas de regeneración de todo el andamiaje público.



La relación del nuevo gobierno con el FMI podría complicarse. Izquierda Democrática y Pachakutik podrían poner en cuestión algunas de las políticas recomendadas.


O puede sucedar lo contrario. Estamos en el campo de las elucubraciones y por supuesto muchas cosas pueden ocurrir. Ahora, lo que se podría esperar es una actitud más abierta al diálogo con menos murallas ideológicas y mayor acercamiento a las utilidades sociales derivadas de ciertas medidas. En algún momento, y no sabemos si es éste, la política ecuatoriana debe demostrar madurez en los debates, sensibilidad frente a opiniones que tengan sustento y búsqueda de salidas que lleven a crear ese ambiente tantas veces pregonado de ver a los miembros de la colectividad como socios de un futuro compartido y no adversario o peor enemigo irreconciliable.



El tamaño del aparato estatal se ha venido reduciendo en el presente Gobierno. ¿Podrá profundizar este reajuste de la estructura fiscal?


Esta tarea está incompleta. Todavía existen muchos temas que no han sido abordados como el relativo a la eficiencia en el uso de los recursos entregados por la sociedad a las entidades públicas. Por lo tanto,no es sólo un problema de tamaño sino también de calidad en el uso de esos recursos. De alguna manera hay que valorar lo hecho aplicando los principios de presupuesto por objetivos.


Las empresas públicas tienen un capítulo particular pues deben dejar de ser instituciones parásitas del presupuesto y demostrar su conveniencia con calidad de servicios y resultados.



¿Cómo el nuevo gobierno puede vender el Banco del Pacífico y ofrecer proyectos hidroeléctricos, CNT y otras instituciones para alianzas estratégicas que aligeren el peso estatal, busquen la eficiencia, y generen importantes recursos para el fisco?


Toda operación de venta o concesión de un activo por parte del gobierno debe ser producto de una licitación pública y los recursos debe servir para reducir deuda cara o ejecutar programas de inversión social. Tan simple como transparente.



Colaboración

Diario El Comercio

21/05/2021

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