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Inquietudes nacionales

La Reforma a la Ley de Educación Intercultural se aprobó en la Asamblea y la sancionó el Ejecutivo sin financiamiento, ¿cómo entender este despropósito?


La reforma de la Ley de Educación Intercultural es inaplicable. Dos razones: inconstitucional en los temas económicos por su origen y desfinanciada para su ejecución. Un engaño para el profesorado. La decisión tomada por la mayoría de legisladores que aprobaron semejante enjambre de disposiciones desquician las cuentas fiscales a un nivel que las vuelven inmanejables. Lesionan también de forma imprudente e impulsiva la tambaleante situación del sistema de pensiones.


Todo el país sabe y siente el enorme problema fiscal que tiene sobre sus hombros. Desde hace más de una década, el gobierno abandonó la política responsable de presupuestos equilibrados y optó por el endeudamiento agresivo (término acuñado a fines de los años setenta) que le ha puesto al país por el camino de las penurias, las incomprensiones y el reclamo ciudadano.


Ahora, los legisladores se olvidaron de todo ello y sin asumir la responsabilidad de financiar su propuesta de mejorar las condiciones laborales de los profesores, que no se desconocen, les ofrecen arreglarlas con “humo monetario”, pues no ponen una pizca de dinero disponible para ello. Confirman la figura de un baratillo político de la peor especie.


En este año, el presupuesto tiene un déficit de 4.000 millones que el país suda para cubrirlo. Los legisladores, de una, le aumentan en 2.100 millones anuales, lo que significaría la bicoca de aumentar en seis puntos porcentuales el IVA, es decir llevarlo al 18% para cubrir estas nuevas obligaciones sin dar solución al déficit que quedaría inalterado. Obviamente, el Presidente carga con su culpa ya que lo hecho por todas las bancadas no justifica su adhesión.


A todo esto se debe sumar el impacto en el IESS, pues el cambio de la jubilación de los profesores a 25 años de aportes, sin límite de edad y con el aumento de la pensión, crea otro hueco negro que será de gran dimensión.


¿El país se merece esta negligente despedida de la legislatura actual? ¿ Porqué no fueron responsables y pusieron entre los artículos aquellos que aumentaban los impuestos?, aunque al hacerlo seguía vigente el quebrantamiento de los principios contenidos en la Constitución que le reservan al Ejecutivo la iniciativa de leyes que crean obligaciones al Estado.


El Presidente electo anuncia una reforma tributaria. Mientras ofrece no subir impuestos ni crear nuevos, ¿A su juicio cuáles debieran ser los ejes de esa reforma?


Existe una realidad fiscal muy clara. El gobierno tiene un presupuesto desfinanciado que no puede sostenerse en el tiempo. Tiene, además, una deuda pública excesiva que requiere una estrategia de desmantelamiento ordenada para volverla compatible con una economía que pueda crecer y desarrollarse a su máxima capacidad. Eso significa eliminar los déficits fiscales y transitar por etapas incluso de superávits que le sirvan para redimirla de forma progresiva mientras se revitaliza la economía y esa dinámica colabora en la tarea.


La reforma tributaria debe buscar la racionalización de su estructura eliminando impuestos desarticulantes, revisando exoneraciones y tratamientos especiales, incorporando más contribuyentes, pues hoy son pocos los que lo hacen, corrigendo distorsiones especialmente en términos de progresividad. En fin, buscando que sea socialmente más justa y más clara en lo que busca: ser permanente y con un mensaje de atracción a la inversión privada para generar empleo. Más simple y con menos huecos por donde se escapan muchos pájaros.


Guillermo Lasso no cree que se debe subir el IVA, el FMI si lo recomienda, ¿hay un punto intermedio?


El tema no es tan simple o el dilema no pasa por ahí. El problema creado con tanta obligación pública construida irresponsablemente a lo largo de algunos años, obliga a buscar un punto intermedio de solución en el cual todas las partes colaboren: gobierno sobrio y transparente en los gastos; empresas cumpliendo con sus obligaciones; personas pagando lo que les corresponde. Y, en la evaluación de cada parte, hay espacio para trabajar. La evasión y el derroche conviven. Entonces a las dos hay que darles guerra. Pero es más, pocos contribuyen porque el código tributario ofrece escapes a muchos y, todos convendrán en que hay que cerrar esos caliches.


Dentro de ese escenario hay que evaluar la participación del IVA y otros impuestos. Unos eliminarlos. Otros pulirlos y algunos subirlos.


Tres son los elementos que deben conjugarse: racionalización del gasto público, optimización del sisterma tributario y promoción del crecimiento. Los tres ejes deben trabajar en armonía, pues el centrar el manejo del problema fiscal en un solo frente, no ofrece solución. Además, las paradas bruscas con confinamiento parcial, siguen haciendo daño y cambian la perspectiva


¿Cómo cataloga el reconocimiento del FMI y los multilaterales al nuevo gobierno y que mensaje se interpreta?


Estupenda noticia. Le toca al gobierno entrante trabajar con ellos para ajustar los acuerdos y conseguir los recursos faltantes que deben servir a objetivos sociales y de reconstrucción de empresas medianas y pequeñas.


¿Comente la baja del riesgo país, cómo puede beneficiar al Ecuador?


Es un anuncio internacional que ve al Ecuador con una mejor perspectiva. Nada más. No hay que sobrevalorar el mensaje. Hay que trabajar para que con los hechos ese indicador caiga mucho más para que también caigan las tasas de interés internas, ingresen capitales y existan recursos para invertir, exportar y consumir, en su orden.


Colaboración

Diario El Comercio

24 de abril del 2021

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