top of page

Feo y sombrio

El uso de la fuerza demuestra una vez más su vigencia. No será la última. Siempre habrá un tirano o un político insaciable de poder. Desde el fin de la segunda guerra mundial abundan los desafíos al orden político mundial. Cierto es que han sido conflictos geográficamente acotados pero han socavado y abusado de la estructura creada para sostener un mundo de mejor convivencia. Hoy, las Naciones Unidas, defensoras teóricas de la paz, miran con estupor lo que ocurre y confirman con dolor su escaso valor para mitigarlo. Nuevamente, un país miembro con veto (privilegio para la impunidad) hace lo que quiere y se vale del miedo creado por su poder nuclear.


No sabemos cual será el fin de este conflicto entre Rusia y el mundo occidental pues cada día se suman decisiones y países en una vinculación que los compromete. Alemania y Japon abandonan sus políticas de control de gasto militar que se impusieron hace más de setenta años. Se sensibilizan otras zonas que tienen diferencias por resolver. Ucrania alza la bandera de defensa de la democracia y libertad. Muchos pliegan.


Las noticias vuelan y con seguridad algunas carecen de valor, pero las escenas son dramáticas y el gobierno del país invadido demuestra coraje ante la adversidad en una lucha injusta y terriblemente desigual. Hay muchas preguntas que sólo tienen respuestas condicionadas o evasivas. ¿Porqué se llegó a este punto? ¿Acaso no era posible superar las diferencias que ya se vieron en el 2013-2014? ¿Rusia, con una economía que apenas representa el 1.7% del PIB mundial puede sostener los costos de su violencia? La verdad es que luce dificil entender la ecuación política-económica de lo hecho. ¿Si somete a Ucrania, que es posible, que va hacer de ella? ¿Podrá mantenerla con un monton de gente que no los quiere y, además reconstruirla? ¿Hasta cuando aguanta la economía rusa bloqueada? ¿Se expandirá la violencia ante tanta acción y reacción? ¿Y, que pasará con las economías liberales? Feo y sombrío lo que se intuye.


Colaboración

Diario El Comercio

04 de marzo del 2022

bottom of page