El gran desafio
Así titula Rene Cortazar, distinguido economista chileno, al libro que lo dedicó para entender la problemática de su país y la complejidad de su solución. Inicia su exposición reconociendo que fue un país mediocre en términos de desarrollo. Durante cuarenta años (1950-1990) crecía menos de lo que lo hacía el mundo y siempre era sexto en la tabla de A. Latina. En resumen lo dice: ahorraba poco, invertía poco, crecía poco.
Desde 1990 hasta el 2014 cambió la historia: crecía más rápido que el mundo, pasó del sexto al primer lugar en A. Latina. Ahorraba bastante, invertía bastante y lideraba el crecimiento. ¿Qué pasó?. Para ayudarse en la comprensión del cambio lo compara con un equipo de futbol y pregunta ¿cambiaron los jugadores?. No, responde. ¿Cambiaron las reglas de juego? Si, lo dice de manera contundente.
Son las reglas de juego y su calidad las que llevaron a reducir la pobreza del 50% de los hogares (1990) al 10% (2014). Los jugadores eran los mismos. Ese 40% de hogares pasaron a ser parte de la clase media, pero eran “muy vulnerables”. Desde ese año empezaron las decisiones que desvirtuaron esas reglas. Del superavit fiscal se pasó a manejar deficits. Nacieron nuevos tributos que afectaron la rentabilidad del capital. Se deterioró la inversión y el país regresó a resultados de crecimiento mediocre. Apareció la frustración pues ya no había empleo suficiente, por lo cual nace el mito de la causa y se la acusa al modelo económico de las desigualdades económicas, cuando ellas se habían reducido.
En fin, el desgaste político es una evidencia que genera cierta “irracionalidad” de parte de la población. Se crea una crisis de representatividad, se pone el énfasis en las necesidades insatisfechas y desconoce lo ganado, toman relevancia los abusos, aparecen nuevos liderazgos del cambio generacional, algunos violentos se aprovechan de un gobierno que no entendió el problema, se fractura el sistema político y aparece lo que el mismo autor cita a Hirshman, un viejo economista del desarrollo: “los procesos de cambio económico y político llevan en su interior las semillas de su propia destrucción”
El relato equivocado sobre la funcionalidad de la economía parte de una visión estática de una torta de tamaño fijo por la cual las partes luchan por tomar mayor tajada (sacarle algo al otro), cuando la dinámica de toda sociedad demuestra que el crecimiento permite cambiar las participaciones sin causar daño a una de las partes.
Esa visión de suma cero ganó las elecciones y ahora mediatiza sus ofertas. Tiene al frente el reto de reactivar la economía, controlar a los violentos y extremistas y, salir de la mediocridad para enfrentar la angustia. ¿ Funcionará su ecuación económica?. Lo veremos. Las apuestas no le favorecen.
Colaboracion
Diario El Comercio
24 de diciembre del 2021
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