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Pero se mueve

Advierto que me robo el título, pero lo aviso. Tenemos tantos dolores de cabeza que nos atormentan que con una frecuencia crónica sólo vemos los lados malos de todo lo que pasa en nuestro alrededor. ¡No es para menos! Todo está puesto de cabeza y, mirar el mundo desde esa perspectiva requiere esfuerzo y un cambio total sobre las referencias con las cuales creamos las imágenes.


Ver el cuarto, la oficina, la fábrica, el panorama al revés es muy extraño. Parece que las cosas flotan y superaron la ley de la gravedad. Produce temor el sólo pensar que todo se venga abajo y nos aplaste. Así es como sentimos al mundo de hoy y se nos hace difícil comprender, primero porque está así; y, luego descifrar como se lo puede volver a poner en orden. Por el momento, la concentración radica en evitar que las cosas se caigan para lo cual hay que apuntalar todo lo que sea posible hacerlo, pero para eso hay que encontrar los instrumentos que nos ayuden. Troncos, palos, árboles, vigas, columnas, lo que sea, pero que sirva. Algunos posiblemente tendrán dificultades en conseguirlos. Otros serán afortunados y podrán disfrutar de ellos. Luego tocará pensar como los vamos desarmando, uno a uno para tener un proceso recreador de un “nuevo ordenamiento” de todo lo que está patas arriba.


Sin duda, ese “nuevo ordenamiento” algo se parecerá al anterior, aunque muchas piezas habrán cambiado de lugar y de función. Otras se habrán roto y también se verán pérdidas humanas a las que les cayeron cosas. No faltarán los espacios vacíos y las áreas destrozadas. Habrá una realidad impensada a la cual se le deberá organizar y para ello será necesario reconocerla, pues muchas cosas que eran rutinarias ya no serán posible hacerlas y con ello algunos paradigmas de la organización social deberán repensarse.


Y aquí viene algo sobre lo que poco pensamos: la capacidad de reinvención del ser humano, de moverse con inusual velocidad para reemplazar viejos sistemas o formas de hacer la cosas, por otros que tienen una oportunidad de oro de sustituirlos y poner en jaque a la organización ahora puesta de cabeza. Las crisis son eso: retos que en lugar de someter al ser humano lo ponen a prueba para que las supere. La historia tiene innumerables ejemplos, pero sólo se lo consigue si primero se la reconoce, luego se la evalúa y en tercer lugar se acomoda la forma de enfrentarla.


En estos días hay miles de emprendimientos ejemplares de nuevos servicios. Sólo verlos nos saca de esa visión catastrófica y motiva a seguirlos. Los líderes nacionales, si los hay, en su mayoría siguen en su clásica y vieja guerra. No se dan cuenta que las cosas están cambiando, no les esperan y les darán una lección por su sordera y ceguera.


Colaboración

Diario El Comercio

28/05/2020

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