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Inquietudes nacionales

¿Cuál es el efecto de la caída del precio del petróleo en la economía ecuatoriana?


El ya conocido por la larga historia ecuatoriana vinculada con los vaivenes de sus exportaciones. Ahora es el petróleo. Antes fue el banano y le precedieron las crisis del cacao, café y, los textiles en la época colonial. Si a las exportaciones les va mal, al país le va mal. Tan simple y sencillo como eso. De ahí que el afán por ampliar el portafolio de productos dedicados a los mercados internacionales y tener una menor concentración, mejor le irá a la estabilidad de la economía nacional. Y, esta tarea, tan deseada, sigue siendo un anhelo no realizado.

¿Cuáles son los matices actuales? En primer lugar, la dolarización que marca una realidad de gestión económica inflexible en el uso de ciertos instrumentos económicos que podrían ayudar a paliar el daño. La mala situación fiscal que le impide disponer de recursos que podrían servir para trabajar en términos contra cíclicos. Las bajas reservas internacionales y la brecha de divisas de la balanza de capitales que estrangulan el potencial de crecimiento de la economía. A todo lo cual se añade, como efecto evidente de todo ese enjambre anterior el aumento de riesgo país (sobre cargo para endeudarse en los mercados) a un nivel que prácticamente hace imposible acceder a esos recursos.

En resumen, esta caída de precios viene en un año que ya tenía dificultades para sacar la cabeza. Por añadidura, el dólar está mas fuerte. Su apreciación contribuye a elevar el grado de dificultad de la economía. Por cada dólar que cae el precio del petróleo, el país deja de recibir 150 millones de dólares al año, pero en contrapartida, y eso es lo bueno de este mal trago, es la reducción de los subsidios a los combustibles, que en parte mitigan el problema.



¿Cómo afecta el frenazo de la economía china en las exportaciones ecuatorianas y cuáles son sus principales rubros?


China ha sido, sin exageración, el motor del mundo moderno. En los últimos años ha liderado el enorme cambio en la composición de la economía mundial mediante el liderazgo de los países emergentes que coparon el crecimiento y ofrecieron un largo período de florecimiento de las condiciones de vida de las sociedades atrasadas, o si se quiere de aquellas distanciadas de las llamadas hoy como maduras.

La etapa de crecimiento de China del 10% anual ya es historia. Ahora su capacidad no le da para más del 6% y si las cosas que pasan, entre ellas las nuevas enfermedades que tienen su origen en ese territorio, contraen ese potencial de crecimiento, sin duda alguna habrá cambios importantes en los volúmenes y precios del comercio internacional. Para Ecuador, además del petróleo aparecen amenazas al banano y camarón.

De hecho, los mercados de capitales de los principales centros mundiales ya lo han advertido y con su conducta contractiva confirman la sensación de estar frente a un riesgo “recesivo” o por lo menos de afectación del modesto crecimiento mundial. Es por eso, que algunos países (especialmente gobiernos que ven venir un impacto cuantitativo relevante) ya advierten de la necesidad de tener “la cabeza fría” para evaluar el valor de esta amenaza a la salud de la población del planeta.


¿Y los productos mineros que van a China?


Son parte de esta realidad afectada por este virus que ya contamina a la economía con la expansión del miedo colectivo que en algunos casos ha llegado a desbordar el orden público y ha terminado con actos violentos contra seres humanos movilizados de las zonas de alto contagio.


El riesgo país volvió a caer, ¿qué se puede hacer para reafirmar nuestra economía?


Por unos pocos días demostró una tendencia declinante, pero nuevamente exhibió su inconformidad con la salud de la economía o por lo menos con los signos que emanan de ella. Los hechos de octubre marcan una etapa de mayor complicación que indudablemente le tiene comprometido al gobierno y que, ubica ahora al problema en el plano puramente político pues no se ve afán de conciliación o búsqueda de acuerdos para salir de este enredo.

Cada vez se hace evidente la necesidad de establecer acuerdos políticos básicos sobre el manejo de la economía. Este ir y venir de decisiones que encuentra opositores de circunstancia ya le ha hecho demasiado daño a la colectividad. Es hora de parar esta forma destructiva de hacer política y pensar, pero hacerlo con convicción, primero en el país y no en los intereses de grupo o movimiento político.

En el mundo de nuestros días ya no es posible esconder la ropa sucia o poner la basura bajo la alfombra. Todo se ve. Todo se siente. El riesgo está a flor de piel. Los engaños son difíciles de digerir y ya es hora de que quienes dirigen o desean dirigir el país comprendan que no viven en el mundo de las oscuridades de antaño.


¿Qué opciones de lograr acuerdos con Estados Unidos en materia comercial hay para mejorar nuestras exportaciones con la visita presidencial a Washington?


Son muy altas dada la apertura que ofreció el gobierno de los EE. UU. a la delegación oficial ecuatoriana. Es sin duda alguna una noticia reconfortante dentro de ese ambiente denso por el cual atravesamos. Hay que ponerse las pilas y llevar adelante el proceso con mucha celeridad pues la ventana de oportunidad es temporal e inesperada.

El gobierno debería revisar los papeles de trabajo de la negociación frustrada por el gobierno de Palacio, ponerlos al día. Ver quienes estuvieron trabajando en los diversos campos y buscar su apoyo para evitar todo el largo proceso de entendimiento de esta negociación. Ahí existe una riqueza de conocimiento que debería ser aprovechada.


Colaboración

Diario El Comercio

29 de febrero 2020

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