No hay descanso
En pocos días el país deberá recibir la noticia sobre la decisión que tome el directorio del FMI sobre el cumplimiento de las primeras metas del programa trianual. Todo hace pensar, pues no hay razones que cuestionen las informaciones adelantadas, que será realidad el desembolso de 250 millones de dólares establecido en la tabla adjunta de los compromisos asumidos por el multilateral.
Entre tanto, en una acción presuntamente planeada con mucha anticipación, el ministerio de finanzas logró refinanciar buena parte de los vencimientos de los bonos colocados hace algunos años por el gobierno anterior que vencían en el 2020, cuya acumulación de pagos era motivo de un fuerte dolor de cabeza para la planeación fiscal y la fijación de algunos objetivos dentro del acuerdo comentado.
La noticia tomó desprevenido al país e incluso no se la comentaba en los mercados internacionales. La trabajaron con mucha reserva y aprovecharon el momento en el cual la atención mundial se concentraba en el debate sobre posibles decisiones de reducción de las tasas internacionales (La zona del euro no las revisará hasta entrado el 2020 y en el caso de los EEUU hay una probabilidad de que lo haga en la reunión de septiembre), debido especialmente al enrarecido ambiente de crecimiento en los principales centros económicos del planeta, provocado por las inconsultas (además de agresivas) amenazas comerciales del gobierno de los EEUU contra varios países con los cuales o tiene un acuerdo comercial convenido o quiere imponer su punto de vista.
Los temores de una nueva recesión han modificado los márgenes de las tasas de interés, llevando incluso a tener tasas inferiores a plazos superiores, lo cual significa que existe una sensación de incomodidad y cierto miedo por los daños que estas actitudes proteccionistas están ocasionando en el mundo. En ese ambiente, la operación es oportuna, se abrió una ventana que estaba cerrada hasta hace poco y obviamente ofrece un alivio al frente externo que sí tenía cara fea para el año que viene, especialmente en lo relativo a la reducción de la amortización de capital porque en intereses el ahorro no es mayor. Obviamente, también da respiro al fisco, que sin embargo tiene metas precisas en el campo del superávit global y primario, necesarios para caminar el largo sendero de desmonte de la deuda pública construida en los años de mayor abundancia financiera.
Los acuerdos y compromisos alcanzados con Chile también traen noticias alentadoras sobre la gestión de buscar la reinserción internacional del país. Y este fin de mes hay metas que cumplir con el FMI que las evaluará en septiembre. No hay descanso. El camino es extenso, con tramos inestables y peligros de derrumbes. Ojalá la política mejore porque hay muchos nubarrones feos.
Colaboración
DIARIO EL COMERCIO
14 de junio del 2019