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Inquietudes nacionales

¿Cómo evalúa que el Fondo Monetario Internacional, en misión en el Ecuador, diga que son posibles los acuerdos?


Es una noticia que se esperaba desde hace algún rato. No es algo que aparezca de improviso o que le tome al país desprevenido. Las deplorables condiciones económicas a las que le condujo la política económica desaprensiva del gobierno anterior, por darle un calificativo benigno, cuyos correctivos enfrentan dificultades de alta complejidad, demandan sin lugar a duda alguna un entendimiento con este organismo, precisamente para enfrentar con mayores y mejores herramientas las soluciones de los profundos desequilibrios que tiene toda la estructura económica.

El Ecuador necesita soporte financiero de este tipo de instituciones con varios propósitos: poner a las reservas internacionales en un nivel presentable que aseguren la continuidad de las actividades nacionales, tranquilice o por lo menos mitigue las preocupaciones de los mercados internacionales, mejore las condiciones de acceso a los nuevos créditos externos que serán necesarios contratar, ofrezca una señal de mayor seguridad a la inversión privada; ayude a resolver el déficit fiscal y lo ponga en una ruta de abatimiento; permita avanzar en las negociaciones comerciales; y, fundamentalmente, consiga desenredar el nudo gordiano del estrangulamiento financiero que frena el crecimiento y deteriora las perspectivas de empleo.


¿Qué significa la activación de los multilaterales y comentarios positivos como los del BID o la CAF?


Es una señal de gran valor, que deberá ser honrada por la ejecución de la política económica que se presentó a su evaluación. Avisa al país y la comunidad internacional sobre el amplio compromiso político de llevar adelante los cambios que sean necesarios para preservar la dolarización, recuperar el dinamismo perdido, dentro de un vasto espectro de campos de acción, para lo cual ellos están dispuestos a ofrecer sus recursos.

De lo conocido es posible deducir que la negociación encaminada y parece estar en su fase final, no es de plazo menor ni de monto reducido.


¿Vendrían otros ajustes como exigencias del FMI?


Un programa económico que se sustenta en exigencias de un externo, por más importante que sea, tiene muy baja posibilidad de éxito. El gobierno y el país deben estar previamente convencidos de la necesidad de cambiar el rumbo de la política económica antes de conversar con los multilaterales. Es el compromiso nacional el que le lleva a buscar socios, aliados, a establecer estrategias compartidas (pero consentidas), como mecanismos complementarios para salir de las vecindades del infierno al que le condujeron las decisiones nacionales, pues ellos (los multilaterales) no tocaron pito en las transgresiones económicas.


Una advertencia: en el corto plazo no se avizora una economía recuperada, con crecimiento. Tomará tiempo reconstruirla y convencer a los agentes económicos sobre la bondad de la gestión en ejecución.


¿De qué montos de dinero se podría hablar de los préstamos de los multilaterales y qué decir de las condiciones, tasas y plazos?


Por el tipo de anuncio, el monto debería ser de dimensión significativa, ya que el objetivo central, en la parte financiera es despejar dudas sobre la capacidad de pago y la posibilidad de salir de hoyo en el que se encuentra la economía. Las condiciones financieras son reconocidas como blandas tanto por las tasa de interés como por los plazos a los que se conceden los créditos. Seguramente serán superiores a los 10 años plazo ( dependiendo del tipo de facilidad que se haya negociado) y las tasas menores al 4% (algunas incluso pueden ser inferiores al 1%)

El programa debe ser por lo menos trianual para que exista un horizonte compatible con las rigideces del modelo que tiene que ser preservado.


¿Qué porcentaje del déficit fiscal se puede atender con los multilaterales?


No mucho, pues más que ese objetivo, que existe, está la recuperación de los instrumentos de defensa de la economía: regreso de capitales, mejores reservas internacionales, crecimiento de depósitos y estabilización de los créditos internos.


¿Qué hacer con los créditos chinos?


El gobierno tendrá tiempo para establecer una estrategia que preserve, con transparencia y mucha responsabilidad, las relaciones con ese importante país, a la par que obtenga mejores condiciones de sus líneas de financiamiento.

Ecuador debe mantener una buena relación con China y los demás países que demuestren interés en participar en el desarrollo nacional; y, estén dispuestos a hacerlo bajo principios éticos firmes.



¿Cómo evitar que el país sufra de iliquidez y de qué manera se fortalece la Reserva Monetaria?


Ya es tarde para hacer esta pregunta. Esa realidad existe. Se la advirtió con mucha antelación. Se cuestionaron las inconsultas decisiones de uso y abuso de las reservas internacionales del BCE, al igual que de las disponibilidades del IESS y otros fondos privados.

Ahora toca reconstruirlas y, claro viene lo duro. Pero hay que hacerlo. En parte los acuerdos con los multilaterales pueden ser útiles y oportunos, siempre que esas reservas no se moneticen.


¿ Qué opina de la polémica por el cobro de intereses de las tarjetas de crédito?


Poco sustantiva. Con deleznables argumentos. Politizada. No existió objetividad en su análisis y el resultado pone sobre la mesa la inseguridad jurídica.


¿Puede el Ministerio de Salud hacerse cargo de actuales responsabilidades del IESS para alivianar el peso en la economía de la Seguridad Social?


Así debería ser, pero no tiene recursos para asumirlo además de una organización poco eficiente.


Colaboración

Diario El Comercial

Febrero 16 del 2019

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