Inquietudes nacionales
- Abelardo Pachano
- 4 ago 2018
- 3 Min. de lectura
¿Qué opina de la focalización de los subsidios?
Conceptualmente los subsidios deben estar siempre focalizados. Sirven para atender a grupos específicos, perfectamente definidos en términos sociales, económicos, regionales, que requieren una asistencia particular por parte de la colectividad, a nombre de la cual el gobierno destina unos recursos de forma temporal, mientras subsista el objetivo o se cumplan los propósitos que se protegen con esta contribución solidaria.
La generalización de los subsidios es una deformación de su concepto. Igual es la caracterización de indefinidos, pues dejan de tener esa función moduladora de la circunstancia a la cual se le quiere atender hasta que pueda recibir un tratamiento general.
Estos beneficios además requieren estar cuantitativamente definidos. Constar en el presupuesto nacional con valores precisos. En definitiva, la discusión actual de reconducir los subsidios hacia una caracterización consistente con sus funciones, no es otra cosa que buscar el rescate de un instrumento económico-social perdido entre las deformaciones de la política nacional.
Dicho esto, es indispensable saber el destino de los ingresos que recibirá el presupuesto para reconocer la pertinencia de la decisión, pues si bien la medida va en la dirección adecuada, tomarla para continuar con un gasto público desproporcionado, no tiene sentido ni vale su recomendación. Debe ser parte del proceso de redimensión de toda la estructura pública en monto, calidad y eficiencia, de tal manera que estos fondos sirvan precisamente para contar con una organización pública con claras responsabilidades y definidas prioridades.
¿Qué hacer con el subsidio al gas que siempre ha sido explosivo políticamente hablando?
Es ,al igual que los demás combustibles, un producto que si bien tiene una estructura de consumidores de bajos recursos, no puede quedar fuera de los principios señalados en la pregunta anterior. Es más, con los instrumentos tecnológicos actuales, la focalización es mucho más viable y segura. Minimiza las transacciones irregulares y, por cierto, algo muy importante que no lo comenté antes, combate el contrabando, que según algunos puede llegar hasta el 30% del consumo nacional en ciertos productos.
¿Es viable un acuerdo stand by con el Fondo Monetario Internacional, con qué premisas?
Por supuesto. No sólo que es viable sino que lo creo necesario y hasta inevitable si tenemos la convicción de ofrecer al país un mejor horizonte. No hay forma de salir ordenadamente de este embrollo sin la presencia de los organismos multilaterales, que están ahí precisamente para asistir a los países que carecen de ahorro, atraviesan por momentos de estrangulamiento financiero y necesitan una transición hacia la construcción de las premisas que pueden convertirse en los imanes del empleo y la inversión.
Este acuerdo debería se multianual, de características extendidas, con metas especialmente fiscales muy claras. Aquí, las reglas de disciplina pública con seguridad tendrán prioridad particular. Que bueno sería aprovechar la iniciativa del proyecto de Transparencia Fiscal promovido por Participación Ciudadana y Cordes, para complementar los cambios de la institucionalidad económica.
Me parece que la reintroducción del contrato de trabajo a plazo fijo de un año, es un mecanismo que ayudaría a impulsar el empleo, mejorar la productividad y estabilizar la producción.
¿Qué opina de la creación de un fondo de estabilización?
Una de las mayores dificultades de la política económica radica en su capacidad predictiva sobre la duración de un ciclo económico. Las transformaciones dinámicas de las sociedades, el ingreso de nuevos instrumentos tecnológicos, el descubrimiento de los resquicios que permiten evadir las normas de prudencia, entre la múltiple parafernalia diaria siempre llevan consigo el germen del ocaso de un proceso económico. Incluso factores externos, muchos impredecibles, otros a la vera del camino, cambian el curso de una realidad y ahí, los fondos de estabilización hacen su trabajo. Sirven para mitigar el daño, corregir el rumbo, minimizar los costos sociales. En resumen, para volverle al ciclo más manejable. Darle al país una poderosa arma que rompe esas causalidades destructivas.
Keynes, en su Teoría General, precisamente introduce un papel dinámico, temporal (vale recalcar este principio olvidado por algunos despistados), correctivo del rumbo económico del Estado, que para el caso de los países carentes de moneda de curso internacional, se lo instrumenta mediante estos fondos de estabilización.
¿Qué opina de la posible entrada del Ecuador a la Alianza del Pacífico? Ventajas y desventajas
Finalmente, parece que termina la etapa del ostracismo económico. Ya era hora de entender que los oportunidades están en el mercado mundial. Ya es hora de enterrar el proteccionismo como promotor de la producción, cuando en sus entrañas tiene dos terribles distorsiones: perjudica al consumidor (subsidia al productor) y promueve la ineficiencia.
Los acuerdos económicos, de amplio espectro, que van más allá del campo comercial, son herramientas poderosas de disciplina en las normas de manejo responsable y predecible de las economías vinculadas. Así como generan obligaciones (que por supuesto deben ser negociadas con mucha delicadeza), ofrecen derechos que protegen a los productos nacionales. Reducen la discrecionalidad política tan dañina.
COLABORACION
DIARIO EL COMERCIO
4-AGOSTO-2018