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Inquietudes nacionales

¿Qué opina sobre el aplazamiento de los anuncios oficiales en materia económica hasta fin de marzo?


Es entendible dado el cambio producido en el ministerio de finanzas que es el organismo rector de la política fiscal, cuya importancia bajo el régimen de dolarización, es indudablemente categórica.

Es justo ofrecer a la nueva funcionaria el tiempo necesario para su familiarización con los detalles de la situación macroeconómica, en especial la correspondiente a las finanzas públicas, al sector monetario, al externo, a los sectores sociales y productivos.

A pesar de ello, la postergación confirma primero que el problema es complejo, tiene muchas ramificaciones y requiere un adecuado entendimiento para su solución; y, segundo, la débil conceptualización gubernamental sobre la problemática, por lo cual el contenido del nuevo plan ofrecido sigue envuelto en una neblina.


¿Cuáles, a su juicio son las prioridades del plan?


Sin ninguna duda debe enfocarse en generar empleo adecuado, seguro, en una dimensión tal que cambie la estructura mayoritariamente informal del mercado laboral.

Para lograrlo necesita encontrar los mecanismos e incentivos que sean atractivos para la inversión privada, pues de ella va a depender la consecución de ese objetivo. La recuperación de la competitividad, con todos sus bemoles, forma parte de esta estrategia, que debe tener efectos financieros de corto plazo y, también necesita enfocarse en un horizonte razonablemente largo.

En ese plano, es imprescindible asegurar un ambiente de estabilidad económica y seguridad jurídica, acompañado de una definición muy clara y precisa del papel del Estado en la sociedad, de sus responsabilidades primigenias, del buen manejo de los recursos públicos, de la sanidad financiera del Estado, de una conducta predecible de la política económica.

Hay que abandonar los experimentos que retan las normas básicas en las cuales se asienta la confianza, con cuyo aporte las decisiones vendrán de la mano y podrán recuperar la capacidad de crecimiento de la economía.


¿Qué importancia asigna usted a la búsqueda de un nuevo perfil de la deuda hacia intereses más bajos y plazos más largos? ¿Es viable?


Todo es posible en el mundo económico, incluso llevar a un país al infierno. Y sino mire la tragedia venezolana.

Sobre la pregunta, la modificación de las condiciones en las cuales fueron contratados los créditos por parte de las entidades públicas, será posible conseguirla si el gobierno la incorpora dentro de un serio programa de recuperación de la sensatez en el manejo de las responsabilidades encomendadas al Estado.

Sin un plan consistente, será muy difícil llevar adelante esta delicada tarea, para la cual el apoyo simultáneo de los organismos multilaterales es requisito indiscutible e inevitable. No se ve forma de hacerlo sin este acompañamiento, en especial si lo que se busca es encontrar una fórmula que le de tiempo al país para recuperar su capacidad de pago.


¿Sobre el nombramiento de la nueva ministra Viteri, siendo ex funcionaria del Régimen anterior, es posible que, como ella señaló, tratándose de un momento distinto aplique otros caminos a los de la década pasada?


Eso está por verse. Depende primero de su afán de enmienda, pues lo que hizo hace ocho años ocasionó daños que no estaban en el horizonte económico. Esos daños se los creó con decisiones totalmente inconvenientes, que en su momento fueron advertidas, pero desoídas. Segundo, que tenga clara la problemática, la entienda, no esté influenciada por su ideología sino que se asiente en la comprensión del funcionamiento de las leyes económicas. Tercero, que cuente con el respaldo del gobierno. Cuatro, que la ejecute.


¿Por qué razón no bajan las tarifas eléctricas y si se comenta que hay abundancia de este recurso y se podría cambiar la matriz energética?


En síntesis porque no existe un plan coherente de optimización de este sector. Porque no se incluyen a los servicios públicos dentro de una matriz de solución de los costos de producción y mejoramiento de competitividad. Porque la salud financiera fiscal es mala y no tiene márgenes de maniobra. Le falta plata por todas partes, por lo cual ha contaminado muchas instituciones como el BCE o el IESS, y no hay cabida para una racionalización de las empresas públicas sin una redefinición del papel del Estado en la economía


¿Qué medidas concretas se pueden aplicar para reducir el gasto público? ¿Cuánto puede generar eso y qué efectos tendría en la economía?


Vuelvo a la premisa fundamental: primero es indispensable definir el papel del Estado, para encomendar las decisiones e reducción del gasto. Por supuesto, aquí cabe la revisión de la calidad y necesidad de los gastos actuales, pues se aprecia un derroche de dimensiones que podrían corresponder a algunos puntos del PIB.

El presidente ya ordenó a sus ministros y funcionarios reducir entre el 5% y 10% de sus presupuestos. Si esto se cumple, la contracción del gasto podría oscilar entre los 1.300 y 2.600 millones anuales. Si se incorpora a todas las entidades públicas, la reducción podría ser de hasta 3 500 millones, es decir alcanzar casi el 50% del déficit actual, que luce poco real, pero que señala el camino por el cual hay que transitar.

Es importante tener claro, que la redimensión del tamaño del Estado es la condición más importante de todo un plan de rehabilitación económica, pero no es lo único que se debe hacer.

Colaboración

Diario El Comercio

17-MARZO-2018

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