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Inquietudes nacionales

¿Qué pasa con la deuda del gobierno en el Banco Central?


Hasta el 12 de mayo, el monto registrado se mantiene en el orden de los 5 800 millones de dólares, de los cuales la gran mayoría corresponden a bonos emitidos y negociados en este año, muchos de los cuales fueron producto del canje con los Cetes que con anterioridad había adquirido el Central. Vale señalar que en la cuentas fiscales no constan como parte del endeudamiento público.


En las cifras del 19 de mayo apareció una reducción de un poco más de 2 100 millones de dólares de esta deuda pública, aparentemente compensada con otros activos adquiridos por el Central. No se si en compensación o como dación en pago por parte del gobierno. Lamentablemente, por alguna razón que desconocemos, el BCE eliminó esa información de su pagina (Ver informe semanal de Cordes), aún cuando mantuvo la correspondiente a la Reserva Internacional, que en definitiva proviene de la misma fuente.


Aprovechando esta circunstancia inusual, se encuentra que en los datos de las disponibilidades de caja e inversiones del BCE al 19 de mayo, que son parte de los activos de reserva internacional, no existe un ingreso de caja o un depósito hecho por el gobierno para abonar ese monto importante de la deuda.


¿A dónde nos lleva todo esto? A pensar que la reforma legal que hicieron hace poco para autorizar la emisión de acciones de las entidades financieras públicas, como la CFN, el ex BNF (no me acuerdo como le llaman ahora), entre otros, es el posible vehículo utilizado para convertirle al BCE en el dueño-accionista- de esas entidades, transformando las deudas del gobierno que debían pagarse (así se comprometieron públicamente), en papeles de instituciones públicas, cuyo valor o recuperación es, por decir lo menos, dudosa.


Si esto es cierto, o si se entregaron otros activos como dación en pago, que confirmaría la precaria situación de la caja fiscal, el BCE tendría ahora unos activos mucho más complejos de recuperar, de plazo indefinido, obtenidos con los depósitos a la vista que le confiaron por ley las entidades públicas. Por esta vía, la contaminación se profundiza y el riesgo del sistema sube de grado.


Por la delicadeza del tema, que es producto de una transacción en las postrimerías del anterior gobierno, es indispensable contar con la información oficial que esclarezca lo ocurrido. Ojalá dejen sin efecto todo este entramado y más bien busquen restablecer la liquidez perdida por el BCE.


¿Cuáles son las expectativas de inflación para este año?


No se espera un resultado diferente a lo que viene ocurriendo desde el año anterior. Oscilará, en el peor de los casos hasta un 2% anual, dependiendo de las características que tome la política económica del nuevo gobierno. Si hay una continuidad marcada en la línea de gestión, el resultado puede ser menor, pues en esos términos será difícil encontrar un camino que revitalice la demanda interna. De ser así, las empresas continuarán realizando sus actividades bajo una economía constreñida en sus mercados nacionales.


Los datos que reflejan las encuestas hechas por las entidades gubernamentales hasta fines del mes pasado, señalan una inflación acumulada en los cuatro primeros meses del 0.86%; y, la anual (abril-abril) 1.09%. Mirados de forma aislada y evaluados de forma general, lucen aceptables y consistentes con los principios que gobiernan el modelo de dolarización, aún cuando hay manifestaciones de los consumidores sobre un resultado mayor en la variación de los precios que encuentran en sus compras rutinarias en los mercados.


Al desglosar y mirar los componentes más importantes de la canasta de productos que sirven para obtener los resultados comentados, se extraen algunos comentarios que ameritan una reflexión detenida: Los precios de los alimentos vienen subiendo a un ritmo menor del conjunto de bienes contenidos en la canasta. Anualmente han aumentado el 0.79%, lo cual ayuda mucho a las clases populares, pues la proporción de su ingreso destinado a esto bienes es mayor al que destinan los otros estratos sociales.


Dentro de estos bienes, la conducta de los precios del pan (-0.63%), las carnes (-2.07), los aceites (-1.52%) y las frutas (-2.85%), todos en proceso deflacionario, contrastan con los incrementos anuales de las colas (10.08%), las aguas minerales (10.75%) y la cerveza (14.24%).


Preocupa, de manera particular, el comportamiento de los productos industriales no alimenticios, pues muchos de ellos demuestran una tendencia declinante de precios, que sin duda ocasionan dificultades en la viabilidad de algunas empresas. Los más evidentes son los productos textiles que caen el 3.31%, mientras el calzado lo hace en el 5.44%; y, claro, sólo para tener presente en el análisis, hay que recordar su atractivo como actividades demandantes de mano de obra.


¿Qué reforma hicieron a la normativa crediticia de la banca?


Incrementaron el monto de capital requerido por la banca para conceder créditos comerciales destinados a la adquisición de vehículos ( lo elevaron al 200%) e impusieron garantías mínimas superiores para otorgarlos (150%), lo que significa en términos prácticos abono inicial del 40% del valor del carro.


En definitiva lo que buscan es desincentivar este tipo de financiamiento con el propósito evidente de reducir el consumo y la importación de estos bienes.


Lo que no está claro es la forma de aplicarla, en el sentido de hacerlo sobre nuevas operaciones o, es retroactiva al stock actual de cartera concedida. De cualquier manera se producirá un frenazo, que incluso puede ser muy brusco y perturbador para la banca y el comercio de vehículos si la retroactividad es la fórmula escogida.


Colaboración Editorial

DIARIO EL COMERCIO

Mayo 27 del 2017

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