Inquietudes nacionales
¿Cómo explicar el alza del riesgo país sucedida luego de las elecciones?
Es el resultado lógico de una situación de incertidumbre creada en los mercados internacionales, primero ante un resultado político cuestionado, con manifestaciones de inconformidad por parte de ciertos sectores; y, luego frente a la ausencia de un plan económico debidamente estructurado, con compromisos de solución a los macro desequilibrios evidentes.
Demuestra, de forma inequívoca la preocupación internacional por las dificultades que existen, lo cual se recoge de manera cuantitativa en ese castigo.
¿Qué señales deberá dar el nuevo gobierno para dar credibilidad a los mercados internacionales?
Las dos opciones de gobierno deberán ofrecer señales consistentes, pero en especial la de abandonar ese discurso agresivo, descalificador contra las actividades privadas, contra los trabajadores, en fin contra todos aquellos que manifiesten opiniones críticas a la gestión pública. Sin un mejor ambiente colectivo, la posibilidad de recuperar la economía es marginal. Es vital enfrentar las causas de la crisis ligadas a la existencia de un Estado obeso e ineficiente y, ponerlo en práctica. Lo demás viene por añadidura.
¿Cuáles deben ser los primeros pasos del gobierno que se posesiona en mayo en materia económica?
Creo que la esencia de las decisiones se aprecia en la respuesta de la pregunta anterior. Sin embargo, podría ampliar lo dicho, indicando que, sin una modificación conceptual hacia una política económica más equilibrada y consensuada, amigable con los factores de la producción, las perspectivas no lucen agradables.
De qué manera se puede considerar un nuevo perfil de la deuda para aumentar plazos y bajar tasas de interés y en qué medida se puede hacer?
Lo he dicho en reiteradas oportunidades y lo repito en esta ocasión. La abultada deuda pública, cuya cuantía no ha podido ser determinada por las malas prácticas de registro en las cuentas nacionales, pero que supera de largo el 50% del PIB, es una carga desproporcionada para el presupuesto del gobierno.
Al sumar, sólo los datos oficiales relativos a gastos financieros (intereses más comisiones), los pagos de capital (amortizaciones) y el valor de las preventas petroleras (anticipo de exportaciones), se necesitan más del 8.5% del PIB; y, ese monto supera de largo lo que se destina a educación y salud.
De esos componentes, es posible reducir los tres conceptos, pero se necesita convencer a los acreedores sobre la viabilidad de la economía y, aquello, solo puede ser conseguido con un programa económico serio y coherente.
¿Qué decir del nuevo préstamo del Banco Central al ministerio de Finanzas?
De lo que va el año 2017, prácticamente el gobierno ha incurrido en nuevos endeudamientos, externos e internos, a un promedio cercano a los 900 millones de dólares mensuales. De esos, ha extraído 500 millones cada treinta días al Banco Central, hasta llegar a un monto de endudamiento de un poco más de 5 800 millones con esta institución.
En esa perspectiva se inscriben los últimos desembolsos del BCE. El gasto público no da señales de control. No hay afán de adaptarlo a la realidad y a la capacidad de pago de la economía. Sigue desbordado y rompe todo principio de tolerancia o respeto a las normas de prudencia.
Es tan desproporcionado este gasto público, que ha llevado al BCE a utilizar una parte de las reservas bancarias con este propósito. Al 31 de marzo, las reservas internacionales fueron de apenas 3 810 millones de dólares, en tanto los fondos depositados por los bancos privados en el BCE superaron los 4 730 millones. En otras palabras, se dispusieron 920 millones del dinero de propiedad de los clientes de los bancos privados (20%)
Si se toman en cuenta todos los depósitos por los cuales debe respondel el BCE, incluyendo las instituciones públicas y el IESS, cuyo monto alcanzó los 10 720 millones, la utilización llega a los 6 900 millones de dólares (64%)
Cómo el problema fiscal dejó de ser un desbalance temporal de caja, que fue el argumento con el cual se justificaron los primeros endeudamientos con el BCE y, pasó a ser un aspecto estructural, el gobierno ha convenido en sustituir la deuda de corto plazo (CETES), por bonos a mediano y largo plazo, incluso con intereses subsidiados, inflexibilizando la estructura del balance del BCE. Y esta transformación por la cual casi 5 000 millones son Bonos y 800 millones CETES, no se aprecia en los datos de la deuda interna.
¿Se puede decir que el gasto público se redujo en el año 2016?
Depende de la forma como se lo mire. En términos absolutos, todo el sector público gastó 1 000 millones menos, pero en términos del PIB, ocurrió lo contrario. El gasto fue superior en medio punto porcentual, pues la economía decreció en una proporción mayor.
En el año 2006 los gastos públicos fueron el 21% del PIB y llegaron al 44% en el 2013, hasta ubicarse en el 39% el año anterior. Ahí está la foto de las desproporcionalidad a la que arribó la actividad pública en los últimos 10 años y que tanto dolor de cabeza nos ocasiona y ocasionará.
Sólo en salarios se gasta más de lo que se recauda en Impuesto a la Renta e IVA. Se superaron los 10 000 millones anuales por este concepto y pensar que eran 3 160 millones hace 10 años (216% de crecimiento o tres veces su valor inicial).
Los intereses por su parte se duplicaron, en tanto los gastos de capital llegaron a un poco más de quintuplicarse.
Colaboración Editorial
DIARIO EL COMERCIO
Abril 15 del 2017