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Inquietudes nacionales

Comente si el presente gobierno o el que le suceda deberá contratar nuevos empréstitos este año.


La estrategia de financiamiento del presupuesto del gobierno, así como aquella vinculada con la balanza de capitales, deberán ser parte de un plan integral de recuperación de la economía y del restablecimiento de las condiciones básicas indispensables para volver a crecer.


No se los puede considerar de forma aislada. El nuevo gobierno requerirá adecuar la política fiscal al funcionamiento de todo el sistema económico, como un todo general. Aspecto omitido, no se si deliberadamente o por insuficiencia técnica derivada de la incompatibilidad funcional de la actual política económica. Por lo menos, nadie de fuera del entorno cercano al poder político ha podido conocer los datos detallados de las metas a alcanzase en los distintos campos de la programación económica. Y, por eso precisamente, las tesis oficiales han cambiado de color como el camaleón.


Con esta base, es indiscutible la necesidad de reconocer y establecer un período de transición, durante el cual será necesario mantener ciertas líneas de gestión, hasta tanto empiecen a ofrecer resultados los cambios propuestos en la ejecución de lo que podría denominarse la Nueva Política Económica.


En esa perspectiva, todo rompimiento violento o cambio radical, no parece recomendable, lo cual no significa renunciar a la aplicación de otros paradigmas económicos que ofrezcan mayores posibilidades de continuidad: Que no sean excluyentes, sino integradores de los distintos intereses que conforman la realidad ecuatoriana; que no reten la lógica económica ni traten a los agentes económicos como inútiles o tontos.


Para experimentos, el país ya sufrió más allá de lo necesario. Debe volver a la racionalidad y dejar de inventar tesis overjoleadas, que nunca funcionaron en donde se las intentó introducir.


¿El nuevo gobierno deberá hacer ajustes o aplicar medidas graduales, de shock o dejar todo como está?


De alguna forma está contestada la pregunta en las reflexiones hechas para la anterior. Sin embargo, estoy convencido, una vez más, que a pesar de las dificultades propias de los programas graduales, especialmente por los anti cuerpos que genera la sociedad, son el mejor camino para superar la crisis actual.


Con acciones sostenidas de corrección de los desequilibrios, mediante las cuales los daños sociales se minimizan, el país puede conseguir salir del hueco al que le llevó una política imprudente, desequilibrada, derrochadora. Ahora, toca trabajar con los antónimos. Eso significa de por si un enorme esfuerzo de corrección de conducta colectiva; y, como podrán advertir los lectores, no es tarea fácil, ni de corto plazo.


En ese plano, los estratos económicos medio y alto deberán reconocer su disposición solidaria para sostener el peso mayor de la corrección económica. Por eso, el programa deberá ser muy cuidadoso en la forma de conducir los cambios graduales. Y para que quede claro, esta forma de trabajar en la transición de ninguna manera implica postergar decisiones fundamentales ligadas con el mejoramiento de las relaciones de las actividades privadas con el Estado; con una comprensión clara de la interdependencia de todos los actores de la sociedad y su necesidad de contarlos como parte de la solución.


En escencia, tiene prioridad crear un marco de diálogo: trabajadores, empresarios y estado. Igual tarea compete a los actores políticos, que en lugar de ser los portadores de problemas sean los acarreadores de soluciones compartidas.


¿Si gana Lenin Moreno cómo puede sustentar el alza del bono de desarrollo humano y la oferta de viviendas para todos?


No lo sé. En las deplorables condiciones fiscales, estas ofertas caen en el plano de la demagogia; y, si se intenta imponerlas traerán consigo mayores dolores de cabeza. Ahora bien, si para esto se eliminan otros gastos y se abandona los programas de inversión pública, la caja fiscal podría encontrar algún “dinerillo” Si lo hacen con mayores tributos, profundizarán la recesión actual.


¿Si gana Guillermo Lasso como puede poner en práctica el generar un millón de empleos en cuatro años y financiar el Presupuesto si se deja de cobrar los 14 impuestos?


No lo tengo claro. Son dos ofertas que necesitarán cirugía mayor del gasto público y una entrada de capitales privados de cuantía superior. De cualquier manera, la implantación de un recorte de ingresos superior a los 3 000 millones, trae consigo una revisión conceptual del papel del Estado en la economía. Sin eso, no es posible llevar adelante lo propuesto. Y, para la creación de empleos, a una tasa mensual media de 20 000 mensuales, los atractivos para la inversión privada deberán ser muy convincentes.


¿Si usted tuviera en sus manos cambiar el modelo económico y diseñar una política en ese rubro que plantearía?


La definición del papel del Estado y las actividades privadas dentro de la sociedad determinan el tipo de gobierno y política que se ejecuta. La actual visión, desequilibrada por la presencia de un estado obeso, abusivo, ha demostrado, una vez más, su total inoperancia.


El equilibrio en las relaciones entre trabajadores, empresarios y estado, como socios del desarrollo ( no como partes antagónicas) es una vía que ofrece resultados tangibles en donde se la aplica. Aquello requiere de comprensión, tolerancia, perseverancia, afán de enmienda y propensión al diálogo. No es un camino sencillo, pero si no se lo recorre, no se llega a ninguna meta.


En el corto plazo, por los daños existentes, será necesaria mucha prudencia, pero también capacidad de decisión. Las rectificaciones serán innumerables, aunque dentro de ellas se deberá cuidar de manera particular el empleo y la situación de los estratos bajos.



Colaboración Editorial

DIARIO EL COMERCIO

Marzo 04 del 2017


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