Inquietudes nacionales
¿Qué efectos puede tener para el Ecuador el aislacionismo que proclama Donald Trump, tomando en cuenta que la economía estadounidense es la de más complementariedad con Ecuador?
No creo que se pueda calificar sólo de “aislacionista” a la política propuesta por el presidente Trump. Es mucho mas que eso. Rebasa el campo de la economía. Es, una propuesta audaz, agresiva, con un discurso patriotero mantenido bajo un lenguaje áspero, confrontacional, impreciso,con afirmaciones artificiosas (Politifact-centro de análisis político de los EEUU- calcula el 70% de lo que afirma es falso), y él lo justifica diciendo que usa la figura de “hipérbole veraz” en sus sentencias.
Habrá que ver hasta donde puede avanzar esa fórmula anti institucional, dentro de la cual busca volver a una política económica, concebida con elementos de muy difícil articulación. Basada, además, en la amenaza antes que en los principios de eficiencia y competitividaddel capitalismo, que son los pilares del actual mundo de bienestar superior.
Es difícil ver la forma cómo pretende desarmar el complejo sistema de tratados internacionales, formado con mucho esfuerzo después de la segunda guerra mundial, en especial los vinculados con la apertura de las economías, la integración promovida por el cambio en las comunicaciones, la interdependencia productiva (encadenamiento de procesos) entre países para ofrecer un producto final, la movilidad y libertad de los servicios, entre tantos elementos que han configurado un mundo más liberado.
Eso no quiere decir que no intentará modificarlo. Para conseguirlo, haráuso de toda la fortaleza que le ofrece ser la primera economía del mundo. Y aquí, la gran pregunta descansa en dilucidar si para avanzar en sus propósitos respetará la institucionalidad internacional o bilateral creada o, buscará un atajo que le permita romper el cerco legal. Si va por el primer camino, las renegociaciones de los tratados tomarán su tiempo, podrán revisarse algunas clausulas sin imponerlas. El mundopuede modificar sus reglas sin alterar la gran línea de globalización.
Bajo la segunda opción, el peligro ronda en los bordes de acciones retaliatorias por parte de los agredidos, que puede derivar en un conflicto económico, cuyos daños dependerá de la impertinencia de la línea de gestión escogida.
Ahora bien, no hay que olvidar que el cambio en las relaciones internacionales busca ofrecer a los EEUU la posibilidad de crecer a un ritmo superior mediante el impulso de la economía doméstica. Para aquello,busca bajar impuestos, invertir en infraestructura y demanda imponer barreras o negociarlas, que encarecen el precio de los bienes importados, endurecen la política monetaria con intereses más altos, favoreceun dólar más fuerte y reduce las posibilidades de exportar sus excedentes.
Y todo este proteccionismo selectivo trae consigo un posible impacto laboral. En su versión extrema, podría destruir hasta 6 millones de puestos de trabajo que se crearon precisamente en las actividades de exportación promovidas por los acuerdos de comercio. Y, este es en definitiva, el resumen social de lo conseguido con la apertura negociada desde hace más de dos décadas.
Existen de forma palmaria muchos dilemas, unos explícitos y otros no vistos, que irán moldeando los términos de la gestión. De cualquier manera, serán transacciones sufridas. Las fricciones en la variada gama de las relaciones externas marcarán una etapa compleja.
Para el Ecuador, el fortalecimiento del dólar es un problema en la recuperación de la competitividad de las exportaciones y, en el freno de las importaciones de otros países. La ausencia de acuerdos comerciales, es una desventaja y una amenaza a cualquier decisión unilateral de los EEUU. Por ahí, no se sabe que agenda maneja el gobierno de Trump. El aumento de los intereses, con una deuda mal negociada y concentrada en corto plazo, tampoco ofrece un buen mensaje, a lo cual le puede molestar el efecto del retorno de capitales de los EEUU a su mercado interno.
La autonomía energética es otro escollo, que viene acompañada del desarrollo bastante más rápido de lo que se pensaba de las energías alternativas y amigables con la naturaleza.
¿Cómo evalúa el primer mes de acuerdo con la Unión Europea, aunque sea todavía incipiente su puesta en marcha?
Mejor de lo que se esperaba. Las transacciones empiezan a modelarse dentro de los nuevos parámetros y eso crea un buen ambiente en muchas actividades nacionales. Hay un horizonte lo suficientemente largo que puede ser el anzuelo para reactivar planes de inversión privadas.
¿Cuáles temas considera prioritarios que los candidatos aborden en el Diálogo Presidencial convocado por EL COMERCIO?
Existen dos grandes temas que oscurecen el futuro: el primero la vigencia real de un sistema democrático, funcional, institucional, transparente, responsable. Y, el segundo el económico, en el cual se resuelvan dos dilemas vitales: recuperar el equilibrio fiscal y externo sin someter a la economía a un programa basado en las restricciones; y, optar por una recuperación sostenida para la competitividad internacional.
Sin un acuerdo de gobernabilidad política, dentro del cual se fijen cuatro o cinco grandes acuerdos nacionales, que aseguren un manejo previsible de la sociedad y, se comprometan metas objetivas, poco podrá hacerse para recuperar la vitalidad económica perdida.
Si creemos en una sociedad madura, que dejó sus devaneos políticos juveniles e irresponsables, la mejor manera de enfrentar los retos va a depender de la capacidad de crear un frente sólido, que mire más allá de las narices y reconvenga en forjar una sociedad de oportunidades.
Colaboración Editorial
DIARIO EL COMERCIO
Febrero 04 del 2017