top of page

Inquietudes nacionales

El Gobierno sostiene que la contracción está empezando a revertirse. ¿Qué síntomas ve usted?


No hay evidencia que lo respalde. Las situaciones macro y micro económica son deplorables. Es posible que exista algún lunar empresarial que esté excluido de esta realidad, pero será la excepción por sus características muy particulares.


Muchos indicadores demuestran una contracción enorme. La forma de calificar su trayectoria sería decir que se han derrumbado, con lo cual se visualiza ese profundo grado de deterioro. Y, todavía no se aprecia que hayan llegado a un nivel que permita señalar que toparon fondo.


El ajuste continúa. Las condiciones externas siguen demostrando fragilidad e inestabilidad; y, a lo interno el tamaño del estado continúa ocasionando serios dolores de cabeza para mantenerlo en funcionamiento. Se acumula día a día más deuda pública, en condiciones usureras.


Las empresas privadas ven caer sus ventas (85% de la encuesta del CEE), a la par que aumenta la morosidad. La gran mayoría están sometidas a un estrés de redimensionamiento muy grande. Se cierran centros de atención, se despide gente (65% de empresas encuestadas por CEE), se reestructura deudas. Esa es la agenda, a la que le acompaña una continua actitud pública de crear tributos que estrangula aún más el ya frágil estado de viabilidad financiera.


Nadie puede afirmar que la economía ya encontró un nuevo nivel de equilibrio, porque para sostener que la contracción ya concluyó, es indispensable alcanzarlo. Los resultados de la balanza comercial han mejorado, pero el camino para conseguirlo ha sido la contracción de la economía.


En países en recesión y cerca de la deflación, porque la evolución de los precios confirma esa tendencia, precisamente por la caída de la demanda interna, los resultados de las balanzas de pagos son los que se aprecian en estos meses. Igual ocurrió entre los terribles años 1999 y 2000, cuando se evidenció la mejoría de la balanza de pagos, pero era el resultado de la caída de más del 6% del PIB y no de un nuevo equilibrio, a pesar que el país todavía tenía una débil y poco apreciada moneda propia. Sin ajuste cambiario, la caída será mayor.


¿Qué significado tiene el contrato con una empresa turca para Puerto Bolívar y cuánto puede aportar al país?


Es producto de la aplicación de la nueva política de sustitución de la inversión pública por la privada, en actividades que durante 10 años de este gobierno estaban calificadas como estratégicas y de explotación exclusiva por parte del Estado. Confirma, la temporalidad de los planes de inversión pública, sustentados en una etapa de abundancia transitoria.


Es el segundo ejemplo de concesión a una empresa internacional, a 50 años plazo, para mejorar la infraestructura portuaria del país. No se dispone de la información de detalle del contrato y, por lo tanto, no es posible opinar sobre las condicionalidades financieras que sustentan esta transacción.


Desde un punto de vista conceptual, más allá de los términos propios de esta relación, es una decisión lógica que devuelve a la iniciativa privada una actividad para la cual el sector público no tiene vocación, ni responde a sus prioridades fundamentales.


Coloca el riesgo en los inversionistas, que se supone tienen experiencia para ejecutarlos, en lugar de poner la carga en el endeudamiento público, que transfiere ese fardo a toda la sociedad, sin asegurar el beneficio de su operación. Es de presumir, que los términos contractuales estén equilibrados y no supongan una claudicación del interés colectivo.


¿Cómo convivirá el nuevo puerto Bolívar con el de Posorja y dónde queda el siempre anunciado puerto de Manta y el proyecto Manta - Manaos? ​


Bajo una política económica de mercado y apertura a la competencia, los tres puertos deben sustentarse en la capacidad de la economía nacional de generar carga y producir oportunidades comerciales con el exterior. Cada uno, debe sostenerse en los estudios de mercado, que habrán servido de base a los inversionistas para aceptar el riesgo de su construcción, mantenimiento y desarrollo.


En una perspectiva de buscar mayor integración con el mundo y abandonar las posturas anquilosadas de proteccionismo, la construcción y mejoramiento de los tres puertos es una buena noticia. Le compromete al país con una línea de gestión económica más abierta, competitiva, eficiente. Con oportunidades.


En lo relativo a la carretera Manta Manaos, me parece que está postergada su ejecución. No así, la conclusión de la modernización del puerto, que con el de Esmeraldas completarían la baraja portuaria dedicada al comercio exterior.


¿Qué significa modificar el impuesto a los consumos especiales?


Encarecer su consumo. Colocarlos en una situación menos competitiva con similares de países colindantes. Desincentivar su producción. Considerarlos suntuarios o de valor negativo para el consumo humano. O simplemente escogerlos como instrumentos particulares para atención de las necesidades fiscales.


Este tipo de impuestos son una derivación del IVA general, al igual que el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD), que es otra denominación de la misma especie de tributo indirecto, regresivo.


¿Hasta qué punto se abren los caminos para cerrar los temas pendientes con la Unión Europea?


De los puntos pendientes que se conocen: salvaguardias, ICE, uso de patentes, derechos de autor, marcas, reaseguros, además de aquellos resultantes de la descompuesta política exterior, alguno puede resultar atendido con las reformas en curso.


Sobre los demás, es de suponer que se hallan en proceso de conciliación. ¿Se conseguirá resolverlos? No lo sé. Pero un fracaso, sería fatal.

bottom of page