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Otra vez el empleo

Debo volver sobre el tema pues el INEC presentó unos comentarios relativos a la columna titulada “Burbuja Pública”, publicada el viernes 22 de noviembre.

Empecemos por la defensa de la nueva metodología, que según el INEC por tener seis años de vigencia no puede ser criticada y peor calificada con “cuestionamientos conceptuales”. Si fuera así, cerremos la discusión y a dormir tranquilos. Lo cierto es que desde la publicación de los primeros resultados ya se presentaron dudas sobre la forma como se calculaba los índices de empleo y desempleo.


¿Por qué el INEC no realizó el trabajo de compatibilización con la estadística anterior? La serie, o si quieren las series, buenas o malas, pero realizadas antes por el mismo INEC y el BCE debían acoplarse a la nueva para ofrecer al país una serie histórica consistente. No lo hicieron y el daño en la información económica sobre empleo es responsabilidad de la misma institución, que hoy califica a la nueva metodología de impecable, pero critica su labor anterior. ¿Qué opinará en el futuro de lo que hace hoy?


Segundo, desde el cambio metodológico, por arte de magia cambió la conducta de la PEA (Población Económicamente Activa). Crece a una tasa tan baja que es incompatible con el comportamiento demográfico de la población total. Cambia, por lo tanto, el resultado de empleo y desempleo.


Números al canto: Antes (2006) la PEA urbana era el 31.3% de la Total. Ahora (2012), es de sólo 29.2%. En seis años la población aumentó en 1´556.000 personas y la PEA en sólo 153.000 (menos del 10% de la total). Hay por lo tanto no menos de 332.000 personas (por la caída de la PEA en proporción con la Total) que no aparecen en ninguna parte. ¿A dónde se fueron? ¿Desaparecieron. Migraron. Volvieron al campo? Pues es evidente, no están en las ciudades.


Al criticar las cifras de empleo público, dicen que son sólo 512.172 personas y no los 900.000 comentados en la columna. Sorprende, por decir lo menos este dato. ¿Cómo explican su diferencia con el informe de la Proforma del Presupuesto para el 2014, donde el gobierno reconoce 535.000 servidores públicos, sin contar a los de Petroecuador, IESS, empresas públicas, organismos regionales, universidades públicas, etc., etc. que en conjunto son fácilmente más de 100.000? Es decir, rebasan los 635.000 trabajadores. Por lo tanto, sólo con esta comparación, con datos oficiales sorprende que la encuesta del INEC tenga un error, con mayúsculas, del 24%. ¿Es eso admisible? ¿Con ello se genera confianza informativa?


Por eso, no soy el único que calcula las cifras de los 900.000 servidores públicos. Quienes estén interesados en el tema pueden mirar algunas publicaciones económicas semanales y encontrar las coincidencias.


DESTACADO

La nueva metodología de empleo cambió el crecimiento de la PEA y afectó los indicadores de empleo.



Colaboración

Editorial Diario EL COMERCIO

5 de Diciembre del 2013

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