Inquietudes nacionales
El Gobierno se empeña en divulgar el cambio de la matriz productiva. ¿Qué pasos se han dado en esa línea y que faltaría por hacer?
Se necesita cambiar los parámetros de la política actual. Demanda otra visión conceptual de los papeles que tienen los distintos actores en la vida económica. Será indispensable alinear todos los instrumentos económicos con las metas establecidas, destacándose: seguridad jurídica de las reglas que soportan la inversión, estabilidad de las normas tributarias, establecimiento de incentivos económicos que conviertan a los proyectos en atractivos y prioritarios y, definición política de soporte a las actividades escogidas.
Todo lo dicho está por verse. Aún más, el representante del SRI ya anunció esta semana su preferencia por llevar adelante una nueva reforma tributaria, ahora de carácter integral a todo el Código, con lo cual abre un amplio campo de modificación potencial de las reglas de contribución al Estado que empaña sin duda alguna el ambiente necesario e indispensable que demanda un programa tan ambicioso.
La estrechez fiscal limita la participación del Estado con recursos propios. Necesita la contribución de inversionistas internacionales públicos y privados así como nacionales. Son proyectos de dimensión considerable con retorno a cosecharse en lapsos largos. De ahí la necesidad de mantener consistencia entre lo que se busca y los medios utilizados para aquello.
No es una tarea que permite errores. Los incentivos deben ser claros, sencillos, bien definidos. Por ello, mientras se lleva adelante esta “transformación”, el mantenimiento de las actividades actuales juega un papel sustantivo para conseguir un proceso ordenado y creativo de valor.
El Código de la Producción a pesar de contener incentivos a ciertas actividades señalas por el Estado, su cristalización está lejos de convertirse en realidad por las contradicciones derivadas de las últimas reformas tributarias y los múltiples condicionamientos y sanciones dependientes de una evaluación sin parámetros objetivos.
El Gobierno busca mirar a Corea del Sur, ¿qué se puede observar y aplicar de ese modelo productivo?
Si ese es el modelo, serán necesarios muchos cambios en la política económica. Primero priorizar a la industria como el eje conductor del crecimiento a cuyo efecto la inversión privada deberá disponer de un estatuto privilegiado de beneficios. Mantener una política laboral de contratación flexible, con salarios vinculados a la productividad. Sostener una alta tasa de crecimiento anual del PIB con un promedio superior o cercano al 8%. Mantener un manejo ordenado de la macroeconomía con relaciones cercanas a los organismos multilaterales de crédito: BM, BID, CAF. Impulsar las exportaciones mediante el aprovechamiento de ventajas derivadas de una producción eficiente y barata. Disponer de un Estado comprometido con las actividades privadas. Respetar la Ley y los Contratos. Así con mayúsculas.
La caricaturización del país con el Jaguar admite dentro de los variados mensajes que se los puede intuir, la necesidad de ofrecerle libertad para que cumpla su papel felino: rápido, aguerrido, ágil y sangriento en la construcción del futuro. ¿Estarán dispuestos a ello?
Una consultora privada dice que a este paso el IESS no podrá pagar las pensiones jubilares más allá del año 2050. Comente por favor este tema.
El tema es más complejo de aquello. El informe señala de forma concluyente que el modelo financiero en el cual se sustenta el IESS es insostenible. Es un esquema construido sobre bases endebles, a las cuales además se les introdujo cambios anti técnicos que le volverá un esqueleto financiero con un elevado costo al Presupuesto del Estado y a todos los ecuatorianos
Veamos unas cifras: el déficit Actuarial del 2003 cuando los aportantes eran cinco veces los jubilados superaba los 3 mil millones de dólares. Ahora (2010) los aportantes son 7.4 veces los jubilados y el déficit actuarial se dispara a 11 mil millones de dólares (14% del PIB). Finalmente, si se excluye la aportación del Estado al 40% de las pensiones, el déficit llega a la demencial cifra de 71 mil millones de dólares (90% del PIB del 2010)
¿Cómo puede ocurrir esto si hay más aportantes por jubilado, es decir hay una masa mayor de sostenimiento del sistema y además se supone que han mejorado las inversiones financieras? Por varias razones: La reforma introducida en el 2010 para ajustar las mensualidades de los jubilados no tiene soporte técnico. (Politización pura y simple de una decisión técnica muy sensible, con daños futuros de enorme trascendencia). Los aumentos no responden a los parámetros sobre los cuales se establecieron los beneficios. La edad de jubilación y el tiempo mínimo de aportación no guardan relación con la realidad demográfica ni con los montos mínimos de acumulación para recibir los beneficios pensionales. Los aportes son insuficientes para atender el sistema de beneficio definido con capitalización colectiva. Tasa de interés actuarial de apenas el 4% frente al 9% de crecimiento de pensionistas y casi 10% de aumento promedio de pensiones en el corto plazo.
Los datos, todos muy malos no afectan el quehacer inmediato del IESS, pero la generación actual dilapida los ahorros de las generaciones que se incorporan a la vida activa. Hay una explotación intergeneracional del ahorro.
¿Es inevitable subir las pensiones del IESS o ampliar la edad de jubilación?
Para seguir con el actual modelo y volver a cometer la misma ingenuidad de hace pocos años cuando se ampliaron los aportes y cambiaron algunas condiciones del sistema de pensiones a fin de superar la crisis inminente a la que llegó el sistema, iniciar otro proceso de la misma naturaleza no tiene sentido económico ni social. Sería otra estafa a los afiliados pues nada de lo ofrecido se puso en práctica.
El cambio en la determinación de las pensiones en función del aporte individual con un componente colectivo de solidaridad básico puede arreglar este grave problema. Insistir en lo actual es botar dinero en saco roto. Miren un poco de la crisis europea y las secuelas del mal manejo del sistema de pensiones como fondo de reparto. El costo lo paga el Presupuesto del Estado y la clase media que nunca recibirá una pensión consistente con su esfuerzo de ahorro.
DESTACADO
Insistir en el actual sistema de pensiones de reparto es botar dinero en saco roto.
Colaboración
Diario EL COMERCIO
Mayo 16 del 2013