Chipre y su embrollo
Esta pequeña isla del Mediterráneo vuelve a ser noticia. En Ecuador la conocimos hace años cuando Galo Plaza medió a nombre de NNUU el conflicto entre turcos y griegos. Ahora, el problema es su pequeña economía equivalente a la quinta parte de la ecuatoriana, pero estructurada como una combinación de supermercado, casino y paraíso fiscal, cuya conjunción atrajo capitales, especialmente de origen ruso que inflaron el sistema bancario a un nivel cercano al tamaño del PIB chipriota. Es como tener, un sistema financiero nacional con captaciones equivalentes a tres veces lo actual.
El Banco Central europeo (BCE) apoyó a los bancos chipriotas con sus facilidades de liquidez pero el problema no ofrecía una solución. Las enormes pérdidas incurridas por uno de los dos bancos más grandes de la isla eran insalvables. La solución negociada entre el Euro Grupo y el gobierno fue establecer un impuesto general a todos los depositantes, entre el 6% y 10%, según el saldo de las cuentas, para de esta forma restablecer el equilibrio financiero y fiscal. Ahí terminó la precaria estabilidad. Todos buscaron sacar su plata pero los bancos estaban cerrados.
El acuerdo no se ejecutó por el rechazo del propio gobierno y la crítica expresada tanto por los residentes de la isla como de parte de la comunidad internacional que veía en este paquete un antecedente funesto para el tratamiento de eventos futuros en cualquier economía vinculada con el Euro Grupo.
El gazapo europeo trajo secuelas previsibles en la viabilidad de todo el sistema financiero de esta pequeña isla pues se rompió la confianza y los bancos debieron continuar cerrados, con fondos congelados, hasta hallar una solución creíble, la cual se la configuró el domingo por la noche, pero cuya efectividad todavía está por verse.
Ahora el acuerdo separa el problema fiscal que recibirá 10.000 millones de euros y, el bancario que demanda la liquidación del banco malo, del cual los depósitos de menos de 100.000 euros se transferirán al declarado viable y los de valor mayor seguramente perderán una parte (40%) o convertirán en capital para buscar su rehabilitación.
Los rusos tienen 15.000 millones en depósitos y son los mayores perdedores de la crisis. Todavía no se conoce la dimensión de las restricciones para el uso de los depósitos y de las transferencias al exterior. La economía se desplomará, la cartera de los bancos se deteriorará más al igual que el déficit fiscal. Se romperán las normas de libre movilización del euro. El costo social será muy alto.
Otra lección derivada de un mal uso de la economía con mala propuesta de arreglo. Nadie escapa de ello, pero las lecciones no se aprenden en cuerpo ajeno.
DESTACADO
Chipre: Otra lección de mal manejo de la economía con mala propuesta de arreglo.
Colaboración
Editorial Diario EL COMERCIO
Marzo 27 del 2013