Inquietudes nacionales
¿Qué deja de positivo y negativo para el Ecuador el profundizar acuerdos y relaciones con Irán?
Para dar una respuesta concreta es indispensable saber cuáles son las razones que impulsan estas decisiones. Percatarse de las motivaciones del gobierno nacional para buscar una relación política y económica más estrecha, conociendo como se conoce que Irán es un país sancionado por las NNUU en razón de sus reiteradas violaciones a los tratados internacionales, a las provocaciones emanadas de su postura reticente a los controles sobre el desarrollo y uso pacífico de las energía nuclear, al apoyo de grupos violentos que ejecutan actos de terror.
Nadie discute el derecho nacional a tener relaciones diplomáticas con aquellos países con los cuales desea hacerlo dentro del marco de respeto de los principios internacionales que gobiernan esas relaciones. Hasta ahí, las decisiones tienen un fondo y forma entendibles. Sin embargo, el tema se pone complejo de discernir cuando se introducen campos de cooperación o desarrollo bilaterales en los cuales no se aprecia la razón subyacente del interés nacional involucrado. Es una verdad de Perogrullo que en las relaciones internacionales cada país vela por sus intereses, actúa defendiéndolos o busca promoverlos legítimamente dentro del marco de principios y reglas que conforman el derecho internacional con sus leyes, tratados, convenciones. Por eso llama la atención escuchar comentarios deslegitimando la postura de un país por estar vinculada a las conveniencias de su organización social. Eso es auténtico. Sería inentendible que actuara de forma distinta. En ese plano lo que hace Irán al buscar aliados dentro de un mundo donde la gran mayoría de países lo mantienen aislado es entendible, pero ello no justifica ni explica la postura del Ecuador.
Pues bien, en el caso bajo escrutinio no se alcanza a divisar esos beneficios para la sociedad ecuatoriana. Las relaciones comerciales han sido y son marginales. Casi inexistentes y la posibilidad de potenciarlas, más allá de las propias limitaciones geográficas y realidades económicas, tropieza con las severas limitaciones derivadas de las sanciones aprobadas por NNUU.
Es posible que existan países que lo hagan en alguna dimensión, pero para no incurrir en sanciones gravosas deben disponer de mecanismos de control internacional que aseguren el debido destino de los bienes así como la razonabilidad de su pago.
¿Qué problemas puede acarrear seguir en la lista del Gafi y el acuerdo con el Banco de Desarrollo iraní?
Limita las tareas económicas del país con el exterior. El escrutinio se vuelve severo. Condiciona las transacciones internacionales a mayores programas de control con costos operativos superiores, tiempos de proceso más amplios. Restringe líneas de crédito, las condiciona y a las disponibles las convierte en más onerosas. Sufren las remesas por la imposición de más controles y costos.
Al ser una lista que define a países que no colaboran con los organismos internacionales ni disponen de mecanismos de control de operaciones vinculadas con lavado de dinero y financiamiento del terrorismo, el mundo mira al Ecuador como poco transparente cuyas operaciones generan duda y obligan a un despliegue de acciones que bajo condiciones normales no ocurre. Todas las entidades que actúan en la ejecución de una operación comercial o financiera internacional miran con suspicacia y entraban su proceso.
En lo relativo al acuerdo bancario el tema es aún más delicado en vista de que NNUU dentro de las sanciones impuestas incluyó a varios bancos iraníes con los cuales realizar operaciones puede llevar a situaciones críticas, pues han sido catalogados como instrumentos a través de los cuales se financia el terrorismo internacional.
Después del 11 de septiembre del 2001 las normas legales de varios países se han endurecido de forma dramática para combatir el lavado y financiamiento del terrorismo. Los controles son complejos y las responsabilidades enormes. Se aplica a cualquier institución o persona sin distinción ni exclusión.
Por ello algunos bancos internacionales en los cuales existieron sospechas de operaciones encubiertas fueron y han sido sometidos a profundas auditorías cuyos resultados han terminado en la imposición de cuantiosas multas y el inicio de procesos penales a sus ejecutivos.
Recientemente el HSBC, uno de los más grandes y reconocidos en el mundo, ha pasado por una larga investigación y el resultado se encamina con alta probabilidad a la imposición de una multa de 1.000 millones de dólares, a lo que seguramente se añadirá el inicio de cargo penales a algunos directivos. La razón: fallas en el control de transferencias, alteración de información para evadir las sanciones de Irán, negligencia, etc.
¿Qué significa que el BIESS venda papeles que rindan el 6.5 por ciento?
Cuando se planteó la creación del BIESS se argumentó que sería un banco de inversión, pero con el paso del tiempo lo que se busca es convertirlo en un banco comercial. Sin embargo, a la fecha los fondos del IESS entregados a su manejo no aparecen en su balance. Los mantiene en cuentas aparte como si fuera una empresa fiduciaria. Lo hace así por cuanto su patrimonio es tan bajo que no lo permite operar como un banco sometido a la normativa establecida por la Superintendencia de Bancos.
Dicho esto, las propuestas anunciadas por el Gerente en su declaración al diario El Comercio el miércoles pasado dejan ver falta de disponibilidad futura para mantener sus programas de financiamiento hipotecario y quirografario. La explicación de ello, que no lo dice, pero se puede inferir, es la menor disposición de recursos por los compromisos de invertir en programas del gobierno, la compra de bonos y el pago del 40% de las pensiones en papeles en lugar de dinero por parte del gobierno.
Financieramente vender papeles que rentan 6.5% para con esos recursos prestar al 8.5% o 9%, sin tener encaje bancario, no tener obligación de mantener liquidez mínima, no pagar el seguro de los depósitos o el impuesto a la renta, es una buena operación.
Para tener un sistema financiero nacional, público y privado comparable, competitivo y seguro, las normas de regulación y control deben ser iguales. Cualquier discriminación termina propiciando transacciones que carcomen la solvencia y viabilidad de la institución privilegiada.
DESTACADO
Un sistema financiero público y privado comparable, competitivo y seguro necesita normas de regulación y control iguales.
Colaboración
Diario El Comercio
27 de Julio del 2012