Guinguilingongo
Así está el mercado petrolero. Unas veces se le ve arriba pero de pronto cae. La volatilidad marca su existencia y el contagio de la crisis internacional hace mella. Los países emergentes, que compran mucho ya no son tan robustos aun cuando siguen creciendo por encima de los demás. Se siente el impacto en la economía nacional y otra vez reaparece el tema de la petróleo-dependencia con su explicita desprotección.
Parecía que la crisis internacional era un fenómeno que ocurría en otro planeta. El país no la sentía. Pero las cosas cambiaron y la contaminación empezó a ser una realidad. Cayeron los precios de algunos productos de exportación y se dañó el mercado de la energía.
En menos de un mes se desplomó 20 dólares por barril y es difícil predecir su conducta futura. Algunos piensan que todavía está sobrevalorado. Hay estudios que lo ponen en niveles inferiores. Por supuesto, todo esto se lo dice y analiza dentro de la relatividad que permite una situación tan alterada y cambiante.
El Centro de Estudios Internacionales Belfer de Harvard publicó un sugestivo estudio mundial denominado “Petróleo: La Siguiente Revolución” cuyo propósito fue investigar lo que hacen países y empresas por aumentar la producción. Los resultados, contrario a lo que muchos piensan, señalan la existencia de una impresionante inversión, iniciada en el año 2003, de un poco más de 1.5 trillones de dólares en el desarrollo de nuevas tecnologías y la explotación de campos que antes no eran viables. En algunos casos el precio de sustentación es 70 dólares (WTI) y en otros entre 55 y 60 dólares el barril.
Pues bien, para el 2020, las metas incrementales de producción son de 49 millones de barriles (50% de la producción actual). Sin embargo, al racionalizar la estimación por razones políticas, de agotamiento de campos maduros, se llega a un aumento de 17.6 millones de barriles, por lo cual la oferta actual de 93 millones pasaría a 110.6 millones, con el mayor incremento desde los años 80.
Este resultado se lo obtendrá de forma progresiva en lo que resta de la década alterando la geopolítica petrolera pues tres países occidentales, Canadá, EEUU y Brasil conjuntamente con Irak tendrán los mejores resultados de aumento de la producción e incorporación de reservas. EEUU se convertirá de esta manera en el segundo productor luego de Arabia Saudita.
Así las cosas, parecería posible esperar una persistencia de la volatilidad en el mercado petrolero hasta el 2015. De ahí en adelante, dependiendo de la recuperación económica mundial, los resultados del agresivo plan de inversiones podrían traer una sobre oferta con el pertinente impacto en los precios. Suenan las alertas y es necesario atenderlas.
DESTACADO
El mercado petrolero cambia. La oferta aumentará. La tecnología viabiliza campos. Los precios pueden caer.
Colaboración
Editorial Diario EL COMERCIO
Julio 4 del 2012