Inquietudes nacionales
De acuerdo al último Censo la pobreza es más crítica en el sector rural. ¿Cómo cambiar esta situación para mejorar la calidad de vida de los habitantes del campo?
Esa es una realidad estructural cuya modificación demanda un sostenido esfuerzo colectivo de muchos años. El Estado ha explorado diversas formas de atender y resolver este problema, pero sus resultados han sido magros. La última cifra ubica a esta pobreza en el 53% de la población rural, menor a la de años anteriores, pero todavía muy alta y socialmente inaceptable.
Las tareas empiezan por tener una política económica predecible, estable, equilibrada que fomente la producción y el empleo, y luego caminan por mejorar la educación de las madres para que transmitan valores y principios sólidos a los chicos, enseñar mejores técnicas de producción a los adultos, estructurar nuevos sistemas de comercialización que garanticen un precio remunerativo a sus productos, crear mecanismos de cooperación auto dirigidos, dotarles de apoyo con programas de salud preventiva. En resumen encontrar un sistema que les permita auto sustentarse económicamente mientras forman, entiéndase educan, a la siguiente generación.
Los avances son lentos, pero cuando se consigue auto motivar a los campesinos, demostrarles que su estima debe ser alta y pueden resolver sus problemas, las condiciones de vida mejoran. El tema de la productividad es vital y en ese campo las creencias o la cultura enraizada que existe sobre técnicas arcaicas de producción, son una valla difícil de rebasar. Una vez que se consigue romper esos paradigmas, lo duro es sostener el proceso continuo de aprendizaje y mejoramiento sin ninguna tutela.
Es importante reiterar la acción de educación integral a las madres. Si ellas están bien dotadas de valores, principios, conocen la importancia de la educación, la alimentación y la salud, sus hijos con seguridad estarán en mejor posición para superar la pobreza. Pero si ellas son ignorantes, sus hijos carecerán de los instrumentos necesarios para salir del estado de postración en el cual nacieron.
¿Se aprecia algún cambio en el mercado petrolero mundial?
Los factores políticos intervienen con vigor en su comportamiento. El Medio Oriente, donde se localizan las mayores reservas, mantiene una conflictividad bastante activa. Las relaciones, en especial de Irán con el mundo desarrollado son malas y no demuestra señales de mejoramiento. Sus amenazas de bloquear el Estrecho de Ormuz por el cual transitan 18 millones de barriles de petróleo de los 90 millones por día que consume el mundo, pone tenso al mercado y mantiene alto el precio del hidrocarburo.
Irán exporta 2.5 millones de barriles diarios (2% de la demanda mundial), pero su ubicación geográfica es estratégica y una mala solución de su confrontación que nace de la negativa a proporcionar información sobre sus planes nucleares, podría afectar el abastecimiento de hasta un 20% del mercado mundial. Y eso ocurriría con el bloqueo de Ormuz con lo cual obviamente arde Troya.
Por otro lado, Libia restablece su producción y la tiene en un millón de barriles. Colombia continúa su expansión, mientras Ecuador se mantiene estancado. En cambio Siria, Yemen, Sudan y Argentina han reducido su producción. Nigeria tiene amenazas políticas. Brasil es una esperanza. De todo lo cual sólo queda como factor compensador la capacidad disponible de Arabia Saudita de incrementar en corto plazo su producción, la cual llega a casi 4 millones de barriles por día.
Los países miembros de la OECD demandan el 50% del petróleo, mientras la OPEP dispone de una producción equivalente al 33% de lo que consume el mundo. Con esta realidad si las sanciones contra Irán se aplican y Europa deja de comprar su crudo, alguien debe sustituirlo y las características deben ser compatibles con los sistemas de refinación existentes.
En resumen, hay poco espacio de maniobra y eso lo siente el mercado. De ahí que las perspectivas estén marcadas por la declaración Saudí de defender un precio del nivel actual. Regularlo para que no se desborde en ninguna dirección.
¿La preocupación de la Unión Europea sobre la libertad de expresión en Ecuador puede afectar nuestras exportaciones? ¿Habrá acuerdo?
Los daños pueden ocurrir. El sistema de Preferencias no será renovado y tal como están las cosas, no habrá un acuerdo económico. El gobierno tendría que marcar un cambio total en su política internacional para abrir esta posibilidad, y eso no se ve en el horizonte.
Los hechos conocidos son contrarios al mantenimiento de un proceso de negociación franco. Los mensajes denigrantes a la UE no son compatibles con los estándares internacionales de una diplomacia responsable, creíble, coherente.
La ideología impone su visión deformante y entierra las opciones de bienestar que acompañan a negociaciones racionales, en las cuales las partes equilibran sus concesiones para llegar a un punto en el cual ambas tienen oportunidades de ganar.
Se habla de negociar acuerdos con África. En este anuncio confirma la desubicación de la política internacional. Antes hablaron del Mercosur y luego existieron aclaraciones y contradicciones que nadie sabe cuál es la postura oficial. Si leen las declaraciones del Presidente de Uruguay sobre este grupo pueden darse cuenta de lo poco recomendable que es participar en él.
Pero cuando se tiene las ideas claras o se sabe a dónde se quiere ir, no hay espacio para titubeos. Colombia despliega una intensa campaña para atraer inversionistas que aprovechen las ventajas de sus acuerdos comerciales. Saben que eso genera empleo y promueve efectos externos. Invita a los empresarios ecuatorianos a sumarse a este empeño, cuya respuesta será aceptar la propuesta, con lo cual en lugar de poner sus plantas en Ecuador lo harán allá y por supuesto contratarán trabajadores colombianos en lugar de ecuatorianos.
Los precios subieron 0,57% en enero. El INEC dice que es uno de los índices más bajos registrados en los últimos cuatro años. ¿Tiene un comentario?
Así es, pero no significa que la inflación ceda. Se mantiene en un rango alto e incompatible con la dolarización. Es superior a la de los países con los cuales mantenemos intensas relaciones comerciales. El país pierde competitividad. Los precios de los alimentos y vestidos aumentan entre el 6% y el 7%, y eso siente la gente.
DESTACADO
El gobierno debe dar un giro total en política internacional para tener un acuerdo con UE. El daño será de magnitud.
Colaboración
Diario El Comercio
8 de Febrero del 2012