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Neoliberalismo

Este producto es un ejemplo exitoso de una campaña promocional. Quien no lo conoce por su nombre. Lo difícil es reconocerlo por lo que hace. O permite hacer. O como funciona y que resultados ofrece. Lo cierto es que se lo usa como comodín para cualquier cosa. A favor o en contra. Suena bien. Parece académico.


La verdad es que hay mucho de mito. Casi nadie lo ha usado de forma completa y coherente. Y aquellos que se aproximaron, con buenas regulaciones y adecuados controles están saliendo de la pobreza. China, India, Turquía, África del Sur, Brasil, descifraron su fortaleza y reconocen sus debilidades.


Saben manejarlo. Lo hacen con prudencia, aunque esto no lo conocen los populistas. ¿A qué viene lo dicho? A recordar hechos y ponerlos en perspectiva. En los meses de mayo de 1992, 1993 y 1994 se aprobaron las reformas financieras en el Ecuador. Entre ellas se estableció la libertad de ingreso de nuevos intermediarios financieros con el pretexto de generar competencia. Las reglas eran muy laxas y numerosas financieras se hicieron bancos. El crédito creció espectacularmente y los problemas no tardaron en asomar. No había control de riesgos. Quebraron casi todas las financieras y en 1995 empezó la catástrofe del sistema. También quebró una cooperativa insignia de Quito.


La auto regulación y libertad desenfrenada no ofreció los frutos prometidos. Además llegó la etapa de vacas flacas. La caída del precio del petróleo desmonetizó la economía. Ahí se testeó la cartera del sistema y eso fue un desastre. Y como la supervisión era débil, algunos deudores y acreedores se aprovecharon de ello. Por eso en el 2001 la Ley Trole prohibió las relaciones con los vinculados, pero el costo había sido alto y doloroso.


Ahora en la Ley de Economía Popular y Solidaria se vuelve por esos caminos. En el capítulo de las entidades financieras populares se quiere convertir en bancos a las cooperativas. Se autoriza créditos vinculados y las que califiquen para este mercado podrán hacer muchas cosas casi sin supervisión y sin capital. Vuelve en gran medida la auto regulación, agravada por el desamparo patrimonial, pero a aplicarse a las “pobres cooperativas”, como lastimeramente las calificó un asambleísta de mayoría. Es decir porque son pobres no harán las cosas que ya hicieron otros. ¡Vaya argumento! En el sistema financiero se acumulan los riesgos de la dolarización y estas políticas serán responsables cuando se dé la vuelta el sector externo.

En arca abierta el justo peca. Los tramposos se estarán frotando las manos. Regresan las oportunidades para tener créditos y no pagarlos. No faltarán administradores inescrupulosos. Por ello, en la crisis mundial estas disposiciones que fraccionaron los controles y crearon privilegios, fueron causantes coadyuvantes de tanto daño.


DESTACADO


La Ley de Economía Popular convierte en bancos a las cooperativas sin capital aportado. Autoriza créditos vinculados.


Colaboración

Editorial Diario EL COMERCIO

Abril 20 del 2011

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