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Gasto, deuda y balanza de pagos

El gasto público sigue su ruta. No hay indicación de cambio. Aumenta a un ritmo incompatible con el mantenimiento de una economía sana y solvente. El endeudamiento público cubre sus necesidades y la balanza de pagos demuestra sus efectos. Pero la política económica no lo ve como la causa de estos desajustes. Lo ignora. Prefiere mirar para otro lado. Piensa en las restricciones discrecionales a las importaciones (les tocó el turno a los calefones, mañana será otra cosa) antes que promover producción exportable. Ahora la deuda es buena, está bajo control y su reducción programada con buena política y a la fuerza al final abrió un espacio para recrearla (ojalá no olviden sus responsabilidades). Además ella cubre la brecha externa ante la falta de inversión privada. Finalmente, si todo eso es insuficiente, hay que aumentar impuestos (incluso a las medicinas).


Los desajustes acumulan el tamaño del problema. Si los ingresos del presupuesto se cumplen como están estimados, se necesitan algo más de 5.300 millones de deuda pública para cubrirlo. Los 1.000 millones chinos son una parte. Los 500 millones de la CAF hacen lo suyo. El BID puede llegar a 250 millones. Del Banco Mundial no se oye nada.


Con estas cuentas no se cierra la brecha fiscal. ¿Habrá más plata china? ¿Prestarán los hindús, o será viable lo que se oye de los rusos? ¿Habrá acuerdos con proveedores de equipos o constructores de proyectos? El IESS es el jugador nacional de este cuadro. Lo sabemos. Lo vemos todos los días y eso lo tienen claro al interior de esa institución. Es más, lo justifican asegurando que las obligaciones están al día, aunque por otro lado ya dan por hecho la consolidación en un crédito a largo plazo del 40% de contribución de las pensiones y otras obligaciones que corresponden al año 2011. Igual lo hicieron en el 2010. Eso suma 1.030 millones de dólares. Pero ni con eso se cierra la caja pública. No es el fin del mundo, pero no les quedará más que reducir el plan de inversiones y afectar el crecimiento del PIB. Un comentario al margen: la Constitución prohíbe endeudarse para cubrir gastos corrientes. ¿Quién explica estas deudas a largo plazo?


Este desbalance fiscal pone al IESS en una situación de riesgo incómoda. Si la operación advertida para este año se ejecuta, llegará a 6.500 millones de dólares de exposición. Esto bajo el supuesto de no prestar nada más con la liquidez disponible de las pensiones y sin contar con la obligación de cubrir el déficit actuarial, cuyo cálculo hecho en el 2003 llega a otros 3.700 millones.


El gasto fiscal sigue erosionando la estructura económica. La brecha externa tampoco está cubierta y puede llevar a una contracción monetaria. Y esto ocurre a pesar de las estupendas condiciones de precio internacional de los productos de exportación.


DESTACADO


El gasto fiscal sigue erosionando la economía. La brecha externa puede llevar a contracción monetaria.


Colaboración

Editorial Diario EL COMERCIO

Marzo 2 del 2011

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