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Inquietudes nacionales

¿Cuán importante es la gestión de los empresarios en Washington para conseguir la extensión más larga posible del ATPDA?


En el mundo económico moderno, cuya apertura e integración es cada día más intensa, las gestiones directas de carácter político, diplomático, comercial o de otro orden, son estratégicas. Tener la posibilidad de explicar a los involucrados en el tema las implicaciones de las decisiones en curso, abre un espacio de reflexión oportuno. Y eso es lo que buscan los empresarios con sus visitas a las autoridades americanas.

Obviamente, la gestión no asegura un resultado. Busca identificar los argumentos que impiden la concreción de la extensión de las preferencias, ofrecer explicaciones, aclarar malos entendidos, precisar conceptos, negociar opciones.

Las misiones privadas tienen mayor relevancia por la débil e inconsistente política económica internacional del país. El gobierno demuestra escasa disposición hacia la concreción de acuerdos económicos internacionales. En cuatro años de gestión no ha concluido e instrumentado uno de valor trascendente. Duele leer la declaración del canciller señalando: “nuestro escudo es Colombia y se lo va a aprovechar”. Que poca dignidad, coherencia y amor propio demostramos con esta postura.


¿Por qué importa tanto el mercado norteamericano para las exportaciones ecuatorianas, no se puede sustituir con Europa, Asia u otros mercados?


Parece fácil cambiar el destino de las exportaciones pero el mundo real no es así. Cuesta conseguirlo. Se necesita mucho tiempo, recursos humanos, recursos financieros, y fundamentalmente apoyo político. La competencia internacional es intensa y encontrar una oportunidad en esos mercados tropieza con las costumbres de los consumidores, la calidad de los productos de la competencia, los precios y las ventajas comerciales obtenidas por otros países en sus acuerdos de liberalización comercial. Ahí, aparece la gestión de los gobiernos, visión de futuro y sustento explícito.


De los 11 países latinos con costas al Pacífico, el Ecuador es el único que no tiene un acuerdo económico y de comercio con la Comunidad Europea. (Lean Carta Económica de Cordes sobre el tema). Todos han obtenido ventajas para sus productos de exportación mientras los ecuatorianos dependen del mantenimiento del programa de preferencia arancelaria de la CE cuya fecha de conclusión es este año.


Con los países asiáticos la situación es parecida. No existen acuerdos negociados. Ni siquiera pertenecemos al Foro de la Cuenca del Pacífico y, si se miran las cosas a futuro, en pocos años esos países reconquistarán su protagonismo histórico. Lee Kuan Yew, ex primer ministro fundador de Singapur, en una reciente entrevista a la revista Spiegel, dice: “Lo que está sucediendo es la restauración del balance mundial que existió a principios del siglo XIX o a fines del XVIII, cuando China e India eran responsables de más del 40% del PIB mundial.”


El Ecuador no mira estas oportunidades. No hay una visión estratégica sobre el futuro. El gobierno no demuestra interés en estos mercados para generar oportunidades de trabajo y producción en el país.


Finalmente, las cifras de exportaciones nacionales totales bajo ATPDEA son contundentes. Oscilan alrededor de 4.500 millones de dólares anuales. El 92% es petróleo y ese 8% restante (entre 350 y 400 millones) corresponde a productos como rosas, atún, brócoli, azúcar en caña, piñas, banano, jugos de frutas, medias de mujer, sardinas, mangos, cerámica, malanga, perfiles de aluminio. El número de trabajadores supera algunas centenas de miles cuyo destino en alguna proporción está vinculado a estas preferencias. Los aranceles exonerados que se pueden perder varían entre un mínimo del 3% y un máximo del 14.9%. Y esa es la ventaja de los productores cuyos países ya tienen TLC firmado con los EEUU.


¿Qué incidencia tiene el anunciado crecimiento de las demandas de productos en las economías emergentes frente al crecimiento conservador de las potencias?


Una investigación hecha por una consultora mundial señala a la década que empieza como la primera en 200 años en la cual los países emergentes crecerán a una tasa superior a la de los del primer mundo, proceso que producirá un fenómeno conocido como “Rebalanceo Mundial”. Y eso lo están consiguiendo con políticas económicas ortodoxas, de respeto a los macro equilibrios, con reglas claras y baja discrecionalidad, implantadas en un ambiente de respeto a la ley, los contratos, los derechos.


Estos países han reducido la pobreza incorporando a la economía formal algunas centenas de millones de personas, cuya demanda de productos cambió la matriz del comercio internacional. Los mercados de productos básicos, alimentos, energía, minerales tienen sustento en esta nueva estructura de consumo y los precios remunerativos sólo pueden sostenerse si la dinámica de crecimiento mantiene su ritmo.


¿Qué opina del incremento en el subsidio de la urea y la liberalización de los precios de fertilizantes que anuncia el Gobierno?


Este subsidio no trae consigo beneficios tangibles. Hay constancia histórica y reciente de ello. No se consigue sostener precios ni asegurar mejoras en la productividad. Da lugar a transacciones negras de reventa. Hay denuncias sobre estas operaciones ilícitas. Sobre los fertilizantes, el dilema se sitúa entre disponer de estos productos encarecidos precisamente por la exuberancia de los mercados mundiales-ver la pregunta anterior-o simplemente tener una escasez que degenere en mercados negros con precios aún mayores, descontrolados, abusivos, con efectos en la producción-volumen y calidad-agrícola.


El Presidente dijo que el documento sobre los subsidios era un vulgar estudio, ¿justifica haber pagado por ese estudio USD 42.000?


El trabajo es ilustrativo. Trata el tema con detalle. Ofrece un desglose de datos y propone algunas alternativas de solución del problema. Expone los dilemas, las razones de cada opción, sus debilidades. Es un ejercicio que abre puertas para un debate conceptual con contenido. Se puede ver las enormes desviaciones -inequidades- que tiene el sistema actual en favor de los estratos que no requieren del apoyo fiscal. El costo parece razonable. Incluso es barato si se lo compara con las tarifas de consultores internacionales.


DESTACADO


Esta década es la primera en 200 años en la cual los países emergentes crecerán más rápido que los desarrollados.


Colaboración

Diario El Comercio

27 de Enero del 2011

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