Deber cumplido
Ser perseverante en la búsqueda de una sociedad más solidaria usando la razón y no el dogma es productivo. Ofrece resultados. Esa es la conclusión de veinte años de gestión de los partidos de la Concertación en la dirección política de Chile cuando se mira el profundo cambio de los principales indicadores sociales, económicos, culturales. Veamos algunos de ellos:
En 1989 habían 5’113.000 chilenos que vivían bajo la línea de la pobreza y que representaban el 39% de la población. Hoy son 2’342.000 y significan el 14%, es decir son menos de la mitad en número y casi un tercio en porcentaje. Y este resultado lo obtuvieron mientras la población aumentó en 4’100.000 en estos veinte años, lo que demuestra que la política económica real, de mercado, abierta, con un Estado socialmente responsable ofreció soluciones de vida a más de 6’500.000 personas.
El PIB per cápita se multiplicó por tres. Pasó de 4.500 dólares a 14.300 que consiguieron en un ambiente de respeto a la inversión privada, estabilidad fiscal, política monetaria independiente y a la búsqueda de oportunidades en los mercados internacionales para lo cual firmaron 24 tratados de libre comercio. Cuando llegaron al poder no había uno sólo en vigencia y apostaron por esta línea de emprendimiento internacional que le está dando réditos tangibles y directos.
El analfabetismo lo redujeron del 5.6% al 4.2% y hoy existen 34 universidades privadas frente a las 14 del inicio de su gestión con un aumento de la población estudiantil de 560.000 estudiantes de educación superior, que significa 220% más alumnos. Invierten en capital humano y eso es lo que defienden. No hay conflictividad social. Los sindicatos y los empresarios buscan soluciones conjuntas en un marco de mutuo respeto.
El desempleo, real, bien calculado y sin trampas está en el 8.1% mientras el crecimiento promedio de la economía ha sido del 5.1% anual, habiendo conseguido mantener la inflación en un dígito y con tendencia decreciente. Hoy es un país que invierte en el exterior y pasó de deudor del FMI a acreedor y financiador de este multilateral.
Pero a pesar de todo esto la Concertación no presume sino que afirma con convicción que lo hecho es nada más y nada menos que cumplir con su deber. Por ello luego de cuatro períodos de gestión compartida mantiene una adhesión política dura, consistente, del 48% de los votantes, y el resultado electoral confirma que en Chile hay un 4% de votantes que definen las elecciones, pues en todas ellas las diferencias han sido estrechas y estuvieron marcadas por la severidad con la cual los electores evalúan las propuestas de las dos opciones políticas que han consolidado la democracia en este país del sur.
DESTACADO
Perseverar en la búsqueda de una sociedad más solidaria usando la razón y no el dogma da resultado.
Colaboración
Editorial Diario EL COMERCIO
Enero 20 del 2010