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Inquietudes nacionales

  • Abelardo Pachano
  • 18 jun 2009
  • 4 Min. de lectura

¿Es la banca privada “cómplice” de “la larga noche neoliberal”, como sostienen analistas de izquierda?


El sistema financiero debe cumplir con su papel de canalizador seguro y eficiente de los recursos que le confían sus depositantes. Esa es su misión y responsabilidad. Eso no tiene color político sino un papel muy definido. Lo tiene que hacer de una manera que genere confianza y promueva inversiones o consumo compatibles con un programa económico que, por su parte brinde seguridad y mantenga incentivos claros para el crecimiento nacional. Sin esos ingredientes no hay posibilidad de transmitir o distribuir bienestar.


Sociedades políticamente alteradas en las cuales se enraízan las inconsistencias y que no cultivan un sistema económico de mercado que impulse la iniciativa privada, promueva la investigación, no tienen posibilidad de éxito. Tan simple y sencillo como esto.


Los programas económicos modernos se diferencian entre aquellos que resuelven los problemas de las personas respetando los principios de libertad y democracia y, aquellos que no lo hacen. No son programas de derecha o izquierda, sino históricamente responsables o dilapidadores de oportunidades. Por ahí caminan las diferencias y no por los motes que se imponen a las políticas económicas.


En lo que va de recorrido este siglo, la banca nacional ha impulsado varias líneas de financiamiento con fuerte carga social: como ejemplo se pueden citar los créditos para la vivienda que el Estado los abandonó en los años noventa, y los micro créditos que permitieron incorporar algunos cientos de miles de pequeños empresarios, emprendedores o artesanos a la economía formal y romper los lazos con prestamistas abusivos e informales. En este período al que se refiere la pregunta, la profundización de la bancarización de personas ha sido un reto con resultados exitosos. Hoy los clientes de la banca son cerca de tres millones. El peligro que existe es reversión de este proceso por las inconsistencias de la política económica actual. Los controles de precios, especialmente de las tasas de interés ya han provocado una reducción o salida de clientes pequeños del sistema y su retorno a los mercados usureros que no tienen ningún control del Estado. Eso si es socialmente regresivo pues deteriora la distribución equitativa de oportunidades.


¿Se debilita la Asociación de Bancos con la salida del Guayaquil? ¿Hay división en el gremio?


El principio de libre asociación es el corazón de la ABPE. Participan y son miembros quienes quieren serlo. Es una norma básica dentro de los derechos políticos y civiles de una sociedad democrática. Es y debe ser un espacio de discusión amplio, que defienda principios y no intereses particulares.


¿Es cierto, como dice el presidente del Banco Central, que los pobres no necesitan electrodomésticos?


Los abuelitos nuestros vivieron en un mundo en el cual la tecnología era primitiva y no se tenía las facilidades actuales. Los niveles de bienestar de los distintos estratos de una sociedad han cambiado con una dinámica que está vinculada al adelanto científico del mundo globalizado. El viejo, antes vilipendiado, concepto conocido como “efecto demostración” se lo practica en todas las sociedades abiertas y democráticas que buscan incorporar a más seres humanos a la economía formal. Este efecto es un mecanismo, a veces abusado, pero generalmente útil, que ayuda a igualar la distribución de la renta empujando hacia arriba la productividad y el ingreso, que en conjunto marcan el ritmo de la creación de riqueza. Por esta vía han transitado las sociedades exitosas que han cuidado con mucho celo la seguridad económica y jurídica.


Excluir de ciertos beneficios o derechos a una parte de la sociedad no es democrático ni tiene sentido económico. Los tutelajes rompen los ejes de los derechos humanos.


¿Cómo entender que el Gobierno estimule el consumo con la mensualización de los fondos de reserva y trate de evitarlo incrementando las tasas de interés para las tarjetas de crédito?


Es un ejemplo de la falta de consistencia en la definición del sistema económico, de sus metas u objetivos y de los instrumentos que se busca utilizar. Obviamente, estas contradicciones traen consigo incertidumbre, ponen a las personas en un plano de duda y se convierten en un obstáculo endógeno del propio modelo.


En estas decisiones y sus reversos se confirma las dificultades reales que existen entre el sistema económico que se busca implantar, que como lo han reconocido sus promotores tiene una enorme base experimental, y la organización de una economía de mercado en la cual priman los incentivos y la consistencia de los instrumentos que se usa para maximizar la consecución de las metas buscadas.


La utilización del fondo de reserva para complementar el gasto corriente mensual si bien ayuda a crear una sensación de mejora en los ingresos, genera una “ilusión monetaria” que desarticula un instrumento de inversión nacional y simultáneamente se convierte en una presión dañina en los precios y la balanza de pagos. Y estos efectos descompensadotes que traen secuelas en la marcha normal de las actividades nacionales es lo que según las mismas autoridades justifica la subida artificial de una parte de las tasas de interés.


Los instrumentos de mercado funcionan con reglas de mercado y no con controles o imposiciones.


¿Fallaron todas las predicciones sobre la dimensión de la crisis financiera mundial? Al parecer, esta ya tocó fondo y la economía empieza a convalecer…


No lo creo. Es la catástrofe económica de mayor dimensión en los últimos setenta años. Ya tiene una duración superior a los dos años y se espera todavía que los problemas sociales como el desempleo sigan un curso de deterioro hasta inicios del 2010, para recién a fines del 2011 volver a porcentajes tolerables.


La gran diferencia con la crisis de los años treinta es la reacción activa de los gobiernos, sus decisiones coordinadas a nivel mundial y el inequívoco mensaje de evitar un daño total del sistema financiero internacional. Todavía no se puede cantar victoria. Hay muchos retos pendientes.


DESTACADO


Los programas económicos exitosos resuelven los problemas respetando los principios de libertad, democracia y mercado.



Colaboración

Diario El Comercio

18 Junio del 2009


 
 
 
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