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Contraindicado

Un país con tipo de cambio fijo, reservas internacionales limitadas, déficit global en los flujos de dólares con el resto del mundo y que mantiene abiertas las transacciones de la balanza de capitales bajo condiciones internacionales muy restrictivas como la actual, no puede aumentar su consumo interno si no quiere incubar una crisis mayor de balanza de pagos y de viabilidad económica de magnitud considerable.


Cuando ese país pequeño no tiene moneda propia ni acceso a financiamiento porque ha cortado sus relaciones financieras internacionales y quiere poner en vigencia una política económica anticíclica de reactivación, que conceptualmente es muy recomendable, necesita contar con un monto de ahorros lo suficientemente alto para hacerlo. Sin esa condición, proponer un impulso deliberado del consumo es contraindicado. Lleva por un camino de agudización de los problemas.


En una etapa de crisis internacional en la cual los países que tienen moneda propia están utilizando el tipo de cambio como un mecanismo de defensa de sus intereses nacionales, que incluso se transforma en una ventaja competitiva si la inflación interna no anula el efecto de la devaluación, pensar en un incremento de salarios con la incorporación del fondo de reserva con tipo de cambio fijo, cuando ellos los están reduciendo en términos reales como efecto directo de la devaluación, es otra forma de apreciar la contraindicación de la medida.


Pero aún hay más por decir: fomentar el consumo destruyendo los mecanismos de capitalización y financiamiento de la inversión al eliminar los fondos de reserva, que de por si ya es un atentado a la seguridad social, es optar por una línea de política económica que socava los cimientos de la creación de empleo pues desaparece el ahorro con el cual se construye proyectos que utilizan mano de obra. Pensar de esta manera es llevar adelante una mala práctica económica, cuyo símil médico puede ser el siguiente:


Si una persona tiene una descomposición estomacal el médico cuida la hidratación, mantiene el estado general del paciente, le impone una dieta y espera la eliminación de toxinas. No se le ocurre bajo ninguna circunstancia darle un laxante porque eso le agrava su estado de salud y puede ocasionar un daño irreparable.


Igual ocurre con la economía nacional. Buscar una reactivación sin ahorro disponible y con estas condiciones tan limitadas es como darle laxante a una sociedad deshidratada. Lo indicado es restaurar los equilibrios perdidos en el campo fiscal y externo atrayendo capitales o lo que es lo mismo buscando ahorro externo, cuidando el ahorro interno y gastando con mucho sentido común.


Hay que defender lo que se tiene: empleo principalmente. Luego se puede pensar en crecer cuando la tormenta haya amainado.


DESTACADO


Buscar una reactivación económica sin ahorro disponible es como darle laxante a una sociedad deshidratada



Colaboración

Editorial Diario EL COMERCIO

Mayo 13 del 2009

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