Inquietudes nacionales
¿Cuáles son las facetas más complejas de la producción del arroz en el Ecuador: producción, subsidios, prohibición de exportación u otros?
Este producto bien manejado en términos de política económica no requiere de ningún tipo de subsidios. Lo que requiere es resolver su problema organizacional: la estructura productiva es sumamente débil, poco articulada, sostenida en relaciones de propiedad y explotación poco claras que impiden construir mecanismos de tecnificación, financiamiento, mejoramiento de productividad, comercialización seguros, permanentes y confiables.
Son conocidos los conflictos que se producen casi todos los años entre productores, piladores y comerciantes. Ahora, la complejidad es mayor por cuanto el precio externo es mucho mejor que el local y el gobierno lo utiliza como mecanismo de presión para conseguir una compensación con precios internos inferiores a los actuales, que incluso podrían no cubrir los costos de producción.
La dificultad en manejar esta segmentación de mercados, que no se la recomienda por las distorsiones que provoca, se evidencia en la forma como debe distribuirse las utilidades de esta política, pues los exportadores, quienes recibirían beneficios tangibles no son los mismos que los productores que tendrían sobre sus hombros el peso de la carga provocada por el control de precios, cuyo tratamiento sólo se vería compensado por la incorporación de un posible subsidio, que en la práctica es un mecanismo de desincentivación de la producción futura.
Se estima que de las 400 000 hectáreas de producción, sólo 35 000 son explotadas por su propietarios, y el financiamiento por hectárea llega a 500 dólares que representa el 30% del costo, por lo cual si la mayoría son arrendatarios de tierras que no poseen capital y consecuentemente carecen de garantías reales, deben recurrir a los mercados informales-chulco- para financiar el 70% restante del costo de producción.
Ahí nace la cadena de dependencia del productor con el intermediario que lleva a los conflictos relatados por la prensa nacional y que el control de precios los agudiza.
Otro limitante es la ausencia de un mecanismo estable de regulación de inventarios con precios de sustentación, que si es manejado de una forma adecuada reduce las inestabilidades cíclicas del mercado que favorecen la especulación de la gramínea, a la vez que promueve procesos productivos más seguros y predecibles que no requieren de subsidio.
¿En qué consiste las dificultades que se producen en la República Argentina entre el sector agrícola y el gobierno de la presidenta Kirchner?
El tipo de política económica que se aplica en ese país lleva en sus entrañas un estado de conflictividad social permanente por la forma como enfrenta los problemas y las inconsistencias que se producen entre los distintos objetivos buscados. Tratar de conciliar control de precios con abastecimiento de mercados y fomento a la producción es de por si una tarea casi imposible de lograr. Pero si a eso se añade un sistema tributario desproporcionadamente alto y dirigido al sector agrícola para sostener un enorme programa de subsidios a la energía, las dificultades suben de grado.
Eso es lo que ocurre en Argentina. El modelo económico demuestra graves fisuras que le han llevado a un punto casi de quiebre y que empieza a contaminar otros sectores como el financiero en el cual ya aparecen las primeras señales de desconfianza.
La inflación es el problema al que se busca combatir con los controles de la producción agrícola, pecuaria que se destinen al mercado local a un precio poco atractivo para los productores, quienes dadas las condiciones de los mercados internacionales, encuentran incentivos poderosos en las exportaciones. Ahí entra el gobierno con la introducción del impuesto a las exportaciones de granos que en una primera etapa fue establecida en el 35% del valor bruto de exportación y que en marzo pasado la Presidenta lo incrementó al 45% como mínimo dentro de un sistema de cálculo flotante. ¡Ahí ardió Troya!
Vale decir que este tributo no reconoce ninguna deducción por costos, mientras se mantiene vigente el impuesto a la renta del remanente agrícola, que lleva la carga tributaria a un nivel desproporcionado que se transforma a todas luces en un desincentivo poderoso a la producción. De esta forma el Estado pone a la agricultura con un tratamiento parecido a los recursos no renovables sin que medie ningún parecido entre estas dos actividades.
En resumen el problema radica en la decisión de mantener el precio de la energía congelado en un ambiente internacional explosivo que lleva los subsidios a poner en jaque el equilibrio fiscal, que por su parte genera una demanda de mayores tributos internos.
¿El tema de los biocombustibles son un fracaso ante la embestida de los precios mundiales del petróleo?
Es difícil verlo de esa manera. El desarrollo de fuentes alternativas de energía es un proceso que demanda investigaciones cuyo tiempo de maduración es largo, al que se suma la necesidad de rediseñar toda la infraestructura creada alrededor de los combustibles fósiles para dar paso a las nuevas energías. Y eso también exige no sólo tiempo sino una enorme cantidad de recursos humanos y financieros.
El aumento del precio de los combustibles se convirtió en un aliciente poderoso de estas nuevas opciones de energía menos contaminantes, pero que también ocasionan distorsiones en mercados como el de los comestibles. Y por ahí nacen dificultades que no se las veía en un ambiente de combustibles baratos o por lo menos razonablemente rentable. Ahora la bioenergía tiene un mercado futuro más cierto, pero tomará tiempo hasta que su participación sea representativa. Por eso tanto los EEUU como la UE decidieron impulsar su investigación y desarrollo hasta conseguir que llegue a ser el 10% del mercado energético de sus jurisdicciones. Brasil es el mejor ejemplo de la perseverancia con un programa exitoso que se empezó a trabajar hace más de 25 años.
Si una persona esta pensando en comenzar a construir una casa, por ejemplo, debe firmar con los albañiles, electricistas, plomeros, carpinteros y demás personal un contrato de trabajo permanente?
El Mandato que prohibió la tercerización, la intermediación laboral y la contratación por hora, garantiza la jornada parcial y todas las demás formas de contratación contempladas en el Código del Trabajo, como por ejemplo los contratos eventuales, ocasionales y de temporada. Además expresamente normó que se podrán contratar civilmente servicios técnicos especializados que podrán ser prestados por personas naturales, o jurídicas con su propio personal y que contarán con la adecuada infraestructura física y estructura organizacional, administrativa y financiera.
DESTACADOS
El arroz bien manejado por la política económica no requiere de ningún tipo de subsidios. Problema es organizacional
Conciliar control de precios con abastecimiento de mercados y fomento a la producción es una tarea imposible de lograr.
Colaboración Editorial
DIARIO EL COMERCIO
Junio 20 del 2008