Inquietudes nacionales
¿Qué efectos puede causar la decisión de fijar precios a varios productos de la canasta básica?
Empecemos por encontrar una respuesta a las razones que producen estos cambios en la conducta de los mercados, para de ahí extraer conclusiones y saber si los controles van a ser efectivos o van a ocasionar distorsiones superiores en el abastecimiento de los bienes sujetos a este estrés.
El gobierno subió el salario mínimo en el 17% frente a un proceso inflacionario del 3% en el año que terminó y una expectativa de similar magnitud para el año que empieza. Evidentemente hay un descalce notable entre estos indicadores que no puede compensarse, como alguien pudiera pensar, con un aumento de productividad de la mano de obra, pues ella no tiene en ninguna parte del mundo dimensiones de esa magnitud. Estas son las cifras oficiales, y de ellas se desprende entonces la existencia de un cambio sensible en los costos de producción derivado de una acción deliberada de política económica del gobierno nacional. De esta forma tenemos entonces un elemento que explica, o por lo menos presiona a un aumento de los precios de todos los productos que han sido afectados por esta definición. Sería un típico caso de inflación de costos que impacta una vez y luego se estabiliza.
¿Bajo esas condiciones es recomendable el control de precios? Evidentemente la respuesta es no. No corrige el problema, no ataca la causa y desestimula la producción.
Diferente habría sido la situación si el ajuste salarial era consistente con toda la estructura productiva y vivencia económica real.
Un segundo elemento es la existencia de un proceso de aumento de precios de las materias primas e insumos importados que se requieren para la producción nacional. Aquí el fenómeno responde a una realidad mundial de expansión económica que ha presionado a los mercados de una enorme variedad de productos con una demanda que no alcanza a ser satisfecha. En este caso el control de precios tampoco aporta con alguna solución. Genera por lo demás distorsiones que llevarán a reducir la producción porque no se cubren costos o al aparecimiento de mercados grises, azules dicen los argentinos para no llamarlos negros, en los cuales el esquilmado es el consumidor.
Venezuela y Argentina han introducido controles de precios y prohibiciones de exportación (a la carne, mientras aquí lo hacemos con el arroz), pero el resultado final ha sido inflaciones de las más altas (alrededor del 20% anual) de América Latina, combinada con desabastecimiento.
El tercer elemento es pensar que hay una situación oligopólica y que esta alza se la corrige con más competencia. Aquí tampoco funciona el control de precios, sino el incentivo para que otros entren a ofrecer productos en el mercado. Ojalá no se les ocurra realizar importaciones públicas porque la historia nacional es triste. Hay muchos episodios de ingrata recordación. ¡Abran mejor los mercados!
Finalmente la reforma tributaria y su compleja multiplicación de cargas y nuevos tributos, mayores anticipos y retenciones, también contribuye a los cambios de humor de los mercados.
Hace algunos años cuando en el Ecuador existía controles de precios la lucha diaria era encontrar un mecanismo que asegure abastecimiento antes que promueva producción, y ese fue uno de los motivos por los cuales la agricultura sufrió tanto y se vio postergada en su papel nacional. Hoy volvemos a lo mismo.
Ya se instituyó la tasa de interés fija para el micro crédito de subsistencia a la que se le puso el factor 1, es decir invariable. Y esta decisión ha pasado desapercibida por la gran mayoría. ¿Aumentará la oferta de recursos crediticios o habrá un recorte en el tamaño del mercado, desplazando a los pequeños deudores a los mercados grises?
La harina de trigo, los aceites son parte de este problema, con lo cual ya van cinco nuevos productos que se suman a las medicinas que tienen los precios congelados creo que casi cinco años.
¿Qué tan real es la proyección de crecimiento del PIB que hizo el Banco Central para el 2008?
Es una meta y no una proyección. La diferencia conceptual es notable. La primera es el objetivo que espera alcanzar si se cumplen una serie de supuestos que han sido incluidos en el modelo, mientras que la proyección refleja la evolución real de la economía. Por eso es que tenemos resultados como los del año 2007 para el cual a sus inicios el BCE estableció una meta del 4.2%, que luego la redujo al 3.4% y que ahora se dice es del 2.6%, pudiendo finalmente ser una cifra inferior, como lo creo yo, al 2%.
En esta meta se piensa que los sectores económicos no petroleros crecerán al 4.6%, es decir 0.2 puntos porcentuales más que el 2007, mientras el petróleo se recuperará con un aumento del 0.3% frente a la caída terrible del 9.8% del año que terminó y que refleja el fracaso de las políticas públicas en este campo.
El PIB nominal, es decir sin deducir la inflación crecería al 9% y su valor en dólares corrientes llegaría a 48 500 millones de dólares. El crecimiento de los hidrocarburos está sujeta a que Petroecuador encuentre un camino de solución de sus lacerantes y crónicos problemas y que las compañías privadas resuelvan sus diferendos con el gobierno. ¿Será posible? De otro lado, ¿las otras actividades privadas podrán o mantendrán el ritmo del 2007 que fue desacelerándose conforme transcurría el año? Parece una meta harto complicada.
El objetivo supone que cuenta como aliado estratégico la recuperación de la inversión privada ya que estas representan el 77% de la total.
¿Qué tipo de hechos se pueden esperar este año en el sector productivo por efecto de la reforma tributaria?
Es un cambio que a no dudarlo traerá un imbricado conjunto de repercusiones, partiendo del hecho que sólo los anticipos y retenciones de impuestos entregados al gobierno aumentan en el 270%, con lo cual el manejo de las empresas tendrá márgenes de maniobra muy reducidos.
El impuesto a la salida de capitales y las limitaciones de financiamiento externo pueden convertirse en mecanismos estranguladores de la viabilidad de algunos sectores económicos.
El carácter inquisidor de la reforma volverá mucho más confrontacional la relación del gobierno con las empresas y personas y la existencia de impuestos al ahorro, desincentivará la inversión.
No hay una decisión que demuestre afán de promover empleo con inversión. Me parece que la reforma va a traer daños de valor al país.
¿Cuál es el escenario para Ecuador con un precio internacional del petróleo de USD 100?
Indudablemente mejores ingresos fiscales, mayores subsidios, costos de importación de muchos productos más altos, en especial los combustibles. Un balance con saldo positivo pero que ya empieza a apretar.
DESTACADOS:
Controles de precios promueven ineficiencia, desestimulan producción e inversión y no consiguen lo que buscan.
La reforma tributaria no tiene normas que demuestre afán de promover empleo. No hay incentivos a la inversión.
Colaboración Editorial
DIARIO EL COMERCIO
Enero 4 del 2008