Inquietudes nacionales
¿Qué trascendencia tendrá para el comercio exterior ecuatoriano la decisión 669 de la CAN permitiendo el manejo nacional de los aranceles y no de manera corporativa?
El arancel Externo Común y la liberación total de restricciones arancelarias entre países fue producto de largas y tortuosas deliberaciones en la búsqueda de una identidad común de los miembros de la CAN con el resto del mundo, que permita fortalecer las negociaciones y crear un espacio de desarrollo con una envergadura respetable.
“La unión hace la fuerza” era la reflexión fundamental de esta tarea, hoy venida muy a menos con lo que acaba de ocurrir que no es otra cosa que la sentencia de muerte del AEC, y que es una suerte de colofón derivado de la postura ecuatoriana en contra de la continuación de la negociación del TLC con los EEUU.
Lo que queda de la CAN ya es muy poco y no debe llamar la atención que eso también se desmantele pues las visiones de desarrollo, crecimiento y oportunidades de Colombia y Perú son muy distintas de las ecuatorianas de hoy. Lamentable y deplorable, pero cierto.
Se está sepultando las políticas de integración y el CAN puede reducirse a un club de amigos con buenas intenciones, como lo define un economista que ve el entierro de la zona económica.
Con esta decisión es difícil entender donde cuadra la idea de crear una moneda regional, si para ello no sólo se requiere armonía en la política comercial, que ahora se la desarma, sino un sistema de convergencia en políticas macroeconómicas mucho más complejas y “soberanas” con metas precisas en el campo fiscal, de precios y deuda.
Es de suponer que los sectores ineficientes que requieren de mayor protección, es decir de subsidios por parte de los consumidores que deberán pagar precios superiores por sus productos, estarán contentos, pues el aumento de aranceles o la reducción de otros, todos hechos discrecionalmente, son en términos prácticos caminos paralelos a una devaluación.
Las declaraciones políticas sobre la unidad latinoamericana, la creación de la UNASUR carecen de contenido.
¿Qué sucede en el área petrolera de Tivacuno? ¿Qué historia tienen estos contratos? ¿Cómo se explica que caiga en situación de caducidad? ¿Qué tiene que ver la Secretaría anticorrupción de la Presidencia en este caso?
Hay una disposición política general de revisión de los contratos petroleros. Eso es evidente. En este caso es un contrato singular pues se denomina de Servicios Específicos que se lo firmó cuando era Presidente de Petroecuador Luis Román.
La caducidad es una decisión muy grave que debe ser extraordinaria en su aplicación y, en el país parece que se la quiere convertir en rutinaria, a pesar de sus graves secuelas.
Creo que la revisión de su legitimidad es una acción que puede hacerla el gobierno, pero respetando la juridicidad y guardando objetividad en su tratamiento.
¿Se justifica un alza de precios de consumos de primera necesidad, en un país de producción agrícola? ¿Cómo se justifica una inflación tan alta en el mes de junio del 2007?
Hay que recordar que el gobierno al presentar su plan económico anunció que la inflación de este año iba a ser más alta y cercana al 3.5% anual. Esto motivó críticas pues se estaba poniendo en riesgo la propia dolarización que exige elevados niveles de estabilidad, objetivo al que tampoco se adhiere el gobierno.
Ahora que los precios suben, algunos funcionarios no encuentran la forma de explicar el fenómeno a los consumidores. Buscan culpables, pero no hallan formulas para combatir este hecho, pues de inicio en el plan económico aceptaron que esto ocurriría.
En estas circunstancias se aprecia cuanto vale la estabilidad, cuales son sus fortalezas y porqué hay que defenderla. Y es que cuando se la pierde, ocurre lo que conocemos: productores, distribuidores, comerciantes se aprovechan del desequilibrio y usufructúan de él, y el Estado salvo las medidas de fuerza como controles de precio que no resuelven el problema, se convierte en un espectador pasivo.
En lo que concierne al problema actual parecería que hay dos elementos contribuyentes al aumento de precios: una reducción de la oferta por problemas de distribución de alimentos provocados por mal clima y problemas políticos, combinado con una demanda de productos en los mercados vecinos. El caso de arroz que tiene en Colombia mejores precios es un ejemplo de este tipo de inflación.
No se aprecia un problema de demanda derivado de una expansión monetaria, aunque si hay un cambio en su distribución que podría empujar los precios.
Si esto es así, el problema no debería tener duración, pero para asegurar su corrección el gobierno podría liberar temporalmente la importación de aquellos bienes que demuestren un persistente aumento de precios permitiendo mayor competencia en lugar de aplicar el fuete, que sólo trae dolor pero no cambia la realidad.
En una economía que no puede depender exclusivamente de subsidios en los mercados externos como el Atpdea, ¿cuál es el destino de productos tradicionales de exportación, cuando por ejemplo observamos el interés europeo por el cacao ecuatoriano?
Cuidado con creer que el Atpdea es un mecanismo que genera un subsidio. Es una preferencia arancelaria concedida a 870 ítems o productos ecuatorianos que con ella pueden ingresar al mercado norteamericano en las mismas condiciones competitivas de muchos otros países que han negociado u obtenido la desgravación arancelaria para sus productos.
La eliminación del Atpdea pone a los productores ecuatorianos en condiciones desventajosas frente a sus competidores. Pero lo más grave es que las decisiones de inversión, que ofrecen empleo estable, se van a otros países en lugar de hacerlo en el nuestro, con lo cual el potencial de crecimiento y bienestar declina, y eso no es valorable, no está en las cuentas simples que se han presentado para señalar el posible impacto de la eliminación de estas preferencias, pero si es visible en la migración constante de compatriotas.
Modificar el destino de las exportaciones no es una tarea sencilla o que se realiza en un lapso corto. Demanda mucho esfuerzo y exige igualmente una disposición a negociar un tratado comercial que implica concesiones mutuas. Europa no es un mercado que ofrece oportunidades enormes como para poder desviar el comercio que podría desplazarse de los EEUU. Eso, si se alcanza tomará tiempo. El cacao siempre ha sido apetecido, en especial el de aroma y no por ello va a cambiar la historia.
DESTACADOS
Lo que queda de la CAN ya es muy poco y no debe llamar la atención que eso también vuele. Autarquía es el credo.
Ahora que los precios suben hay que recordar que el gobierno anunció que la inflación de este año iba a ser más alta.
Colaboración Editorial
DIARIO EL COMERCIO
Julio 19 del 2007