Inquietudes nacionales
El Gobierno considera que uno de los ejes de su política social es el régimen de los subsidios. ¿De qué manera esto puede ayudar a la economía productiva y no convertirse en un mero asistencialismo y en parte de un sistema que privilegia la ociosidad económica?
En una economía que se precie de ser competitiva, eficiente, solidaria no se requiere de subsidios generales e indiscriminados. Es más, los subsidios que se los necesitan por razones humanitarias y de equidad deben ser siempre explícitos, perfectamente cuantificados y con un direccionamiento preciso. De esa forma el país sabe a quien ayuda, porqué lo hace y cuanto dispone para ello. A estos subsidios se debe acompañar una política fiscal que use los recursos para resolver las causas de las desigualdades.
Un ejemplo preciso de ello es el Bono de la Vivienda en el cual se define el estrato social, la participación de la familia, el aporte del Estado y el número de beneficiarios. El Bono de Desarrollo humano también contiene esas características. Lo que le falta a este segundo es su vinculación con compromisos específicos que deben asumir quienes lo perciben para salir de su postración mediante capacitación o mejoramiento educativo y de salud.
Los sectores productivo, comercial, financiero no necesitan desarrollarse sobre bases económicas falsas, pues ello lleva precisamente al asistencialismo que es el mecanismo promotor de ineficiencia, proteccionismo. El resultado perjudica al consumidor, que es en el orden económico el objetivo final de un sistema de producción competitivo.
Cuando se generalizan los subsidios y además no se los explicita, es decir no se los cuantifica de manera previa para asumir una responsabilidad colectiva, lo que se consigue precisamente es crear una distorsión que con el tiempo es un monstruo que pone en peligro las raíces de la precaria equidad. ¡Y, a eso vamos, no cabe duda!
En el tema de los subsidios de los combustibles está demostrado que el 75% de los beneficiarios no son pobres ni deben recibir este bono implícito. Son personas de recursos que deben y pueden pagar y que con su beneficio están contribuyendo a mantener un Estado moroso de sus deberes sociales. El incontrolable contrabando agrava el problema.
En electricidad, la historia se repite, con lo cual para poner una cifra en la mente de los lectores, el Estado podría disponer de 2 500 millones, que hoy no los tiene, para hacer cien mil cosas de valor. Y esto no incluye lo que se pierde por la mala administración pública de estos servicios, ni por la pésima política de producción energética.
¿Cómo van los tiempos para negociar una prórroga o una estabilidad de la Atpdea? ¿De qué manera a Ecuador y Bolivia le puede favorecer, en este campo, la demora en la ratificación de los TLC de Colombia y Perú, por parte de EE.UU.?
En junio se termina la prórroga. Por lo tanto el tiempo apremia. Hay un compromiso de ciertos legisladores demócratas de ampliarlo, pero está por verse si ello ocurre.
Los TLC también están en un estado de hibernación cuya duración se desconoce. Es posible que el Congreso de los EEUU decida ampliar a todos el Atpdea, en cuyo caso se compra tiempo valioso para los sectores productivos que venden su producción en ese mercado y que tienen numerosa mano de obra contratada.
Este statu quo estabilizaría temporalmente las actividades vinculadas. Sin embargo, la incertidumbre no despejada podría llevar consigo a decisiones empresariales de buscar opciones de producción en los países vecinos que tienen una ventanilla de oportunidades adelantada, aunque aún no completada.
¿La prorroga del plazo para el pago de los dividendos de la deuda ecuatoriana de febrero 15 es un recursos habitual? ¿Si no es así, es una mala señal para los mercados externos?
Es una facultad que tiene el deudor, en este caso el Estado ecuatoriano para resolver legal y contractualmente un problema transitorio de iliquidez sin asumir ninguna penalidad, ni afectar su responsabilidad.
Los mercados reconocen estos hechos y no castigan a quienes razonadamente explican su problema. Lo que si ocurre es que el deudor entra en una situación de “vigilancia cercana” mientras se desarrolla la transitoriedad. Queda como lección final, si por supuesto se cumple con la obligación, un antecedente de la dificultad y forma de solución producida.
Finalmente, el país pagó puntualmente. ¿Qué quisieron hacer con todos los anuncios? ¿Especular?
¿Cuáles serían las prioridades del comercio exterior ahora que está fusionado con el Ministerio de Relaciones Exteriores?
Las mismas que se establezcan en la política económica del gobierno. Si no favorece los TLC ni promueve por supuesto su negociación, la política comercial será menos dinámica, agresiva de lo que podría ser con una predisposición más abierta a la búsqueda de mercados internacionales.
Deberá enfrentar las posibles pérdidas de mercados derivadas de las ventajas comerciales que países competidores obtengan en los mercados internacionales como resultado de sus negociaciones de libre comercio.
El manejar el comercio exterior dentro de las relaciones diplomáticas puede permitir una mejor coordinación de las gestiones internacionales, pero el riesgo es el de colocarle en un plano subordinado al diplomático e incluso secundario en la fijación de su atención.
¿Dentro de los países andinos y Chile como está Ecuador en su crecimiento durante la dolarización?
Desde el año 2000 hasta el 2005 en los que encontré datos comparables, Ecuador es el que más rápido crece. Lo hace al 4.9% anual. Sigue Chile con el 4.4% y Perú con el 4.2%. Lo que más influye es la inversión total que para nuestro país es del 25% del PIB, mientras en Chile está en el 22%. El problema es que el 80% se ubica en el petróleo, mientras en el país del sur se distribuye en varios sectores que demandan más mano de obra.
¿Hay alguna manera de medir el concepto de libertad económica?
No hay un indicador estándar que permita unificar este criterio. Existen algunos índices elaborados por varias instituciones que tienen interés en ver como evolucionan las políticas económicas. The Economist trabaja en uno. Wall Street tiene otro. The Heritage Foundation también lo hace.
A inicios de año se publicó el resultado del sondeo de lo que le llaman el Índice de Libertad Económica del Wall Street, que aglutina la evaluación del ambiente en que se desarrollan los negocios, comercio, la política monetaria, la política fiscal, el nivel de corrupción, el mercado laboral.
En el continente americano los mejores países son EEUU, Canadá y Chile. Luego vienen El Salvador y Uruguay. Ecuador aparece muy relegado.
DESTACADOS
Subsidios generales que no se cuantifican de manera previa ni direccionan, se convierten en un monstruo inmanejable.
Finalmente la deuda se pagó puntualmente. ¿Qué quisieron hacer con los anuncios? ¿Especular? Hay algo que no cuadra.
Colaboración Editorial
DIARIO EL COMERCIO
Febrero 15 del 2007