Una historia cambiada
Leon Uris termina su estupenda novela “Trinidad” que relata la historia de Irlanda por la lucha de su independencia desde 1885 hasta 1916 con estas lapidarias frases: “Terminado todo esto, vino en su momento a instaurarse un República. Pero las penas y las congojas no han abandonado nunca a ese trágico y hermoso país. Porque, vean ustedes, en Irlanda no hay futuro; sólo el pasado que se repite una y otra vez.”
Y esto lo escribió recién en 1976, es decir hace apenas 30 años cuando este país era posiblemente el más pobre de Europa y cruzado por una serie de enfrentamientos políticos y religiosos que lo hacían simplemente inviable. Por eso termina de manera tan dura y negativa la novela. Cierra con candado la posibilidad de que se reencuentre. “En Irlanda no hay futuro” es una expresión de desesperanza, ni siquiera de dolor sino de derrota. Señala el camino del abandono y la migración como única vía de salvación y encuentro con la esperanza. Y esto lo dice porque a mediados del siglo XIX más de dos millones y medio de irlandeses murieron o emigraron por la plaga que arruinó las cosechas de papas. En esa época se calcula que la población era de ocho millones de persona, la cual se redujo brutalmente a un poco más de dos millones cuando se independizaron en 1921.
Pero, a pesar de tanta adversidad que explica la brutal conclusión de Uris, que equivocado estuvo en esta premonición el fenomenal autor de varias novelas históricas entre las que se destaca también la que llamó “Éxodo”, que recoge con mucha vivencia la historia judía. Y decimos que se equivocó porque para fortuna de los irlandeses y del mundo ese país es hoy uno de los ejemplos de superación y realizaciones del mundo.
Es para muchos el más rico de Europa. Cada irlandés tiene en promedio un patrimonio de 150 000 Euros (180 000 dólares), mientras en EEUU es de 129 000 Euros, en el Reino Unido es de 137 000 Euros. Sólo Japón le supera 205 000 Euros de patrimonio promedio personal. ¡Y pensar que en 1973 cuando se integró a la Comunidad Europea era el país mas pobre!
¿Cómo se hizo este milagro? El “tigre celta” se basó en la apertura económica, el respeto a la inversión, la estabilidad política y por supuesto económica, bajas cargas impositivas pero de aplicación general, impulso a las actividades privadas y concentración del Estado en dar buenos servicios sociales. El resultado final es que hoy es una potencia exportadora de bienes y servicios. Todas las empresas internacionales quieren estar ahí. Se pelean por un espacio.
La riqueza de este pequeño país ha crecido en el 350% en los últimos diez años. El PIB aumenta entre el 7% y el 8% por año y alcanzó los 188 mil millones de dólares con una población actual de cuatro millones de irlandeses, lo que determina un PIB per cápita de 45 000 dólares. ¡Qué envidia! Y pensar que por acá denigramos a la inversión y menospreciamos la estabilidad.
Este ejemplo ejemplar nos enseña que la historia la escriben aquellos que entienden lo que ocurre en el mundo y toman las oportunidades como se las presentan. La desesperanza o la derrota marcan a los pueblos. Pero los que se sacuden y no viven del lamento diario, tienen coraje, demuestran su valor, cambian la historia.
DESTACADO
La historia escriben quienes entienden lo que ocurre en el mundo y toman las oportunidades que se presentan.
Colaboración Editorial
DIARIO EL COMERCIO
30 de Octubre del 2006