top of page

Inquietudes nacionales

¿Hasta qué punto los tiempos políticos de Colombia y Perú están afectando las posibilidades de una buena negociación del TLC para el Ecuador?


Son hechos reales. En Colombia, las elecciones para representantes en el Congreso se realizarán en marzo del 2006 y las Presidenciales en mayo, pudiendo existir una segunda vuelta electoral. En Perú está programada las Presidenciales para abril del 2006, con la posibilidad de una segunda vuelta electoral. En Ecuador, el proceso se realizará recién en octubre del 2006.


Las campañas electorales están a puertas en los dos países vecinos y la posibilidad de contaminar las negociaciones del TLC en la discusión política es muy alta, de ahí que la postura de finiquitar este proceso, si se concilian las posiciones todavía abiertas a negociación lo más rápido posible, es razonable y entendible.


Ecuador debe hacer el mayor esfuerzo posible para mantenerse dentro del calendario conjunto de negociación, pues su exclusión lo debilita per se, y le expone a una situación más compleja ya que el mensaje que se emitiría sería el de que estaría esperando ciertas concesiones que de no lograrse, podrían frustrar expectativas creadas sin respaldo y dañar todo lo alcanzado.


La reciente declaración sobre el tema de protección intelectual adelanta públicamente, por primera vez en todo el proceso la posición nacional, hecho que cambia las reglas de juego de la negociación y puede permitir, si existe afán de conciliación entre las partes, la existencia de mini rondas especializadas en plazos cortos.


Habiéndose eliminado el Feirep, ¿qué medida alternativa debe pensarse para crear un fondo que nos proteja del temporal que se producirá cuando los precios del petróleo bajen?


Otro Feirep creado con el exclusivo propósito de acumular recursos no disponibles para ningún otro efecto que el enfrentamiento de una circunstancia de esta naturaleza. Pero, esto no es lo único requerido para enfrentar un problema de las condiciones preguntadas, sino el mantenimiento de una política de gasto público responsable y eficiente. No se puede seguir con el ritmo actual de incremento presupuestario y con la estructura de distribución de recursos si queremos tener un Estado financieramente solvente y socialmente justo. La senda por la que estamos transitando tiene demasiados peligros y a la vuelta de la esquina nos puede encontrar una desagradable sorpresa.


Lo que se hizo con este fondo ya lo vemos ahora. No hay ninguna mejora en los índices de gasto social, no hay ningún programa que rescate tanta angustia mediante el combate de sus raíces, sino lo que nos temíamos y lo advertimos: se lo va a utilizar para engordar un gasto descontrolado sin criterio de prioridad nacional. El populismo económico es tan malo e incluso peor que el político.


¿En el caso ecuatoriano cómo se puede transformar el excesivo hábito consumista por el de una cultura de ahorro o de control de gastos?


No se cual es el indicador que sirva de referencia para expresar la existencia de un excesivo hábito consumista. Si miramos la composición del Producto Interno Bruto encontramos que el consumo total del país, que incluye hogares y sector público se mantiene alrededor del 74%-76%, la inversión entre el 20% y 22% y la variación de existencias en el 6%. No se aprecia ninguna explosión de consumo. Lo que si es notable es el cambio de la estructura poblacional urbana que ahora representa el 64% de la total y que crece al 2.3% anual, frente a la rural que se ha reducido al 36% y declina en el 0.05% cada año. ¡Ya existen casi dos ecuatorianos urbanos por uno rural!


Este factor, sumado a la inyección de recursos por las remesas de emigrantes y la estabilidad salarial derivada de la estabilidad económica, sostienen una estructura de consumo mejor diseminada entre los distintos estratos sociales, lo cual es un indicador del cambio en la configuración social del país y de una mejora en la equidad.


En el discurso político común se habla de la inversión en la productividad. ¿Hasta qué punto el Ecuador tiene una infraestructura para volverse productivo o diversificar sus escasos rubros que lo caracterizan en la actualidad?


El gran problema, dentro de los trascendentes del Ecuador es la existencia de una división profunda entre lo que se pregona y lo que se realiza. El mundo político es muy proclive a ello. Anuncia propuestas de cambios para impulsar un objetivo y generalmente se pierde en la vorágine de la discusión.


Esta pregunta es una muestra evidente de ello. Los anuncios sobre la importancia de mejorar la productividad son constantes. Recuerden que se creó una comisión nacional con ese propósito desde el inicio de la dolarización y los resultados no son perceptibles. Ahora se la eliminó, suerte por la que transitan muchas decisiones que carecen de apoyo político real.


La infraestructura pública atraviesa por una etapa de deterioro sostenido. Los servicios públicos son deficientes, insuficientes y onerosos. La transportación y los terminales de operación aérea, terrestre y naviera son obsoletos y con estructuras operativas caras. La seguridad de la oferta de estos apoyos logísticos es baja y la transparencia de la valoración de sus costos es opaca.


Como lo hemos mencionado en innumerables oportunidades gran parte del problema nacional radica en la estructura, funcionamiento y financiamiento del Estado. Es nuestro dolor de cabeza, y lo poco que se avanza no llega a sopesar los graves e intermitentes retrocesos institucionales. ¡Aquí está la tarea real, acompañada de la lucha contra tanta inmundicia e inmoralidad! La reciente calificación internacional del país en el puesto 103 de competitividad, que es una vergüenza, es una fotografía de este problema, que sólo los ciegos no lo quieren ver.


¿Considera que la sociedad ecuatoriana puede soportar elevaciones impositivas más allá del índice inflacionario?


No creo. Me parece que el trabajo de fondo está en cobrar los impuestos actuales a aquellos que los evaden y que todavía son muchos. El SRI todavía tiene tareas pendientes por desarrollar, y mientras más contribuyentes se incorporen al catastro nacional, menor probabilidad tendremos que aumenten los impuestos.


Esto quiere decir que la dirección de trabajo en este campo es la de eliminar las exoneraciones abiertas que existen y que todavía son los mecanismos a través de los cuales se crean esos conocidos túneles de evasión tributaria. Mientras más generales sean los tributos, con su progresividad pertinente, mayor justicia tributaria existirá.


¿Habrá elevación en los impuestos prediales el 2006 en Quito?


No lo se. Veamos que pasa con el cambio en la valoración de los predios a precios de mercado y la aplicación de las nuevas tablas impositivas. Me imagino que algo dirá en las próximas semanas el Municipio.



Colaboración Editorial

DIARIO EL COMERCIO

Septiembre 30 del 2005

bottom of page