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Como desperdiciamos

¿Qué podríamos hacer en el Ecuador con 14 mil millones de dólares? ¡Muchísisisimas cosas! ¿Cuántos problemas se podrían resolver? La cifra es demencial para pensar en lo que podríamos invertir. Son casi dos presupuestos del año 2005. Significa nada menos ni nada más que seis años de gasto social total. ¡No habría niños sin escuela y peor sin desayuno! Es el valor de toda la deuda pública ecuatoriana.


Pues bien, este monumental valor no ha sido apreciado por la sociedad nacional. No le hace falta. No lo reclama. Ni siquiera tiene conciencia de su existencia. Es, para ponerlo en términos gráficos “un pequeño y desapercibido monto que no cambia en nada la realidad”. “Una caja chica que nadie hace cuentas, ni la revisa” pero que se lo ha perdido por la irresponsabilidad con la que se manejan las cosas públicas.


Así es. Esta es la cosecha de un poco más de 11 años de desidia, quemeimportismo, corrupción y defensa de un falso nacionalismo que ha llevado al sector petrolero estatal a una situación calamitosa, casi irrecuperable. En estos años, por la caída de la producción de Petroecuador, pérdidas en refinerías y robos de combustibles, el país dejó de recibir 13 mil millones de dólares, a lo que se suma mil millones por la demora en construir el OCP. ¿Quién responde por esto? Ya sabemos la respuesta: Nadie. Las excusas que justifican este brutal daño, fluyen con los más increíbles argumentos y sofismas.


Y ahora, cuando se discute la Pro forma del Presupuesto del 2006 que tiene las mismas características de años pasados pero en un ambiente de gran expansión de ingresos producto de la estupenda situación petrolera, de un gran aumento de pago de impuestos, del uso de una parte del difunto Feirep y de más endeudamiento, los sectores sociales ven otra vez frustradas sus aspiraciones. El gobierno vuelve a incumplir sus promesas hechas con el Contrato Social por la Educación y nuevamente habrá cientos de miles de niños pobres que no ingresen a las escuelas.


En el aumento presupuestario, -1.200 millones de dólares- se destaca la aportación adicional de los contribuyentes nacionales de 650 millones en las recaudaciones tributarias y la utilización de 400 millones de deuda pública para cubrir el déficit!! que persiste a pesar de semejante esfuerzo en las recaudaciones y de la inclusión de las participaciones de la educación y la salud en los recursos del fenecido Feirep.


El sistema presupuestario nacional está colapsado. La gran mayoría de los ingresos están preasignados y el gobierno no tiene margen de maniobra. El 53% de los ingresos van a gasto corriente. El 80% del aumento de ingresos proviene de mayores recaudaciones tributarias. ¡Los gastos corrientes representan el 125% de los ingresos tributarios! En otras palabras, todos los impuestos que pagamos los ecuatorianos no alcanzan para atender los gastos comunes de funcionamiento rutinario del Estado. En esas condiciones, el esfuerzo nacional se diluye por esta tendencia a gastar y gastar sin evaluar su conveniencia. La prioridad de resolver los problemas sociales del país está postergada y se convierte en un imposible por el encarcelamiento de las finanzas públicas.


Y a pesar de todo esto, no descansan las demandas por mayores asignaciones, pero no hay una propuesta para parar esta sangría petrolera y recuperar una fuente de riqueza.


Colaboración Editorial

DIARIO EL COMERCIO

Septiembre 7 del 2005

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