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Inquietudes nacionales

¿Hasta cuándo dura la protección de las preferencias arancelarias andinas? ¿Qué posibilidades hay de que se prorroguen? ¿Qué pasará si nos quedamos sin TLC y sin esas preferencias?


Aquí tenemos tres preguntas en una y las contesto en el mismo orden de su presentación: 1.- Hasta fines del 2006. 2.- Parecería que mínimas. 3.- Habría impactos negativos directos en varios campos de actividad como por ejemplo en la industria textil, la confección, la pesca en especial el atún, las exportaciones de flores. Si Colombia y Perú firman el TLC, la introducción de productos americanos liberados a esos mercados, y de ahí a través de las fronteras al Ecuador ocasionará daños en muchas otras actividades nacionales. Creo que esta situación es la que mayor daño puede ocasionar al empleo, la producción y la inversión. El balance acumularía costos sin tener como contraparte ningún beneficio.

Sabemos que la posibilidad de crecer, en términos económicos, dependiendo de los mercados internos es muy baja. La capacidad de compra de los ecuatorianos no tiene un potencial que nos lleve a pensar que podemos prescindir de los mercados internacionales, y con mayor razón del principal comprador nuestro que es los EEUU. Por eso, el futuro del país está en su capacidad de incursionar con agresividad en esos mercados para con ello generar oportunidades de mayor producción, que trae aparejado, como todos sabemos, más empleo.


La modalidad de certificación del FMI demorará hasta conocer los lineamentos concretos de la política económica del nuevo gobierno.¿Cómo afectará esta situación en el segundo semestre del 2005?


Todavía es temprano para tener un opinión precisa, pues la declaración oficial del resultado de la visita de la misión del FMI expresa que de común acuerdo con los representantes del gobierno nacional van a mantener una relación cercana para evaluar la evolución trimestral del programa económico. Esperan recibir en las próximas semanas las estimaciones del programa fiscal del 2005, las proyecciones del 2006 y las descripciones de las reformas estructurales que se piensan introducir.


Con estos datos, recién en esa época será posible conocer la opinión del FMI sobre la economía nacional, que es un ingrediente importante, aunque no imprescindible, para las definiciones de las relaciones crediticias y de apoyo de los organismos multilaterales. Hasta tanto estaremos en un compás de espera. El informe del FMI también servirá de guía a los mercados internacionales.


¿La decisión francesa contra la constitución europea es un síntoma o aviso de una era de nacionalismo económico, pues la superestructura estatal europea se encuentra en un grave aprieto?


No me parece que debemos mirar de esa forma los resultados del referéndum sobre la constitución europea, que a propósito fue redactada bajo la dirección de un expresidente francés. Es más bien el reflejo de una postura política interna que tiene rezagos de soberanía autárquica a pesar de los 50 años de integración progresiva, y que se resiste a reconocer una realidad indiscutible: la integración económica casi total y la pérdida de autonomías políticas en varios campos del quehacer comunitario.


Los efectos no retrotraen decisiones anteriores sino que demoran los avances del proceso. No se vislumbra ningún riesgo a todo lo hasta aquí construido, pero está claro que los franceses no están listos para avanzar en el plano político a la velocidad que lo propone la nueva constitución.


En este plano a Francia y Holanda les puede ocurrir lo que sucedió con Inglaterra cuando no ingresó a la Comunidad Europea y tuvo que aceptar los términos con posterioridad. O lo que ocurre con aquellos que no incorporaron el Euro a sus sistemas monetarios. Por último, no hay que descartar la opción de una suspensión de las consultas populares hasta visualizar la nueva vía de continuación del proceso de integración.


Es un tropiezo evidente, pero nada más que ello.


¿En que aspectos podrán lograr acuerdos las posiciones contrapuestas entre el proteccionismo agrícola de EEUU y la necesidad andina de comercializar esos productos?


Es un tema abierto que no se lo trató en esta ronda y que posiblemente se lo vea en la de Washington. Sabemos que EEUU no desarmará su sistema de subsidios mientras no tenga un acuerdo con Europa y Japón, por lo cual la negociación se encamina hacia la determinación de mecanismos de protección de las producciones andinas, sea por las franjas de precios, salvaguardias, plazo de apertura programado o, alguna combinación de estos tres elementos.



¿Cómo se podrá suplir, para no desfinanciar al IESS, el desembolso por los fondos de reserva, en caso de aprobarse a ley que permite su devolución porcentual?


Este es otro ejemplo de lo que ocurre con un sistema que no tiene claros sus objetivos ni definidos sus derechos de propiedad. Si las cuentas de los afiliados estarían individualizadas y los mecanismos de determinación de las pensiones y otros beneficios se visualizarían para cada aportante, esta discusión no tendría asidero. Pero al confundirse los aportes en un solo fondo común, nace la inquietud de recuperar una parte de lo contribuido, en este caso el Fondo de Reserva, con lo cual las bases del sistema sufrirían un cambio que pondría en peligro tres objetivos: el pago de la cesantía a quienes pierden su trabajo y reciben tres meses de remuneración, la atención médica de la esposa y los hijos menores de 6 años y finalmente, lo que es más grave reduciría el valor de la pensión de jubilación.


Sobre este último punto es necesario indicar que el fondo de pensiones y los cálculos de las mismas dependen del mantenimiento de los Fondos de Reserva. Forman un todo que protege en mayor proporción a los trabajadores de bajos ingresos, cuyas pensiones para que sean “dignas” se sustentan en el mantenimiento de estos recursos, pues llegan a representar el 50% de lo acumulado a lo largo de los años.


La devolución de los Fondos de Reserva, manteniendo el sistema actual requeriría de un aumento de los aportes del 28% a por lo menos el 35% para compensar el desfinanciamiento ocasionado, y eso me parece intolerable. Para graficar el proceso emprendido en la discusión política, uno podría preguntarse ¿Si devuelven el Fondo de Reserva que es parte del cálculo de las pensiones, porqué no devuelven también los aportes y cada uno se arregla por su cuenta? Además, esta idea de entrega cada tres años acarrea el mensaje de que algo sigue mal en el IESS y es mejor rescatar una parte de lo aportado.


Por supuesto, lo dicho antes llevaría a destrozar un mecanismo de atención a una necesidad social y colectiva. En la práctica la propuesta va en esa dirección. La solución, desde mi punto de vista camina por otro lado y es a través de la creación de las cuentas individuales de afiliación, incluso del componente de solidaridad que necesariamente debe tener el sistema. Ahí, si es posible construir mecanismos de soporte temporal a los afiliados en función de sus contribuciones, que es lo que se pretende mal establecer con la devolución de los Fondos de Reserva.

Colaboración Editorial

DIARIO EL COMERCIO

Junio 9 del 2005

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