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Será verdad tanta belleza

Con gran esfuerzo el país ha conseguido superar la etapa de crisis financiera del IESS, aunque sigue sin atenderse el fondo del problema, cual es la constitución de un sistema que cumpla con los mandatos constitucionales, y asegure la pertenencia de los recursos a favor de los afiliados. Desde el momento mismo en que el Congreso Nacional desarticuló la reforma propuesta por la Comisión Interventora al sistema de pensiones en su ley del 2001, sabíamos que en algún momento el gobierno se iba a fijar en estos fondos. La triste historia de los sistemas de reparto demuestra múltiples abusos gubernamentales de los fondos provisionales desviándoles hacia otros fines.


Esto ocurre precisamente porque no existen derechos de propiedad perfectamente definidos sobre los aportes. En otras palabras, la inexistencia de cuentas individuales para todos, con mínimos garantizados, dentro de un sistema solidario, es un imán para encarrilar gastos, o “inversiones” públicas que pueden sonar populares, pero que a la larga son onerosas.


En estos días hemos escuchado algunas propuestas del Sr. Ministro de Energía para utilizar los fondos de los afiliados y jubilados a favor de la conformación de una empresa de economía mixta con Petroecuador, que luego la cambió por el establecimiento de una “titularización de derechos” sobre ciertos campos hidrocarburíferos. A simple vista, esta segunda propuesta parecería adecuada si se cumplen todas las normas del mercado de capitales que exigen de inicio la presentación de estados financieros auditados, y un listado de información empresarial que la estatal carece por completo. Información que demanda una declaración juramentada de los proponentes de la operación. Sin embargo, pensemos que la propuesta busca realmente reestructurar a esta empresa para poder encarar el propósito de reactivar los campos petroleros bajo su responsabilidad. Me pregunto ¿Tiene el gobierno un proyecto listo? O acaso lo que tratan es de usar una figura aparentemente jurídica y segura, para obtener los recursos del IESS. Pregunto porque en las titularizaciones, que se han hecho varias en el país, el proceso de calificación es largo y complejo ya que el documento a negociarse bajo las normas aprobadas por el Consejo Nacional de Valores debe contar con la opinión de la Superintendencia de Compañías, inscribirse en las Bolsas de Valores en razón de que las responsabilidades de la emisión son hasta penales, pues en este tipo de transacciones, informaciones falsas o incompletas que conduzcan a pérdidas, pueden llevar a los inversionistas a reclamar sus derechos a los representantes de estas instituciones.


Si todo esto se cumple para que le necesitan hoy al IESS, si el mercado de valores, al ver que se trata de una operación atractiva y segura va a convocar a los inversionistas nacionales y a los “repudiados” internacionales a comprar estos títulos, y entre ellos podría participar libremente el IESS. Eso es transparencia. Así se crea seguridad y desaparecen los temores y las malas ideas.


Si no se actúa de esta forma, la sospecha de un abuso a los fondos nuestros se convierte en realidad. Bajo esta opción preguntaría porqué no invierten los trabajadores de Petroecuador sus ahorros en este proyecto. Porqué no lo hacen los maestros con sus fondos de la UNE. Simplemente porque saben que no es una inversión válida y segura.


Colaboración Editorial

DIARIO EL COMERCIO

Mayo 18 del 2005

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