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Lata al por mayor

“Los superiores principios ideológicos, condicionan que el inicio de la acción general de formación de las actitudes implica el proceso de reestructuración y modernización de las formas de acción.”


“Por otra parte, y dados los condicionamientos actuales la realización de las premisas del programa cumple un rol esencial en la formación de las direcciones educativas en el sentido del progreso.”


“Sin embargo no debemos de olvidar que un relanzamiento específico de todos los sectores implicados permite en todo caso explicitar las razones fundamentales de toda una serie de criterios ideológicamente sistematizados en un frente común de actuación regeneradora.”


Escogí estos tres ejemplo de un singular ejercicio idiomático que recoge de una manera terriblemente real la forma cómo en nuestros países se abusa del lenguaje para entretener y engañar a la gente hablando horas y horas sin decir nada, pero eso si dando la apariencia de ser un conocedor a fondo de la temática involucrada.


Revisen las frases y podrán apreciar que no tienen ningún sentido ni nos llevan a conclusión alguna, pero aparecen de una fortaleza intelectual fenomenal. Ahora, con este ejercicio pongan atención a algunos noticieros y declaraciones que hacen algunos hombres públicos de nuestro querido país, así como a señalados periodistas y podrán comprobar que el oropel esconde la liviandad de sus presentaciones


Algunos comienzan tan solemnes como decir: “en nombre de la dignidad del pueblo ecuatoriano y vista la forma como se han mancillado las más elementales normas que gobiernan nuestra colectividad, pedimos a todos que nos apoyen en esta lucha…..”


Otros siempre hablan que: “los intereses de las grandes mayorías merecen ser respetadas de la voracidad que demuestran aquellos que con estas medidas quieren someter al país a una coraza que no permitirá atender sus necesidades…….”


No faltan las expresiones: “nuestra solidaridad incondicional y la decisión inquebrantable de ir hasta las últimas consecuencias en el enfrentamiento contra la soterrada subversión….”


Me pregunto: ¿Cuándo podremos aterrizar en nuestros diálogos nacionales botando toda esta parafernalia locuaz, inútil o mejor útil para engañar y nos centramos en la discusión de los temas sobre la base de sus fortalezas y limitaciones? El caso de las últimas decisiones políticas y la forma como se las defiende es una muestra del abuso del lenguaje y la construcción de frases que no tienen ni fundamento ni resisten por supuesto el más elemental escrutinio, pero que escudan hechos impresentables. La ausencia de voceros que defiendan, con razones debidamente fundamentadas el porqué de sus posiciones demuestra precisamente la debilidad de sus posturas, y los escasos que asoman sostienen que se está soliviantando el orden público y que eso no lo tolerarán, pero nada sustentan sobre el meollo de sus decisiones. El insulto, el agravio personal, la frase suspicaz y mal hiriente sustituyen a la discusión seria, apasionada si quieren, de las ideas y las propuestas. Si podríamos dar este paso cualitativo en la forma de encarar los temas nacionales, regionales o locales, habríamos dado un salto inimaginable en la dirección de conseguir que la política vuelva a ser la actividad de la excelencia y de líderes respetables.


Colaboración Editorial

DIARIO EL COMERCIO

Enero 13 del 2005

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