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Inquietudes nacionales

¿En qué contexto se puede analizar el interés de conjuntos financieros externos para inversión y compra de nuestros papeles fiduciarios, luego del cambio de calificación externa del país?


La recuperación económica y la estabilidad de precios finalmente conseguidos luego de casi cinco años de gestión son evidentes. Las transacciones internacionales se realizan con normalidad y el Estado ha logrado recuperar parte de la imagen dañada en el año 1999 como consecuencia de la moratoria unilateral de la deuda externa que fue el detonante que acabó con la moneda nacional y dio paso al esquema en funcionamiento.


Estos hechos, sumados al mantenimiento de una perspectiva halagüeña de precios de algunos productos básicos en los mercados mundiales, especialmente el petróleo, han creado una oportunidad para mejorar tanto el perfil de pagos de la deuda externa como su costo.


En el año que transcurre se va a producir una reducción absoluta del endeudamiento publico que podría ser de alrededor de los 400 millones de dólares, que sumado al crecimiento del PIB, coloca a este indicador en una postura mejorada, y eso lo ven los “analistas internacionales” que visitaron el país la semana que está concluyendo.


El pago neto de deuda ha favorecido a los organismos multilaterales y a algunos tenedores de deuda interna. Lo que el gobierno está planteando en estos días es explorar un canje o renegociación con los tenedores de los bonos globales, en condiciones, entendería yo, que signifiquen un ahorro y alivio de caja para las finanzas públicas nacionales. Si esto no es así, no encuentro razón de llevar adelante un proceso de esta naturaleza.


El otro tema interesante es la incorporación de nuevos demandantes de papeles del gobierno de corto plazo- los famosos Cetes-, con lo cual la postura del IESS pierde fuerza y le obliga a buscar otras oportunidades de inversión. Si esto se concreta, las críticas al uso y abuso de los fondos del IESS a favor del gobierno perderían terreno. En la práctica, lo que se busca y podría alcanzarse, por supuesto si todo esto se sostiene en el tiempo con una buena política económica, es romper un monopsonio.


¿Cuál debe ser la política nacional para reducir los altos precios de los insumos energéticos que debemos pagar a consecuencia del desbordado precio del petróleo mundial? ¿Qué hacer con la Refinería de Esmeraldas?


En el corto plazo hay pocas alternativas de solución. Los precios están dados en los mercados mundiales y nuestra demanda no tiene ninguna capacidad de modificarlos. Lo que si es posible hacer es introducir el sistema de competencia en la provisión de combustibles al mercado nacional. En la actualidad el único oferente de productos es Petroecuador a quien le compran todos los distribuidores nacionales y extranjeros que operan en nuestro país. La empresa estatal a su vez compra estos derivados en el mercado internacional y esos costos los traspasa al consumidor.


Con la apertura comercial, cada empresa buscaría las mejores condiciones para ganar participación en el mercado y beneficiar a los consumidores. Siempre es recomendable combatir los monopolios y el de estos productos no es una excepción.


Sobre la refinería, primero hay que exigirle resultados que demuestren que su trabajo es eficiente. Esto se lo consigue eliminando los subsidios cruzados que existen en la entrega de crudo a un precio especial y segundo evaluando todo el proceso productivo que arroja una proporción muy alta de subproductos que no se los utiliza en el Ecuador y que se los vende a precios inferiores a los que pagamos por los derivados que tienen déficit de producción local.


Me parece que la participación estatal en esta actividad requiere una revisión conceptual. Lo que se debe cuidar es la forma de preservar el valor patrimonial en la solución que se diseñe para eliminar las pérdidas que produce la refinería, y que como sabemos superan los 400 millones dólares anuales.


Existen pocas expectativas sobre la próxima ronda de Guayaquil del TLC ¿Son estrategias de negociación?


Pocas o muchas eso no es lo relevante. La realidad es que en este proceso se van incorporando los temas en función de los avances o compromisos que se establecen en las etapas previas. Aunque sea repetitivo con lo mencionado en comentarios anteriores, en esta negociación es indispensable mantener una postura a lo largo de todo el proceso, calcular las posibilidades de cesión y compensación y tener claro que sólo al final se podrá saber si hay entendimiento o no, ya que la existencia de una discrepancia, por pequeña que sea, impide la concreción de todo lo negociado.


En estas rondas, la oportunidad de explicar los puntos de vista de las partes y la exploración informal de posibles opciones de acuerdos son invalorables. La posición que más nos conviene es aquella que mide objetivamente, sin ideologización o politización, los distintos temas en discusión.


El TLC será válido y conveniente si genera oportunidades netas favorables para el país. Y eso si es posible visualizarlo. Por supuesto existirán costos que en su valoración deben ser superados por las ventajas conseguidas.


No nos olvidemos que el Ecuador ha venido abriendo su economía de una forma sostenida. En la actualidad llega al 76% del PIB, con lo cual pensar en una postura proteccionista por creencia política es contra natura.



¿Cuáles deberían ser los parámetros para establecer nuestra política respecto al problema migratorio producido por los desplazamientos de colombianos?


Deberían ser los mismos que reclamamos para nuestros compatriotas en los distintos países a los que han migrado. En ese plano hay que ser consistentes. Si pedimos que las normas de los países receptores de migrantes sean condescendientes con su calidad de seres humanos que buscan oportunidades de trabajo para tener una vida digna, acá no podemos adoptar una postura contraria. Es lo mínimo que exigen los principios de defensa de los derechos humanos.


La fortaleza de las criticas que realizamos en muchas oportunidades a otras sociedades por sus actitudes de doble estándar en los temas relativos a la movilización de las personas, sólo se consolida si, como sociedad somos coherentes y practicamos en nuestro suelo lo que pedimos se haga en los extraños.


El gobierno norteamericano ha endurecido las políticas contra la adquisición de bienes de origen cubano. ¿Nos puede decir en que consiste?


Hasta hace poco tiempo, los norteamericanos o residentes de este país que visitaban Cuba podían adquirir e ingresar -a los EEUU- bienes producidos en esa isla hasta por 100 dólares. Ahora eso no es posible. El embargo es total, y no sólo eso sino que les está prohibido comprar esos bienes en cualquier país e incluso usarlo. Por ejemplo, no pueden comprar un cigarro cubano y fumárselo aún fuera de los EEUU. La sanción puede llegar a 250.000 dólares de multa y cárcel hasta 10 años. ¡Miren donde llegan los absurdos!


Colaboración Editorial

DIARIO EL COMERCIO

Octubre 14 del 2004

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