Inquietudes nacionales
Las informaciones de prensa anuncian que el cierre del ejercicio económico del 2004 será normal y que no habrán los grandes atrasos de siempre. ¿Será posible esto luego de los aumentos salariales y de las pensiones jubilares?
Si uno evalúa el ambiente que existe en las principales actividades públicas puede deducir que las condiciones presupuestarias marchan dentro de un rango de razonabilidad o normalidad. No hay señales de agudizamiento en los atrasos. Más bien, existen hechos que confirman una recuperación de “cierta” puntualidad en los pagos de las obligaciones públicas. Eso se ve en el alto nivel de ejecución presupuestaria, que al mes de julio llegó al 97%, es decir que no existe un factor de inoperancia en la capacidad de gestión de la organización pública como elemento justificativo de esta “relativa” tranquilidad. Hay, sin embargo reducción de la inversión pública que como siempre es el factor de ajuste de etapas presupuestarias apretadas.
El mecanismo de financiamiento ha sido el FEIREP, pues se usó el tramo del 20% de este Fondo destinado a cubrir situaciones de caída de ingresos y además ha recomprado deuda interna por 300 millones que vence desde el 2005 en adelante. Con estas decisiones, el Ministerio de Economía ha colocado nuevas emisiones de bonos de deuda interna en los mismos tenedores anteriores, dotándole de recursos al Presupuesto para poder atender las obligaciones antiguas y las que se señalan en la pregunta.
Se estima que para fin de año los atrasos estarán alrededor de los 200 millones de dólares que es un monto considerado normal dentro de una ejecución de las dimensiones de la ecuatoriana.
Con estos datos, el superávit primario, según las estimaciones oficiales estará alrededor del 4.8% del PIB, ligeramente por debajo de la meta inicial (5% del PIB), pero con algunos hechos que merecen precisarse: en el año se utilizarán los recursos del FEIREP para sustituir deuda interna y no para reducirla. Se producirá, eso si, una declinación de la deuda externa contratada con los organismos multilaterales. Los gastos de personal rebasarán el monto presupuestado de 2.027 millones, pudiendo ubicarse alrededor de los 2.060 millones por el ajuste realizado en las FFAA. Finalmente, parecería que el Decreto Ejecutivo de reducción del gasto de 60 millones del mes de junio pasado no será atendido.
¿Cómo se puede estimar el nivel de estabilización de los precios del petróleo, una vez que se produjeron súbitas alzas en el mercado internacional y ahora se nota un paulatino descenso? ¿Estará bien estimado el precio de 22 dólares para el presupuesto del 2005?
Las condiciones generales del mercado internacional no tienen cambios significativos. La venta futura de petróleo, con entrega en mayo del 2005 si bien está con un precio un poco más bajo que el actual, su variación no es relevante. Por supuesto, esto no quiere decir que se puede asegurar que no habrá cambios en un período de un año, pero para que ello ocurra se deben alterar de forma notoria las bases en las que se desenvuelve el mundo de hoy.
Me parece un error el haber subido el precio referencial del presupuesto a ese nivel, y lo que es más preocupante es que se estima un incremento de más de 45.000 barriles diarios de producción petrolera frente al 2004. No se quien lo va hacer, pues si piensan que Petroecuador estaría en capacidad de recuperar producción, creo que sueñan, y no veo en la compañías privadas programas de esas dimensiones.
Volviendo al tema del precio, lo que ocurrió tanto en el 2002, como en el 2003 y va a repetirse en el 2004, es que si no hubiera sido por la definición del precio de 18 dólares el barril, los presupuestos habrían tenido un déficit que hubiera demandado mas medidas de ajuste, pues los niveles de producción previstos nunca se cumplieron, y esa defección sólo pudo ser compensada con los mejores precios del mercado. Creo que la sugerencia de adoptar una postura “segura” de precios ayudó a la creación del ambiente de estabilidad económica alcanzada.
Al parecer se avecina una grave crisis de suministro eléctrico. ¿Las empresas térmicas y la interconexión con Colombia será suficiente para superar el difícil trance del estiaje?
La vieja historia que se repite cada vez que el verano tiene una duración superior a la normal. Renacen los miedos y vuelven a desempolvarse las conocidas recetas de “ahorre energía”. Esperemos que no ocurra. Quito de cualquier manera al tener un contrato de suministro convenido con la empresa de Medellín tiene cubierta en buena medida esta eventualidad.
Este sector sigue en un estado de descomposición creciente. Las políticas públicas son inconsistentes. Se hacen parches cuando ya el agua llega al cuello y ante la emergencia, las decisiones contienen errores y limitaciones que luego se evidencian en altos costos y enormes desperdicios.
Fuera del proyecto San Francisco, que es una concesión no muy clara en su configuración, no hay ninguna otra decisión que asegure la producción de hidroelectricidad en volúmenes que permitan reducir el tarifario nacional de forma significativa. Lo que si existen son proyectos privados pequeños desarrollados para atender las necesidades de grupos empresariales importantes y que podrían multiplicarse si existieran facilidades crediticias internacionales de largo plazo. El gobierno podría gestionar estas líneas, sin ningún aval público.
¿Qué sentido tiene desde un país andino como el Ecuador, una integración con el MERCOSUR? ¿Qué podríamos vender o qué otros beneficios alcanzaríamos?
Dentro del orden de prioridades del comercio exterior, el MERCOSUR no está en los niveles estelares. EEUU, Colombia, la Comunidad Europea son nuestros socios comerciales mas importantes. Sin embargo, esto no quiere decir que no nos interese desarrollar ese mercado y por eso ya se negoció la apertura comercial de la que se espera resultados especialmente en los productos agrícolas y pesqueros. Es posible que algunas ramas industriales puedan encontrar nichos, especialmente la alimentaría.
Aquí hay que desarrollar una intensa actividad de promoción comercial que involucre a las instituciones de gobierno y a los gremios empresariales. La puerta está abierta, ahora toca entrar a competir.
Colaboración Editorial
DIARIO EL COMERCIO
Septiembre 3 del 2004