Inquietudes nacionales
Como se explica y nos explica usted, economista, lo siguiente: el Ministro de Economía presenta buenos resultados macroeconómicos pero con mucha frecuencia no tiene para pagar los sueldos a los maestros y a los trabajadores de la salud ¿por qué?
Cuando se elabora el presupuesto se utilizan estimaciones sobre las distintas fuentes de ingresos, mientras en el campo de los egresos se trabaja sobre la base de los compromisos permanentes, de gasto corriente, amortización de deuda y de inversión, que ha celebrado el Estado. El resultado de este trabajo supone, casi siempre, la existencia de posibles contingentes (en este caso de carácter negativo) en el ámbito de los ingresos, mientras en los egresos por lo general la lucha se centra en el control de su magnitud.
Otro aspecto del trabajo presupuestario que normalmente no se lo ve es el relativo a la estacionalidad de las fuentes que sirven para cumplir los compromisos. Durante el año, existen meses de baja recaudación y otros en los que se acumulan impuestos y recursos provenientes de los créditos comprometidos, en tanto que los egresos, en especial los corrientes tienen una conducta uniforme, con excepción de diciembre que es de grandes desembolsos. Pueden sumarse a este desequilibrio temporal la presencia de pagos de obligaciones provenientes de la deuda pública, con lo cual la posición de disponibilidad de la caja fiscal se vuelve muy constreñida.
La situación actual corresponde a una etapa depresiva de ingresos presupuestarios que viene acompañada por las secuelas del esfuerzo de pagos fin de año, que como todos podrán concluir, genera un cuello de botella en la tesorería fiscal que se esperaría pueda superarse en este y el próximo mes, en los cuales hay ingresos extraordinarios por la cancelación del impuesto a la renta.
El problema comentado también nos lleva a la reflexión sobre la necesidad de tener una mejor planificación y ejecución de los desembolsos de los créditos estipulados en el presupuesto, con un perfil semejante al de las amortizaciones. Concluyo señalando que una buena presupuestación no necesariamente significa un estado permanente de equilibrio.
¿Qué significado tiene, según usted, en lo económico el triunfo de Rodríguez Zapatero y el Partido Obrero Socialista en España?
El PSOE ya demostró en sus 14 años de gestión una posición muy definida de manejo macroeconómico. Lo hizo manteniendo una conducta responsable, equilibrada y previsible de las finanzas públicas, y una consistente política monetaria. A su gestión se debe en buena parte el éxito de la transformación de la sociedad española dentro de la comunidad mundial, que en gran medida continuó y se afinó durante el gobierno del PP.
Con esto quiero decir que no vislumbro cambios importantes en la forma de conducir, desde el punto de vista económico a España. Se darán ciertos matices en la estructura del gasto y algún afinamiento en la forma de distribuir la carga tributaria, pero nada mas. En las economías bien enrumbadas no hay espacio para cambios de magnitud. Más aún, si forman parte de un mercado común. Hay otros temas en donde se dan las discusiones ideológicas que configuran la nueva escala del bienestar colectivo.
El cambio si se verá en las relaciones internacionales. Las declaraciones de campaña, confirmadas luego de la victoria son evidentes. El mensaje de estas elecciones es de un contenido político singularmente obvio. El pueblo español no desea ser parte de un eje que irrespete las normas internacionales o ponga en peligro la paz por acciones beligerantes indebidamente valoradas.
Hay gente que comienza a preguntarse si se justifica el gasto que significa tener 7.000 soldados en la frontera norte. ¿Cuál es su criterio?
Es parte de la responsabilidad del Estado ante esta circunstancia de una contaminación en varios órdenes: moral, productiva de materia prima para la formación de narcóticos, militar, humana de migración indiscriminada y con elementos que generan inseguridad y violencia.
Tenemos que usar nuestros recursos para protegernos. Es el costo de esta vecindad, no por historia sino por la circunstancia de descomposición política y social. Sin embargo, esta acción nuestra debe estar acompañada por un esfuerzo igual de parte del gobierno colombiano para asegurar que la frontera la cuidan las representaciones políticas legítimas de los dos países. Si esto ocurre, las necesidades de una presencia masiva de los hombres armados del Ecuador será mucho menor. A eso debemos tender y ese debe ser el objetivo de la política nacional. Algo parece que se ha alcanzado en la visita del presidente Gutiérrez a Colombia, pero, si las cifras son ciertas, todavía es un esfuerzo reducido.
Lo que es pertinente es insistir en la cobertura de estos gastos con soporte de recursos externos. El problema del narcotráfico, vinculado con la guerrilla, es un derivado de la demanda de los mercados de EEUU y de Europa, y por eso tienen una responsabilidad directa en las acciones de su control.
¿Cómo ve usted la situación actual de la economía de los Estados Unidos con miras a las elecciones presidenciales próximas de ese país?
Hay indicaciones de recuperación en producción, aunque los resultados de empleo siguen siendo débiles. No hay signos de un resurgimiento inflacionario a pesar de la fuerte devaluación del dólar. Los déficit fiscal y externo tienen un nivel preocupante y constituyen el centro de los cuestionamientos sobre la consistencia y viabilidad de la recuperación evidenciada desde el último trimestre del año pasado.
Es muy difícil defender la política fiscal seguida por Bush. Recortó ingresos y creó obligaciones de una magnitud sumamente alta. Como lo señala J.Sachs en su artículo titulado “Cómo Bush arruinó una década de buen trabajo”, publicado en el último número de la revista The Banker, en apenas cuatro años el presupuesto anual tuvo un cambio de 700 mil millones de dólares, equivalente el 7% del PIB, al pasar de un superávit de 236 mil millones en el 2000 a un déficit proyectado de 480 mil millones en el 2004.
El problema es tan serio que muchos se preguntan ¿cuándo se revertirán las decisiones de reducción de impuestos?, pues se siente la insostenibilidad de la actual política.
Este problema se suma al déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos que llegó al 5.5% del PIB y que ha ocasionado la devaluación conocida del dólar. ¿Será suficiente o deberá caer más el dólar? Es evidente que la conducta de las tasas de interés ya está marcada y ello llevará a un nuevo efecto en los mercados de capitales. ¿Cuánto de todo esto afectará la reelección de Bush? Difícil decirlo, pues no sabemos el tiempo que tomará evidenciar la necesidad de los correctivos económicos, aunque ya se aprecia el deterioro político por todo el manejo de su presidencia.
¿Encuentra justificadas las razones que da la directora del SRI para la disminución de las recaudaciones tributarias?
Me parece que es indispensable desagregar todos los resultados para poder apreciar sus causas. Una de ellas es la relativa a la estacionalidad que la explicamos en una de las preguntas anteriores. Otra podría ser el proceso de reconversión productiva que se aprecia en muchas actividades y que ocasiona cambios en las estructuras de costos con sus vínculos en los proveedores. Una tercera estaría vinculada con la baja tasa de crecimiento de la economía no petrolera y la reducción del gasto público.
Colaboración Editorial
DIARIO EL COMERCIO
Marzo 18 del 2004