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Inquietudes nacionales

Los ciudadanos comunes nos sentimos desconcertados sobre el futuro económico del país: ALCA, Tratado Bilateral con Estados Unidos o Integración con MERCOSUR. ¿Cuál es el escenario?


Después de la reunión ministerial de Miami de la semana pasada, empiezan a verse mas claras las cosas. Hay indicaciones de que el entrabamiento del ALCA da paso a un proceso menos ambicioso en el cual se sustituyen las negociaciones multilaterales y globales por uno de carácter bilateral pero simultáneo de varios países.


Por la forma como se han configurado las negociaciones de los Estados Unidos con los países con los cuales ha llegado a un entendimiento inicial, el Ecuador participaría en el segundo grupo de países andinos. Para eso, se espera la aprobación del Congreso de los Estados Unidos a la solicitud del Presidente Bush de concederle el sistema de “vía rápida”, que no es otra cosa que un mecanismo político en el cual los términos de la negociación acordados entre los gobiernos, son respetados, o eventualmente rechazados en su totalidad por el Congreso norteamericano.


Esto le da al Ecuador tentativamente un lapso entre 3 y 4 meses para preparar todas las ponencias involucradas en la negociación bilateral: apertura comercial, marcas y patentes, inversión extranjera, servicios financieros, subsidios y finalmente tratamiento de sectores y actividades críticas. Le corresponde entonces al país configurar su equipo de negociación y armonizar las propuestas a fin de estar listos para el inicio de las negociaciones formales con los Estados Unidos.


Este proceso seguirá algunas de las pautas ya establecidas en los acuerdos alcanzados especialmente con México y más recientemente con Chile. Ahí tenemos una referencia objetiva para la elaboración de la propuesta nacional. La duración llevará no menos de un año y, podría estar concluida en el 2005.


Para el Ecuador la prioridad indiscutible en el campo de las relaciones comerciales está en esta negociación bilateral con los Estados Unidos. De ella se puede conseguir oportunidades de colocación de nuevos productos y la consolidación de los seis mil productos que forman parte del ATP, ya no en su calidad de acuerdo preferencial sino como un componente de negociación entre las partes.

De manera paralela el Ecuador debe seguir buscando la solución de los temas pendientes que tiene con el Grupo Andino, en especial aquellos vinculados con las diferencias producidas por los distintos regímenes cambiarios en la región. MERCOSUR, me parece tiene una prioridad inferior.


Este proceso de apertura compromete el mantenimiento de una política macroeconómica predecible, dentro de la cual la política fiscal debe ser estable y equilibrada. Sin esta contribución, los acuerdos comerciales no ofrecerían los resultados de creación de más empleo y producción que se busca.


¿Es verdad que el agro serrano, por causa del sistema, no está en posibilidades de competir ni con los vecinos y mucho menos en un mercado internacional más amplio?


No creo en las generalizaciones a las que son propensos algunos ecuatorianos. Hay ejemplos evidentes de empresas agrícolas serranas con estupendos resultados en sus operaciones de comercio exterior y, para poner un ingrediente de contrapunto a la pregunta, conviene señalar que si somos uno de los últimos países del mundo en productividad y competitividad, podemos ser una potencia exportadora si nos dedicamos a arreglar esta deficiencia.

Lo grave sería que seamos eficientes y ya no tengamos espacio para competir. Y, eso no es cierto.


¿Cuál es la relación que existe y la que pudiera existir con un mercado gigante como es el de China?


En el mundo entero se aprecia la intensidad de las gestiones chinas por incorporar sus productos a esos mercados. Su incorporación a la OMC y los compromisos para eliminar políticas contrarias a un comercio justo y, sostenido en principios de competitividad transparente, confirman la estrategia de desarrollo china de esta nueva etapa económica.


En el país sentimos una presencia más clara en el campo petrolero, en la provisión de productos industriales, en ciertos artículos de construcción, en el transporte pesado. Le toca al Ecuador buscar oportunidades de colocar sus productos en ese gran mercado. Las exportaciones de banano son las más representativas pero hay que explorar más opciones para balancear una relación adecuada.


China está en una posición parecida a la que tenía Japón hace 30 años y, va a desarrollar mecanismos para impulsar la colocación de sus productos en mercados emergentes. En ese sentido, se pueden presentar opciones de nuevos insumos o de bienes de capital más baratos, que podrían ayudar a reducir los costos de producción ecuatorianos, siempre que cumplan estándares de calidad.


¿Tiene fundamento la objeción de algunos legisladores de que la pro forma presupuestaria 2004 encierra un peligroso déficit?


La pro forma recoge los resultados de una sostenida política fiscal que hizo “chichirimico” las finanzas públicas. Este ecuatorianismo, que ojalá conste en la próxima edición de “El Habla del Ecuador” de ese ilustre lingüista Carlos Joaquín Córdova, grafica el resultado de una larga etapa de destrucción del la política presupuestaria nacional. ¿Han escuchado alguna propuesta de solución al grave problema estructural de los presupuestos públicos por parte de algún legislador? ¡Acaso no se proponen más y más cargas!, pero nadie hace frente al problema con soluciones de fondo. Pues bien, en la pro forma siguen conviviendo las limitaciones conocidas. Se cosecha lo sembrado, que no es otra cosa que derechos a recursos por parte de todas las instituciones sin asumir obligaciones concordantes.


A pesar de todo lo anterior es evidente el esfuerzo por mantener el presupuesto dentro de un nivel manejable y altamente equilibrado. Sin embargo, hay que reducir el nivel de gastos en aproximadamente 150 millones de dólares para no generar un déficit superior a los 500 millones que fueron estimados y que deben ser atendidos con endeudamiento público.


El precio del petróleo en 18 dólares, que algunos criticaron indicando que iba a provocar un sobre ajuste fiscal en el 2003, es un indicador de prudencia que evitó ya una crisis fiscal en este año y que puede permitir un manejo razonable en el 2004. Los dogales del presupuesto están, desde el punto de vista de gastos en el elevado nivel de la masa salarial, el servicio de la deuda, y las múltiples preasignaciones.


Según la Revista Business Week, el costo de la guerra contra Iraq es de 260 dólares por habitante en EE.UU. Dado el enlace de las economías se podría cuantificar el costo para cada ecuatoriano?


Este costo fue establecido con la presupuestación inicial de la guerra contra Irak. Hay que añadirle el valor incluido en el presupuesto del año 2004, lo que lleva la aportación, hasta ahora a 530 dólares


Respecto al costo para los ecuatorianos, es imposible tener una estimación ya que las relaciones entre los dos países involucran a tantos conceptos que no hay una forma de determinación. Lo que si es previsible esperar es que conforme transcurra la ejecución de esta guerra, el gobierno de los Estados Unidos diseñe mecanismos para recuperar los valores utilizados en esta acción. En los años 60 y principios de los 70 se vieron los daños que causó la guerra de Vietnam en la economía americana y por ende en la mundial.


Colaboración Editorial

DIARIO EL COMERCIO

Noviembre 28 del 2003

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