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Inquietudes nacionales

Según los voceros del frente económico del gobierno las cuentas fiscales están al día en sus compromisos con el FMI. ¿Cuales son las perspectivas para lo próxima reunión del mes de Agosto cuando existe una compleja agenda por cumplir?


El Editorial de El Comercio de ayer desarrolla con precisión este tema. De lo que se conoce, la misión de revisión del FMI encontró razonable los resultados de la ejecución del programa en estos primeros meses. Preocupa la conducta del sector petrolero que demuestra un deterioro creciente y constituye el factor conspirador del programa, de la viabilidad del acuerdo y del modelo. El gobierno tiene que enmendar esto con acciones que deben tomarse de inmediato si quiere consolidar la línea de acción económica. Hasta ahora, la caída de producción se compensó con los altos precios del hidrocarburo, pero esa etapa concluyó y ya no hay margen de maniobra para la ejecución del programa en vigencia.


Hay que priorizar la recuperación de la producción de los campos en explotación bajo responsabilidad de Petroecuador. Esto es vital y no requiere de grandes capitales sino de iniciativas concretas, con ideas creativas que aseguren, atraigan diría mejor, la participación de inversionistas privados bajo un programa específico en el cual reciban el pago de su trabajo con porcentajes limitados y cuantificados del volumen de producción recuperada. ¡Hay que hacerlo sobre la marcha! El tiempo ha sido factor devastador del interés nacional.


Simultáneamente hay que abrir el mercado de combustibles y del gas a un esquema de competencia, con reglas uniformes que diferencie el precio y los impuestos para limpiar las oscuras liquidaciones entre la empresa pública, el presupuesto y los consumidores. La entidad estatal debe competir en condiciones iguales con las privadas y los subsidios, en el caso del gas, deben conocerse de manera explicita.


Para la revisión de Agosto las dificultades estarán también dadas por los atrasos en los cumplimientos de las decisiones de privatizar las administraciones de las distribuidoras de electricidad, las telecomunicaciones y la venta del banco del Pacífico. En este campo el programa es demasiado ambicioso. Se suma la unificación salarial del sector público, cuyo proyecto estará para conocimiento del Congreso los próximos días.


¿Considera usted que el gobierno actual, con su entorno político y social, podrá cambiar la estructura del Consejo de Administración de Petroecuador?


Difícil, salvo que se produzca un sacudón como consecuencia de los malos resultados en las actividades encargadas al conglomerado de empresas públicas. Las declaraciones públicas de algunos miembros del CAD han sido desafiantes con la postura de gobierno, confirmando las sospechas de inconsistencia con los objetivos y lineamientos del programa económico. Por el bien del país y de la propia empresa, esto no puede continuar.


Quienes dirigen una sociedad, sea pública o privada, deben estar convencidos y comprometidos con una línea de acción empresarial eficiente, que cumpla su objetivo específico y produzca réditos a sus accionistas. En este caso, atienda los postulados gubernamentales.


Desde esta perspectiva, el Consejo de Administración y el Presidente Ejecutivo de Petroecuador tienen la responsabilidad ineludible de manejar con eficacia la empresa y someter sus decisiones a los principios del programa económico. Sin embargo, lo que se ve es lo contrario. Ni lo hacen bien, ni se nota disposición de enmienda. La producción cae sistemáticamente, la industrialización es deficiente y costosa, la comercialización se la hace con niveles de protección excesivos. Las pérdidas son enormes.


A pesar de ello, ciertos representantes de la entidad se empecinan en buscar justificativos externos. Ven la paja en ojo ajeno y no miran la viga en el propio. Por su propio bien y el de todos, el gobierno debería reflexionar en su postura, sino los hechos serán demasiado dolorosos.


¿Cuál es el valor geopolítico y económico del Ecuador que somos visitados por personajes de primera línea de la administración de los EEUU y del FMI?.


Me parece que responde más a una situación coyuntural antes que a una condición permanente. De la forma como responda el Ecuador depende que esta circunstancia sea mas duradera.


La realidad latinoamericana y su variable, desigual y frágil evolución económica, el antecedente venezolano, la situación política de Brasil y el complejo panorama colombiano le ubican al Ecuador en una posición que es a la vez difícil y ventajosa. Difícil por las secuelas de la inestabilidad del vecindario y sus potenciales contaminaciones. Ventajosa por que le coloca en una etapa de gran valor estratégico. Lo complejo es equilibrar estos hechos, resolviendo el dilema con astucia, conociendo además que el entorno internacional cambió desde el 11 de septiembre y, mas aún luego de la guerra con Irak.


A los EEUU no le interesa mas puntos de conflictividad en la región latinoamericana y, una relación constructiva, pero mas que nada proactiva con el Ecuador revitaliza la posibilidad de recuperación de nuevas opciones colaboración política.


El Ecuador por su parte sabe que hay una amplia agenda de oportunidades. Por eso, tiene que ser claro y equilibrado en su política internacional. Por ejemplo, debe rechazar todo acto terrorista, cualquiera que sea el origen. Aquí no caben ambigüedades. La necesidad de atraer inversionistas es otro punto de convergencia. El aprovechamiento de ventanas de negociación comercial, con protección a los intereses nacionales, es un tercer vértice de comunicación. El apoyo a la defensa de la frontera norte y el soporte del programa económico en foros internacionales conviene a las partes.


¿Por dónde se puede empezar para desbrozar uno de los nudos de corrupción más grandes como es el caso de Pacifictel?


Lo primero es sacar a la política y los intereses del gobierno de esta empresa. Hay que tratarla con responsabilidad y no como un centro de negociación de acuerdos políticos. La solución es poner una administración profesional y honesta que cumpla con sus responsabilidades. Ella deberá denunciar las irregularidades y cambiar el curso de la empresa. Es algo parecido a lo que ocurre con algunas distribuidoras de electricidad que pierden, o mejor para decirlo morochamente se roban el 40% (lo que leen, el cuarenta por ciento) de la electricidad. ¡Ahí está la corrupción: un entuerto público y privado!


Decisión política de arreglar esto y enfrentar a los corruptos es lo que todavía no se ve.


Colaboración Editorial

DIARIO EL COMERCIO

Mayo 16 del 2003

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