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Como mejorar la productividad

Se pueden escribir libros de libros sobre este tema, como de hecho los hay. Las acciones para atender este objetivo son interminables como interminable es el conocimiento. La competitividad se asemeja al desarrollo en su inagotable proceso de experimentación y aprendizaje, por lo cual requiere de una actitud constante, perseverante, de búsqueda de nuevas opciones de producción, de nuevos mercados, nuevos productos, en fin tantas oportunidades como sea posible indagar.


Productividad y competitividad son las dos caras de la misma moneda que reflejan el grado de compromiso y convencimiento que tiene una nación sobre la forma de encarar su futuro. En definitiva es, o mejor son la resultante de la interacción de todos los componentes representativos de la sociedad.


Este concepto, para tenerlo bien claro no refleja una situación estática, del momento, sino que responde a un estado de cambio dinámico que recoge la actitud siempre activa de optar por innovaciones, experimentos, producto de la investigación y dedicación al trabajo.


Lo dicho se lo alcanza y mas que nada mejora en un ambiente macroeconómico estable (de largo aliento) que permita visualizar el futuro con claridad, dentro del cual la conducta fiscal sea predecible y confiable, con leyes y principios contractuales respetados y seguros, con instituciones públicas comprometidas con el objetivo nacional, y que, además de ser dirigidas por ciudadanos honestos y preparados, sean eficientes.


La educación y la capacitación son elementos cruciales para la consecución de mejores estándares de eficiencia, a la par que promueven una sociedad más equitativa y consecuentemente mas fuerte o cohesionada frente a sus competidoras. El manejo de tecnologías de punta está directamente relacionado con la inversión en el Capital Humano, así con mayúsculas.


La dotación de infraestructura física representada por vías, puertos, aeropuertos, telecomunicaciones, energía, etc. que operen en mercados de competencia es parte de los elementos que conjugan una sociedad dispuesta a pelear en los mercados mundiales. Con la globalización no hay que olvidar que nuestros competidores están afuera, los representan los intereses de los demás países. Ahí está la lucha. Para eso hay que trabajar adentro.


La profundización y optimización del sistema financiero con su integración a los mercados internacionales es otro elemento que complementa las condicionalidades para conseguir un plano de competitividad.


El papel del estado en la comunidad es vital tenerlo definido. Qué tiene y debe hacerlo bien y, qué no tiene que hacerlo sino regularlo para que funcione a favor del consumidor, son las preguntas que dilucidan las reformas estructurales que construyen las características de la sociedad expuestas en los párrafos anteriores. Con la dolarización, la rigurosidad del gasto público en cantidad y mas que nada en calidad, la profundización y generalización tributaria y el equilibrio (en el caso ecuatoriano la posición excedentaria para desmontar el excesivo endeudamiento público) de las cuentas fiscales son indispensables. En resumen, una organización empresarial que se fundamente en una sólida estructura microeconómica, y una sociedad con objetivos claros e instrumentos eficientes conjugan las bases de un país dispuesto a luchar por sus intereses.


Colaboración Editorial

DIARIO EL COMERCIO

Mayo 8 del 2003

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