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Inquietudes nacionales

¿Cuál es el futuro, en términos de conquista de mercados para el sector textil?


Prometedor. El ATPDEA es una oportunidad para la industria textil ya que incorporó las prendas de vestir al Acuerdo de Preferencias Arancelarias de los EEUU hasta fines del 2006. Por este motivo no pagan aranceles las exportaciones de estos productos, sin cupo alguno si son fabricados con tejidos provenientes de los EEUU (maquila), alpaca, vicuña o llama.


Tampoco pagan aranceles, pero tienen cupo las prendas fabricadas con hilados de los países andinos. La cuota inicial asignada por los EEUU a los países de la subregión es del 2% de las importaciones de prendas de vestir, y llega al 5% al fin del período.


El mercado de estos productos de vestir en los EEUU llegó a 165.000 millones de dólares en el 2001, de los cuales 58.500 millones son importaciones. El CAN tendría derecho a exportar (productos con cupo) por 1.170 millones en este año y crecer hasta mas de 3.000 millones en el 2006.


La producción textil ecuatoriana, representa el 12% del sector manufacturero y alcanza a 375 millones de dólares. Sus exportaciones anuales a los EEUU llegan a 10 millones, que comparadas con las cifras del nicho comercial demuestran la dimensión de la oportunidad.


Para cristalizar esta preferencia hay que homogenizar la producción textil y, la confección someterla a estándares mundiales. Será necesario mejorar la productividad, en especial para estar listos a la competencia china que desde el 2006 ya no tendrá cupos de importación a los EEUU.


La asociación con empresas colombianas, la conformación de consorcios de productores y confeccionistas nacionales y la venta a las grandes cadenas o la búsqueda de importadores mas exclusivos son alternativas comerciales.



Luego de transcurrido algunos días demás, de la guerra contra Irak, los índices económicos mundiales marcan un descenso prolongado. ¿Entramos frente a una grave recesión mundial?


A mediados de marzo el Director del FMI señaló que la continuidad de la recuperación de la economía mundial estaba condicionada por la potencial guerra contra Irak. A fines de mes, su opinión había cambiado al sostener que los hechos bélicos han creado un ambiente propenso para una recesión mundial. ¿Será profunda y prolongada? Difícil decirlo. Antes, y me refiero a recesiones históricas del siglo pasado, eran focalizadas. Ahora, el contagio desparrama las secuelas por la vía de precios y flujos de capitales, distribuyendo la carga de una forma imprevisible.


Las últimas proyecciones del 2003 determinaban, hasta antes de este conflicto un crecimiento potencial del 2.2% de los EEUU, 1.9% de la Comunidad Europea y del 1% del Japón. Con estos datos, es evidente la debilidad de la recuperación, en la cual los tres polos tienen dificultades políticas añadidas por las diferencias en la forma de resolver la crisis iraquí. Está a la vista el estancamiento de la economía nipona. Alemania tiene problemas severos y con ello se convierte en un lastre del viejo continente, mientras los EEUU sigue dando señales de impotencia para la recuperación de sus mercados de capitales que tienen una caída del 23% en los últimos doce meses.


El presupuesto de defensa de los EEUU que llegó a 364.000 millones de dólares, ahora requiere de 74.500 millones adicionales, lo que significa incrementar el déficit fiscal en el 0.7% del PIB para ubicarle en el 3.5% ($.382.000 millones).


La CEPAL mantenía un pronóstico para América Latina de crecimiento del 2.1% sobre la base de una recuperación mundial. Recordemos que en el 2002 la región declinó en el 0.5%. Los flujos de capital están restringidos y los precios de las materias primas, con excepción del petróleo, están deprimidos.


Esta usted de acuerdo con la versión oficial de que el precio promedio del petróleo, en base al primer trimestre y suponiendo un descenso luego de la guerra, cubre el valor establecido en el presupuesto nacional?


Para la OPEP el mercado tiene suficiente petróleo, incluso con la suspensión de las exportaciones de Irak y los problemas de Venezuela y Nigeria, que se han compensado con suplementos provistos por otros. La demanda actual es de 75 millones de barriles por día, que sin duda se alterará por las necesidades de movilización de toda la maquinaria bélica y la duración del conflicto.


Lo que es evidente es la inestabilidad del mercado, afectado por todos los acontecimientos políticos y militares. A no dudarlo los desacuerdos al interior del Consejo de Seguridad de la ONU tienen efectos en las distintas percepciones sobre del futuro de la economía y este mercado. Por eso se ha visto una abrupta caída inicial y luego la recuperación parcial del precio. Esta puede ser la tónica durante esta etapa de incertidumbre.


La OPEP cree que hay que estar alerta a la presencia de posibles excedentes o deficiencias de producción. La llamada “prima de guerra” no debería tomarse en cuenta para la fijación de la producción, sino sólo cuando el factor alterador haya desaparecido, y sepamos además como está la situación de la economía mundial.


Por eso es indispensable mantener una política muy cautelosa de gasto. Especular sobre la duración de las reservas fiscales creadas durante el 2003 en el caso de un precio del petróleo sumamente bajo, es una tarea sin sentido.



¿Qué pasa con Petroecuador con amenazas de paralización de servicio por parte de los proveedores y otras dificultades. ¿Dónde esta la estrategia gubernamental?


Su papel en la defensa de los intereses públicos está seriamente afectado. No ha podido sostener la producción, tiene dificultades en la industrialización y comercialización de derivados. Su estructura descentralizada en varias subsidiarias es costosa. Sus cuentas son de difícil consecución. Evidentemente hay ineficiencias onerosas para el Estado. Su trabajo está condicionado a la situación presupuestaria del gobierno lo cual le resta capacidad de gestión y le crea la excusa para no rendir cuentas.


Cada día perdemos millones de dólares por la producción no extraída y que ya estaba disponible. Con los precios actuales, los 60.000 barriles de reducción representan 550 millones de dólares de exportación anual. ¿Quién responde por este daño? A esto se suman las pérdidas de refinación, con lo cual la brecha se acerca a diez dígitos.


No hay otro camino que reestructurar Petroecuador eliminando las subsidiarias y reagrupándolas en una sola corporación. Las ventajas son visibles. La empresa estatal debe ser un socio eficiente y activo que atraiga inversionistas y produzca resultados rápidos.


¿En que consisten las negociaciones que tendremos con el FMI durante el presente mes


Reescalonar la ejecución de los compromisos establecidos. Por la rigurosidad de la agenda negociada, esta va a ser la tónica del Stand by

Colaboración Editorial

DIARIO EL COMERCIO

Abril 4 del 2003

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