¿Lo harán?
Agobiado y con la espalda doblada, transcurren los últimos días de este ya cansado año de eventos inesperados. Deja en todo el mundo una estela de dolor, inequidad e impotencia que bota al traste muchas de las mejoras conseguidas con mucha perseverancia durante varias décadas en la distribución social de un nivel de bienestar digno. Sin embargo, empiezan a verse algunos resultados que ponen menos dramatismo en el horizonte cercano, especialmente por el desarrollo de los antídotos contra la amenaza covidírica. El 2021 ofrece una recuperación más clara, lenta y parcial eso si, aunque no por ello elimina la incertidumbre de nuevos oleajes de contaminación que dependerán de la velocidad de aplicación de las vacunas y del mantenimiento de conductas comunitarias consistentes con las necesidades de control sanitario.
En el Ecuador, la crisis se profundizó con este virus, pero de a poco la estrategia de la política económica demuestra su consistencia y salva los escollos que parecían insuperables. Cierto es que falta mucho y por eso la campaña política de tarima ofrece una avalancha de soluciones mágicas, obviamente mentirosas. Lo real y cierto es el anuncio del acuerdo a nivel técnico con la administración del FMI sobre el cumplimiento de las metas comprometidas para proponer al directorio de ese multilateral la aprobación del segundo desembolso del programa ampliado de apoyo financiero. Se atienden de esta forma y en este campo todos los compromisos que habilitan la recepción de los segundos 2 000 millones de dólares, con los cuales se cubriría el 61.5% del programa trianual en ejecución.
Sólo falta que la Asamblea Nacional cumpla con la obligación de aprobar la ley de lucha contra la corrupción, que es parte fundamental del convenio con lo cual concluiría el trámite de este crítico desembolso de fin de año. De no hacerlo, demostrará una vez mas su complicidad con hechos repudiables que merecen sanciones y encontraron resquicios para escapar de la justicia (ojalá a esto le acompañen luego decisiones firmes, claras de ejecución por parte de los organismos pertinentes), a la vez que deberá asumir la responsabilidad del desajuste económico-fiscal que ocasionará al país.
Fue inaudito e increíble ver en estos tiempos de pandemia cómo la Asamblea (cargada de pesados fardos de cuestionamiento moral) si demostró un inusual dinamismo para llevar adelante ese ignominioso juicio político contra la ministra del interior María Paula Romo que dejó un olor repugnante por el cuestionamiento a quienes defendieron Quito, el país y la democracia, absuelve a los vándalos, pero tose y le da disentería abordar el tema ético de la corrupción. ¿Lo harán o mantendrán su complicidad?
Colaboración
Diario El Comercio
27/11/2020
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