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Con suerte, el 2023 tendremos la economía de 2019

El Fondo Monetario Internacional extendió al Ecuador el crédito más grande de su historia y el gobierno de Lenín Moreno presentó esta noticia como si fuera un logro de su gestión de la economía. El tema suscita, sin embargo, un debate:  si el crédito es tan grande debe ser porque la crisis económica que vive el país es igual de grave. Sobre este tema, 4P. conversó con el economista Abelardo Pachano.


El gobierno está vendiendo la parte bonita de la historia: llega mucho dinero del FMI. Pero si llega mucho dinero es porque la situación es más dramática. Es una gran noticia que encubre una gran desgracia. ¿Cómo entenderla?

El año 2020 va a pasar a la historia como uno de los peores años de la época republicana y posiblemente en toda la historia de la economía mundial. En ese sentido todos los indicadores económicos y sociales van a tener una descomposición sumamente grande. En ese ambiente lo que han encontrado las políticas económicas, como camino de solución, es dotar de liquidez a las sociedades por dos caminos: incentivos fiscales y una participación muy fuerte de los bancos centrales comprando papeles que están en poder del sector privado para que los bancos no pierdan liquidez y no estrangulen más a la economía. Se está atendiendo una urgencia, sabiendo que los desarreglos que tiene esta economía en el futuro habrá que pagarlos.


Se está haciendo lo que toca pero no se insiste en que todo esto es, además de la pandemia, la factura de diez años de mal manejo de la economía y que esa suma tocará pagarla.

El punto es que la pandemia cogió completamente desprotegido al Ecuador, sin recursos y con endeudamiento. Con un sector fiscal prácticamente inmovilizado, con un déficit no financiable por falta de capacidad y en apuros de salud tremendamente mayores, lo que ocasionó que su déficit se multiplique. El costo en términos numéricos es que el Producto Interno Bruto caerá este año en aproximadamente unos 14 mil millones de dólares, que se refleja en una contracción entre el 10 y el 11% del PIB. El acuerdo con el FMI reconoce esas cifras. Los recursos que vienen no nos resuelven los problemas fundamentales de la economía. Lo que hacen es tapar un desequilibrio que todavía está por corregirse y que se visualiza en otro número igualmente impactante: para fin de año el déficit fiscal va a estar muy cerca del 9% del PIB. Ese va a ser el déficit que hay que trabajar para que, a partir del año 2022 o 2023, desaparezca y empiece el Ecuador a tener superávit y recién ahí puede empezar a pagar la deuda.


Esas cifras no llegan a la gente. ¿La actitud del gobierno de celebrar, como si hubiese llegado un regalo, no tendría que estar acompañada de una explicación de lo que se viene hacia adelante?

El mensaje completo que el Ecuador tiene que recibir es: hemos acordado mantener una línea de austeridad fiscal que está incompleta, que el próximo gobierno va a tener que continuar porque el tamaño del Estado sigue siendo desproporcionado y no puede ser mantenido por una economía privada que sea vibrante y que genere empleo. Lo que hace el acompañamiento del FMI es evitar que el desangre o el rompimiento de la economía sea mucho más profundo y pueda llegar inclusive a un punto de desestabilización política y social de características realmente inmanejables.


¿Cuáles son las tareas que ahora tiene el país hasta el fin de este gobierno?

La tarea fundamental es mantener la línea de control del gasto que se ha visto, llamemos así, agudizado por la caída de ingresos tributarios y por las nuevas obligaciones de los programas de salud. Esto significa que de aquí hasta fin de año no van a haber recursos para nuevos programas sino que tiene que mantenerse una rigurosa austeridad, a pesar de lo cual el déficit va a ser de las dimensiones que conversamos. Si no se hacía eso, toda la cadena de pagos se habría roto en una profundidad mayor de la que ya está y hubiera ocasionado quiebras de empresas, despidos de trabajadores de una dimensión superior de la que estamos viviendo.


¿Hasta dónde cambia esto la campaña electoral, porque el mensaje que se está dando a los candidatos es que el próximo gobierno no tendrá que pagar la deuda que se ha pospuesto?

El próximo gobierno va a tener que trabajar todavía duro en recuperar los equilibrios macroeconómicos. Va a recibir una economía con una situación fiscal angustiosa o difícil, menos compleja de la que hemos tenido este año por las circunstancias conocidas. Va a tener que ser tremendamente selectivo en el gasto y probablemente tenga que deshacerse de algunas actividades y de algunas empresas públicas para poder mantener el reencuentro entre el tamaño del Estado y la viabilidad de la economía ecuatoriana.

La balanza de pagos va a estar en mejores condiciones porque son aproximadamente 11 mil millones de dólares que, con la renegociación de los bonos, se aliviaron del peso del pago de capitales para los próximos cinco años y eso es un elemento sumamente favorable para la programación económica. Pero con eso no se resuelve el problema: necesitamos atraer inversión privada en grandes cantidades porque sin ella no vamos a tener reactivación económica. Eso se ve en las proyecciones de recuperación de la economía: mientras este año estaremos cayendo entre el 10 y el 11%, el próximo año estaremos recuperando la mitad de eso. De tal manera que si queremos ver en términos de tamaño, el año 2023 posiblemente recuperemos el tamaño de la economía del año 2019. Entonces el bache es grande, la tarea del próximo gobierno tiene reformas estructurales como las siguientes: enfrentar el problema del sistema de pensiones. Es un tema que no tiene solución todavía. Dos: enfrentar el problema del mercado laboral. El código del mercado laboral no ha sido resuelto. Tercero: tiene que haber una reforma tributaria que clarifique los conceptos y que desbarate el desorden que fue creado en los 10 años de gobierno de Correa. Luego hay un tema que no sé si se pueda aprobar antes de que termine este gobierno, que es la reforma monetaria: volver al Banco Central una institución con algún grado de autonomía que recupere su capacidad técnica y que deje de ser una subsecretaría más del Ministerio de Finanzas, que lo único que hacía era trabajar como caja chica de las necesidades del Estado.


En ese contexto, ¿cuáles deben ser los debates sobre el modelo económico -no tópicos ideológicos sino que la realidad plantea- que deberían ser evacuados en esta campaña electoral?

El más importante es establecer un compromiso nacional de que el Estado no puede gastar más de lo que tiene por sus ingresos rutinarios. Si queremos recuperar la viabilidad de la economía y reducir ese nivel de estrangulamiento creado por esa deuda enorme que se creó en los 10 años de Correa -y también en parte de la gestión del actual gobierno-, la única manera de hacerlo es con un compromiso de manejar las finanzas públicas sobre la base de recuperar un equilibrio y luego establecer superávits.


Ese es uno, ¿cuál sería el otro?

El segundo elemento importante es comprometerse para programas de valoración cualitativa sobre educación y salud públicas. No podemos mirar a estas dos grandes obligaciones públicas solo desde cuántos recursos públicos necesitan sino desde cómo usan estos recursos y qué resultados tenemos de ellos. Si el Ecuador no tiene una educación pública de calidad y competitiva, simplemente no podrá, en ningún momento, ser parte de un mundo moderno. Modificar toda la estructura de salud pública. Ahí hay un tema y una discusión nacional: dejar que sea el Estado el único que ofrece salud pública. El tercer elemento son las reformas estructurales ya planteadas.

Si el Ecuador no recupera competitividad no va a poder manejar un sistema de dolarización sano y estable. Y ahí juega muchísimo el convencimiento que deben tener los gobiernos de intensificar las negociaciones para acuerdos comerciales. El futuro de las actividades económicas del Ecuador no están en el mercado interno sino en los mercados internacionales. El empleo va a venir de nuestra capacidad de incursionar, con diversos productos, en los mercados internacionales. Eso termina con un tema que también discutimos y es de fondo: estabilidad tributaria y seguridad jurídica.


Publicado en octubre 5, 2020 en Conexiones4P/Elenfoque/Lainfo por Redacción 4pelagatos

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