Reactivación económica dependerá mucho de la velocidad con que el país supere el confinamiento
Replantear objetivos, ser más eficientes y conectar mejor con los clientes son las tres recomendaciones del analista económico Abelardo Pachano para la reactivación de las empresas. Y reconoce el esfuerzo del Estado por llevar adelante un programa estructural que acompañe ese proceso.
El Gobierno ha tomado una serie de medidas económicas para sostener las finanzas públicas y enfrentar la pandemia. ¿Cuál es su lectura sobre los efectos que tendrán?
El programa ofrecido por el Gobierno, a inicios de esta semana, sumado a las decisiones tomadas por la Asamblea, que dan paso a dos reformas estructurales para el mercado laboral y el manejo de las finanzas públicas, ofrecen sin duda un conjunto armónico de decisiones que muestran deseo de enfrentar los problemas económicos con instrumentos. El plan de reducción del gasto público de $ 4.000 millones, que significa el 4% del PIB, es agresivo e importante por su dimensión en términos proporcionales y porque va por arriba de los estándares internacionales conocidos.
La modificación del precio de los combustibles para una conciliación con las cifras internacionales también es una medida que corrige una gravísima distorsión de precios y uso de los beneficios, inclusive, para actividades ilícitas, aprovechándose de las circunstancias.
Esas decisiones apuntan a reducir la masa salarial del Estado. ¿Cuál es su impacto en la situación económica actual?
El modelo de reducción proporcional de la masa salarial con la modificación de las jornadas de trabajo es importante por el contenido solidario de la medida. Si bien se concentra en un grupo de empleados públicos, también evita una masiva desocupación como consecuencia de la incapacidad del Estado para atender todos sus gastos corrientes. Esta circunstancia se inscribe dentro de la reducción del 4% del gasto público y marca una línea de acción hacia un manejo más eficiente de los recursos. El mensaje es que el Estado tiene que reestructurarse profundamente. Muchas empresas públicas no podrán persistir porque no son útiles, rentables ni convenientes; y otras deben modificar sus políticas para ofrecer buenos servicios y no dependen de las asignaciones presupuestarias o correrán el mismo destino.
Para las actividades privadas hay signos motivantes en la decisión porque al modificar las normas laborales se abre un espacio importante para reformar los conceptos que durante 90 años no han permitido corregir esa profunda lacra que es la existencia de un alto número de ecuatorianos marginados a subempleados. En ese sentido va la búsqueda de un sistema productivo más eficiente y competitivo que pueda insertarse en los mercados internacionales y consolidar la dolarización.
Parte del plan de reactivación económica ha sido traer recursos internacionales para inyectarlos en el aparato productivo a través de créditos para cubrir costos fijos para sobrellevar la crisis. ¿Cuánto contribuyen estos mecanismos?
El Ecuador es uno de los pocos países de América Latina y del mundo de nunca ahorró, a pesar de una larga etapa de recursos que tuvo en la década pasada. Eso le coloca en una condición desventajosa que le impide disponer de recursos de asistencia directa a los sectores productivos para mantener el empleo y sostener la producción.
Por esa razón ha tenido que recurrir al endeudamiento público para poner a disposición de las pequeñas y medianas empresas líneas de crédito que, de alguna manera, mitiguen el problema. El Estado, en general, hace un esfuerzo para tratar de suplir esa enorme carencia a la que llegó con la postración financiera, consecuencia del derroche de recursos.
El Estado puede abrir un hoyo en sus finanzas para apoyar a los sectores productivos más vulnerables...
Las finanzas públicas tienen una brecha enorme que va a rebasar el 10% del PIB y que, sin duda, será la más alta de toda la historia económica ecuatoriana. Pero en una primera etapa de la crisis la prioridad fue defender la vida y cuidar la salud de los ecuatorianos al costo que sea; la segunda etapa es la de defender los empleos y la producción, incluso, poniendo en la retaguardia las necesidades del Estado.
De tal manera que estos recursos tienen una lógica económica profunda y, si bien no buscan resolver todas las necesidades del sector privado, las pymes pueden desahogar sus necesidades de capital de trabajo para mantener la producción. No creo que en estos momentos podamos pensar en una expansión de la economía, no tenemos recursos para eso y, por lo tanto, debemos centrar nuestra atención en sostener la producción económica.
Importantes sectores están golpeados, sea por la dinámica de sus negocios o porque no estaban enfocados en segmentos de consumo prioritario. ¿Se puede pensar en opciones de capital no reembolsables?
La filosofía fundamental debe ser proporcionar recursos para que se rehabiliten las empresas con su propio esfuerzo. Los recursos no reembolsables deben llegar de manera directa a los estratos sociales pobres y marginales. Por eso, lamenté que la Asamblea no haya pasado los proyectos de contribución solidaria propuestos, porque hoy más que nunca los estratos de recursos superiores debían demostrar su afán de contribuir con las estructuras sociales frágiles del país. Ofrecer líneas de financiamiento en condiciones muy blandas y a plazos razonables está bien, pero deben ser obligaciones a pagar.
¿Qué se avizora para el siguiente semestre?
La perspectiva dependerá mucho de la velocidad con que el país supere las etapas de confinamiento y flexibilice la movilidad de las personas. No será un proceso rápido, pero creo que las etapas más duras están concluyendo. Si las cosas siguen como ahora, en los próximos meses, habrá una mejora económica, aunque no en las condiciones que teníamos antes de la pandemia. Y la velocidad con la que nos recuperemos dependerá también de cómo se conduzca el programa de ajuste y respondan los apoyos internacionales. Ecuador no puede prescindir de su relación con los multilaterales porque tiene un estrangulamiento financiero que requiere de esa asistencia para que el daño no llegue a un nivel interminable.
Nos espera una transición en el ámbito productivo…
Habrá una transición que no sabemos cuánto dure, pero no será corta y habrá que redimensionar los negocios. Será necesario ser más eficientes y mejorar la atención a los clientes, así como los clientes aprenderemos a movernos con mayor cuidado. Es un proceso de aprendizaje para todo el mundo y, de cualquier forma, será un proceso que modifique las estructuras productivas. Lo que se requiere es comprensión en un momento singularmente difícil, en el cual si nos cuidamos todos saldremos de este escenario. (I) et Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO