Conocimiento e integración
El mundo busca soluciones a los retos del siglo. La tecnología es el corazón del nuevo planeta y un bastión de novedades interminable, con explosivo dinamismo. No se alcanza a comprender los impactos de tanto descubrimiento y de pronto ya aparece un nuevo producto que deja en la obsolescencia temprana, juvenil la podríamos calificar, a lo que tenemos a mano. El conocimiento marca el nuevo horizonte.
Más del 70 por ciento de los productos tecnológicos que hoy se comercian serán o vetustos o de baja productividad en tres años. De ahí que la economía deba trabajar buscando ansiosamente nuevas fuentes de sostenimiento productivo, pues el mantenimiento de las funciones de producción actuales sólo deriva en incompetencia y pérdida de bienestar.
Y eso se consigue integrándose al mundo. Ahí están las oportunidades, los retos, el conocimiento, la investigación. La productividad florece con competencia, no cuando se protege al ineficiente con barreras que son la panacea de la explotación al consumidor. El autarquismo siempre dará resultados raquíticos. Su frontera equivale a una visión que no pasa de la nariz.
En América Latina hay países que comprendieron la dimensión del reto y lo tomaron; y, los temerosos que piensan con mentalidad de mediados del siglo pasado. Los primeros avanzan en la integración al mundo global. Los segundos siguen empantanados en debates ideológico-dogmáticos.
La última reunión de países Iberoamericanos permitió apreciar la nueva visión del enfrentamiento de un futuro cargado de ideas, todas muy cercanas a la explotación de ese inconmensurable conjunto de necesidades que se adhieren a los millones de seres humanos que salen de la pobreza e incorporan a las economías formales.
Hay dos espacios novedosos: el mercado privilegiado por bienes de alto contenido tecnológico al cual se atiende con emprendimientos que requieren gran preparación de la mano de obra, enorme infraestructura, dentro de la cual la universalización de la banda ancha tiene puesto prioritario.
El segundo de productos masivos (comodities), para el cual la eficiencia y acceso deben ser similares pues el margen será siempre pequeño. Aquí los acuerdos comerciales hacen su papel de enganche y promoción. Por eso ya hay más de 340 acuerdos bilaterales y siguen sumando. Incluso el mega acuerdo entre los EEUU y la Comunidad Europea marca la política económica que emerge de la crisis mundial. Se habla de reanudar las negociaciones de Doha y Brasil cambió de opinión y quiere llegar a un acuerdo con los europeos.
La alianza del Pacífico con el 40% del PIB regional y el 55% de las exportaciones abre las puertas a Costa Rica y Panamá, mientras España busca su incorporación.
DESTACADO
La reunión iberoamericana permitió apreciar un mundo combinado de conocimiento e integración.
Colaboración
Editorial Diario EL COMERCIO
8 de Noviembre del 2013