top of page

Perfeccionar la unión monetaria

Europa vive su drama con intensidad. Grecia era la piedra de toque. El turno es de España. Ayer fue Irlanda o Portugal. Mañana será Italia o Hungría. Y quien sabe si Francia se sume a la lista. Nada es imposible si de especular se trata. Ahora el juego no tiene límite. Ganan pocos y pierden muchos. Lo cierto es que a Europa le falta una organización política comunitaria con atribuciones para enfrentar los dilemas con oportunidad y contundencia. El concepto de aldea choca con el compromiso de comunidad. Se quiere más Europa pero se hace poco por ella. Se lucha por el Euro, sin embargo se lo deja sin defensas. Se busca crecer pero no se dispone de recursos. Nadie quiere ponerlos.


Los mercados saben ello. Por eso algunos creen que el Euro no es viable y le atacan. Yo creo que si lo es. Pero no hay una institución que enfrente y rompa expectativas. Son catorce semanas que el BCE (Banco Central Europeo) no adquiere un euro de obligaciones emitidas por España. El resultado es una prima de riesgo al nivel equivalente al que provocó el rescate a Irlanda, Grecia y Portugal. No es un problema de la deuda española (80% del PIB), sino de la incertidumbre llevada casi al paroxismo, la fuga de capitales que nutre al sistema financiero alemán y algo al francés, más la inefectividad de la política económica en restablecer la confianza.


La Euro Zona actúa in extremis, cuando las cosas se le salen de la mano. Maximiza el daño. Contagia al resto del mundo cuyos efectos colaterales afectan el crecimiento de China (entre 6% y 7%), India (4% y 5%), Brasil se enfría y Rusia pasa por igual proceso. Obviamente caen los precios de las materias primas. Se contrae el comercio mundial.


Inglaterra zanjó de una sus problemas con los mercados de capitales. El Banco de Inglaterra, en una decisión inédita, garantizó todos los depósitos de los bancos ingleses y además la deuda oficial. Nadie desafía a este país a pesar de unos indicadores parecidos a los periféricos de la Euro Zona.


Si eso también lo hizo los EEUU con la línea de capitalización bancaria de más de 700.000 millones de dólares que, además le rindió buenas utilidades, que esperan los dirigentes europeos para perfeccionar la Unión Monetaria ampliando la garantía de depósitos a los bancos de la zona, emitiendo eurobonos de garantía general y mayores líneas de intervención del BCE para adquirir bonos oficiales y créditos de liquidez.


Si la acción es creíble, Roubini, el predictor de la crisis habla de un valor agregado de dos trillones de euros, la angustia cambiaría de ambiente. Los gobiernos poseerían espacio para sus ajustes inevitables sin improvisación y menores costos sociales. El Euro tendría respaldo, el ataque perdería fuerza y la confianza restablecería el empleo.


DESTACADO

A Europa le falta una organización comunitaria con atribuciones para enfrentar los dilemas con contundencia.



Colaboración

Editorial Diario EL COMERCIO

Junio 20 del 2012

bottom of page